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Brasil: 13 años en 13 días

Los primeros días del gobierno interino de Michel Temer, en Brasil, ya generan masivas reacciones de rechazo en todo el gigante latinoamericano tras los escándalos que empiezan a revelarse en sus filas. Este es un panorama general del inicio de un régimen cuestionado por el pueblo brasileño y desconocido por varios países en el mundo como Rusia, China, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba.

Por Alex Pegna Hercog, desde Brasil

Fuente: ANRed*.

“50 años en 5”. Ese era el lema del expresidente Juscelino Kubitschek, que predicaba sobre el desarrollo de Brasil en 1956. Hoy, después del golpe de Estado que colocó a Michel Temer (PMDB) en la Presidencia, el nuevo lema del país podría ser “13 años en 13 días”. Desde el pasado 12 de mayo hasta el 25 del mismo mes, el gobierno interino de Temer deshizo políticas que llevaron más de cuatro siglos construir y 13 años para ser implementadas.

De acuerdo con el proceso de impeachment (acusación), la presidenta electa, Dilma Roussef (PT), estará apartada por un período de 180 días, cuando el Senado votará a favor del final de su juicio político, consolidando el golpe.

Pero, sin perder tiempo, el gobierno del vicepresidente Temer ya ha comenzado una aniquilación sobre los logros sociales de los últimos años. El gobierno que se constituyó después del golpe está formado por hombres que están siendo investigados por corrupción, ricos que utilizan el discurso moralista del “buen cristiano”.

El ministro de Planificación de Temer, Romero Jucá, se vio obligado a renunciar al cargo apenas 11 días después de asumir el gobierno el presidente interino, tras la difusión de una conversación filtrada en la que Jucá insinuaba que la salida del poder de Dilma Rousseff ayudaría a frenar las investigaciones anticorrupción.

De los 23 nuevos ministros, 6 deben responder procesos judiciales sobre corrupción en el Tribunal Supremo Federal. La mitad de ellos recibió donaciones de empresas condenadas por el megaplan de corrupción, cuya investigación es conocida como Lava-Jato, y al menos 13 están implicados en varios escándalos, también de corrupción.

El propio Michel Temer es investigado también, en diversos procesos, desde los años noventa. La investigación más reciente indica que recibió 5 millones de reales como soborno de la contratista OAS. Recientemente, el Tribunal Regional Electoral reprobó su rendición de cuentas en la última elección, por lo que es inelegible por los próximos 8 años. O sea, el actual presidente de Brasil es un hombre con diversas acusaciones de corrupción y que no podrá participar en una elección durante los próximos 8 años. Ahora bien, contra la presidenta Dilma, no existe ninguna acusación de corrupción y ninguna investigación criminal.

En el nuevo Ministerio no hay ningún negro, ninguna mujer. El Ministerio de las Mujeres: Igualdad Social y Derechos Humanos fue eliminado. El Ministerio de Cultura también. Uno de los aliados del nuevo gobierno, el pastor evangélico y diputado Marcos Feliciano, manifestó que los artistas eran vagabundos y no era necesario un ministerio de Cultura». Después de las manifestaciones que ocuparon la sede de la Cultura en 18 estados brasileños, Temer dio marcha atrás y anunció la reapertura del Ministerio.

Uno de los aliados del nuevo gobierno, el pastor evangélico y diputado Marcos Feliciano, manifestó que los artistas eran vagabundos y no era necesario un ministerio de Cultura».

El Ministerio de Comunicaciones también fue cerrado. La EBC–Empresa Brasilera de Comunicaciones, responsable por la gestación de la comunicación pública, ya está padeciendo la intervención de Temer. El director recién nombrado fue depuesto, incumpliendo la ley que garantiza la autonomía de la EBC y el mandato que facilita la dirección por cuatro años. El nuevo director fue asesor de Aécio Neves, candidato que fue derrotado por Dilma Roussef en las últimas elecciones –también acusado de corrupción. Esta semana Aécio tiene otro proceso por el Tribunal Supremo, que inadvertidamente lo juzgará .

Ya fueron anunciados recortes de inversión en medios alternativos, priorizando las pocas empresas que controlan los medios de comunicación de Brasil y que solo favorecen el alejamiento de Dilma; por ejemplo, en las redes de TV Globo, Record y Band, así como diarios y revistas como la Veja, Época, Estado y Hoja de San Pablo.

En los pocos días de gobierno, Temer ya anunció que no habrá aumento salarial, elevará la edad necesaria para jubilarse; cancelo la construcción de 11 mil casas, el proyecto de vivienda más grande de Latinoamérica; defendió el cobro en las universidades públicas, recortó los fondos que garantizaban a la población de bajos recursos el acceso a las escuelas privadas, defendió las privatizaciones, entre otras medidas que afectan las políticas sociales.

Como respuesta a las nuevas acciones del gobierno, se están realizando en todo el país diversas manifestaciones y actos culturales. Las movilizaciones comenzaron tímidamente, pero poco a poco, van ganando fuerza. Por ejemplo, en Bello Horizonte, la tierra natal de Dilma, esta semana se reunieron 60 mil personas en las calles. Las medidas de Temer están provocando la insatisfacción y la reacción popular. La sociedad ha visto en tan solo 13 días que muchos logros y derechos sociales están siendo eliminados, haciendo que Brasil retroceda décadas. El futuro del país sigue siendo impredecible, incluso para los más pesimistas.


*Artículo publicado originalmente bajo el título «13 días de golpe de Estado: los brasileños pierden derechos y conquistas sociales».