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Pacto dijo ‘No’ a la minería

©Mélanie Chéradame

Por Francisco Ortiz / @panchoora

El pasado domingo 12 de abril, los habitantes de Pacto comenzaron a poblar calles y veredas cuando los primeros rayos de sol borraban los rastros de lluvia. Era un día muy esperado en esta parroquia rural del Distrito Metropolitano de Quito, pues en pocas horas comenzaría la Consulta Comunitaria de Buena Fe para que sus 23 comunidades decidan si están o no de acuerdo con la actividad minera que el gobierno nacional planea desarrollar en su territorio.

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Sergio Basantes es uno de los organizadores de la consulta. Además, es el promotor local del Área de Conservación y Uso Sustentable de Pacto (Acus), una de las zonas protegidas por el Municipio capitalino, ubicada en el extremo sur de la cordillera del Chocó. Luego de dirigir al conductor de una camioneta cargada de equipos de amplificación para estacionarla, Sergio se dio un tiempo para explicarme que la consulta fue una iniciativa comunitaria, que el propósito es ejercer los derechos de participación y tomar decisiones propias con respecto a los proyectos mineros que impulsa la Empresa Nacional Minera (Enami) en sus tierras.

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Ocho de la mañana. En el recinto electoral que se instaló en la explanada deportiva (junto a la Tenencia Política, junto al parque central, junto a la sede del Gobierno Autónomo Descentralizado y junto a la sede de la Policía Comunitaria), los delegados de cada mesa electoral se encargaron de ubicar las sillas, las urnas, los padrones, los biombos y los certificados de votación. Adrián Durán, presidente de la Junta Electoral Comunitaria, inauguró el proceso diez minutos más tarde. En su discurso habló sobre el significado democrático de la consulta para los habitantes de Pacto y de su “lucha por la vida”. El rubor juvenil en su rostro no le permitió disimular la emoción de comprobar que se cumplía con todo lo planificado. Luego de su alocución, sonó el Himno Nacional y todos los presentes lo corearon con un fervor que estremeció al más pintado. Quienes llegaban desde más lejos tardaron media hora en carro y se apostaron tras las rejas de la puerta del ingreso. Una vez inaugurado el acto, Durán dispuso la entrada de la comunidad y el inicio de las votaciones.

©Mélanie Chéradame
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Los microdebates políticos y los olores a fruta fresca, tilapia frita y guarapo reemplazaron el último velo de vapor del subtrópico. Es que la gente buscaba ser oída. Para ellos, lo que está en juego es su tierra, su modo de vida, su condición de campesinos.

Cuatro cámaras de televisión y unas diez grabadoras de audio apuntaron hacia esos rostros esperanzados. Los más atentos, algo nerviosos, eran los funcionarios de la Enami. Confundidos entre la multitud, algunos de ellos tomaban fotos y enviaban informes a sus jefes para que ellos, a su vez, informaran a sus superiores, y así, hasta que los reportes llegaran al despacho del ministro. Varias brigadas de la empresa pública se movilizaron durante todo el día por las distintas zonas de Pacto, a bordo de sus 4×4. Los pacteños, recelosos, los miraban de lejos y murmuraban.

Doce del día. La voz de una mujer, a través de un altoparlante a todo volumen, silenció a la multitud durante unos minutos. Era Yaveth Cramer, la teniente política de Pacto. Decía que la consulta era ilegal. Decía que no cumple con todas las normas dispuestas por la Ley Electoral. Decía que no ha sido canalizada a través de los mecanismos que ofrece el Consejo Nacional Electoral En la calle, una cuadrilla de adolescentes que no llegaban a los dieciocho volanteaba pasquines que reiteraban la presunta ilegalidad de la consulta.

©Mélanie Chéradame
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Cuando les pregunté a qué organización pertenecen, titubuearon, evitaron responder, pero enseguida salieron del paso: “Nos prohibieron hablar con nadie, mejor, pregúntele a la tenienta política, ella es la jefa”.

Doce y veinte. Otra voz –esta vez la de un hombre- se hizo dueña del altoparlante: “¡Compañeros, esta consulta es legítima! el miembro de la organización comunitaria se refería a la Constitución Política de la república que, en su artículo 398 establece que las comunidades campesinas tienen el derecho de ser consultadas de manera oportuna. También se amparó en la Ley de Participación Ciudadana y el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización, en sus artículos 4 y 303, respectivamente, los cuales señalan que: “…la participación de la ciudadanía en todos los asuntos de interés público es un derecho que se ejercerá a través de los mecanismos de la democracia representativa, directa y comunitaria. Las personas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos de la circunscripción del gobierno autónomo descentralizado correspondiente, deben ser consultados frente a la adopción de medidas normativas o de gestión que puedan afectar sus derechos colectivos”.

Pero, la batalla de altavoces no tenía solo dos contendores:

-¡Compañeros, esta consulta es legítima y democrática!

-¡Venga, venga, disfrute de las tilapia a seis cincuenta…!

-A la comunidad de Pacto, le recordamos que esta consulta es ilegal…

-¡A ver, a ver, pase a probar la mejor sazón de Pacto…!

-Estamos ejerciendo nuestros derechos colectivos…

-Venga, tres cincuenta el encebollado…

-¡Compañeros, esta consulta es democrática!

Minutos después, la voz de Cramer fue la que quedó en silencio. Joven, de baja estatura, dentro de sus zapatos de lona, sus jeans y un chaleco en el que se leía Tenienta política, la autoridad esperaba inquieta junto a la puerta de su oficina. Quise entrevistarla, así que la abordé:

-Buenas tardes, somos periodistas y queríamos hacerle unas preguntitas…

-¡Esperen que pueda abrir la puerta de la oficina porque algún chistoso metió un palillo en la chapa y no puedo entrar… y ya me hago pipí!

Lidiando con la adversidad durante quince minutos más, resignada, Cramer decidió sentarse en una de las gradas de fuera de su despacho:

-¿Ustedes están a favor o en contra? Es que no quiero que me den palo…

Nos reímos juntos y procuré que se sintiera cómoda, a pesar de todo, preguntándole sobre algunas generalidades acerca del proceso comunitario que a sus espaldas transcurría.

-¿Es cierto que usted es la jefa de los chicos que estaban entregando los volantes?

-Se me acercó un grupo, un colectivo llamado Hagamos un buen Pacto… Es una agrupación aliada al gobierno…

-Sí, les preguntamos que quién era su jefe y nos dijeron que usted…

-Se acercaron a mí como ciudadana. Yo no estoy haciendo esto, pero sí les estoy dando la seguridad, la información y todo eso. Vinieron para que les apoye, les respalde y les diga qué hacer… Digamos que todo el mundo aquí me dice jefa, es su forma de hablar.

Por fin, la puerta de la Tenencia se abrió y Cramer… dio por terminada la entrevista.

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©Mélanie Chéradame
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Una de la tarde. En el recinto electoral, votantes, observadores y una comitiva de unas cincuenta personas que llegaron desde las comunidades vecinas de Íntag, Gualea y Nanegalito, se mostraron sorprendidos y emocionados por la masiva participación de los pacteños. Afuera, una decena de jóvenes ecologistas, al son de tambores, congregaron a la gente y la pusieron a bailar. Al cabo de una media hora, la fiesta en Pacto Centro estaba armada.

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Julia Bustamante, representante de la Enami en Pacto, había intentado, desde la tarde del sábado, ponerme en contacto con Douglas Ochoa, gerente de Gestión Social de la Enami. Por fin lo logró, así que caminamos varias cuadras juntos hasta llegar al hotel donde se hospedaba todo el personal de la estatal minera. Las agotadoras escaleras de caracol parecía que nos llevaban al cielo. Algo así. Un mirador hecho con cañas de bambú nos esperaba, algo más arriba de la torre del campanario de la iglesia parroquial.

El funcionario se excusó por la demora en conceder la entrevista. Estaba esperando las disposiciones desde el Ministerio de Minería, según dijo. Mientras conversábamos, se inició la misa dominical. El altavoz comunitario llevaba ahora la voz del cura, los rezos y cánticos eucarísticos a los oídos de todos los comuneros.

Ochoa ratificó que lo que busca la Enami es solo socializar sobre lo que implica la fase de estudios iniciales para detectar qué tipo de minerales existen en la zona, y si esos yacimientos son o no rentables para el Estado. En medio de las plegarias de los feligreses,  la voz de Ochoa se daba modos para dejarse notar. Me dijo que todos los pacteños tienen derecho a expresarse siempre y cuando se cumpla con la Ley. Me dijo que, mientras no se realice por los canales legales correspondientes, el proceso de Consulta de Buena Fe no tendrá validez. Palabras más, palabras menos.

©Un Pacto por la Vida
©Un Pacto por la Vida

Cinco de la tarde. El proceso de votación se cerró y se iniciaron los escrutinios. La Junta Electoral Comunitaria esperó hasta que llegaran a Pacto Centro las urnas de los otros dos recintos electorales más lejanos (Saguangal y Pachijal).

Ocho de la noche… Uno, dos, cien, mil… 1.680 votos por el NO a la minería (92,4%). 84 por el SÍ (4,6%). 44 Nulos (2,4%). 11 Blancos (0,7%).

Participaron 1.820 votantes de los 3.038 electores registrados por el Consejo Nacional Electoral en las pasadas elecciones seccionales del 2014. Esto, en buen romance, quiere decir que el 60% de la población asistió a votar.

Los equipos de amplificación que sirvieron para el evento comunitario fueron desmontados de a poco y devueltos a la camioneta. Sergio Basantes, joven padre de tres niños, me dijo que con este proceso de Consulta promovido por los comuneros, Pacto puede aportar al fortalecimiento de la democracia nacional, y “defender las formas de vida campesina y sus sistemas de producción, los derechos constitucionales que tienen los pueblos y comunidades al agua, a la soberanía alimentaria, al buen vivir y a resguardar los derechos de la naturaleza”.

Para las organizaciones campesinas y productivas de Pacto, el proceso electoral fue un éxito total, pues fue autogestionado y no era de carácter obligatorio para los ciudadanos. Adrián Durán, presidente de la Junta Electoral para la Consulta Comunitaria de Buena Fe, se mostró satisfecho por los resultados. Sin embargo, al parecer, para los medios de comunicación que cubrieron la jornada, los resultados de la consulta no hicieron noticia. Casi ni una línea, casi ni una imagen.

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©Mélanie Chéradame
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*En los próximos días, mostraremos un microdocumental que contextualiza la problemática minera en Pacto. No te lo pierdas.

 

1 COMENTARIO

  1. no entiendo es q parte no entiende la enami q pacto no quiere la minera y porque están haciendo en forma de amedrantar a la gente q el no tiene papeles se tiene q desalojar si no somos delincuentes no queremos riqueza para unos y pobreza para todos entiendan donde queda la frase»ecuador ama la vida»

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