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Voces de Cuba: los que se fueron

En julio del 2016, el gobierno de Ecuador puso en marcha un plan de expulsión de decenas de ciudadanos cubanos que estaban tanto en situación regular como irregularizados, lo que trajo por parte de la sociedad fuertes críticas y denuncias sobre abuso de poder y uso injustificado de la fuerza por parte del Estado. Las escenas que transmitieron los medios dan cuenta de los hechos, pero aquí Cristina Burneo Salazar recoge algunos de los testimonios de las personas maltratadas durante ese operativo, la mayoría de las cuales fueron finalmente deportadas. Al cierre de este artículo, han sido 151 los ciudadanos cubanos detenidos y 122 los "deportados". Esta pequeña comunidad estuvo durante esas semanas en vereda, en campamentos improvisados, en autobuses y vehículos policiales de un país que los echó como a peligrosos proscritos.

Una mujer cubana soporta el frío durante la vigilia en demanda de su legalización y la de sus compatriotas. Foto: Edu León

Por Cristina Burneo Salazar / @cristinaburneos

Fotos: Edu León / @EduLeon_photo

De Ecuador salieron en julio de 2016 tres aviones militares dispuestos por el Estado en un operativo de expulsión de más de 130 ciudadanos cubanos. Hasta el cierre de este artículo, se registró la detención de 151 ciudadanos isleños; la deportación de 122; 29 cubanos recibieron la libertad y una persona fue juzgada bajo otros cargos.

Cada una de esas personas tiene un nombre, una historia, un rostro y el derecho de que esa historia suya sea contada. Todos los testimonios a continuación son verdaderos, los escuchamos durante las noches, mientras nos acompañábamos.

Quedará grabado el ruido de los buses policiales cuyos motores permanecían encendidos durante horas, emitiendo monóxido de carbono para cansarnos. Estaban los sonidos de la calle, el tráfico de la avenida 10 de Agosto, los pasos de las botas ‘robocop’. También escuchábamos voces cada vez más familiares, palabras nuevas, música de risas y de llanto por igual.

Sobre ese paisaje sonoro se levantan las voces que narran estas historias. Nos las contamos unos a otros para que no se olviden, para disputarle al Estado el sentido de estos hechos. Estos son fragmentos de una historia mayor que se está escribiendo ahora mismo.

Ayer deportaron a mi esposa, hoy me deportan a mí. Nuestra hija tiene 17 años. ¿Qué va a hacer aquí, sola? ¿Quién se va a hacer cargo de ella? Me dicen que es peligroso, que las muchachas solas quedan expuestas a todo… ¿Qué va a hacer mi hija sin nosotros?

Me dijeron que no procedía mi deportación, tenían que soltarme. Tengo mi sentencia de libertad en la mano, me la llevo en el bus que me saca de aquí. Pensé que con esa sentencia estaba a salvo. No me salvé.

 

 

 

 

 

 

 

Foto: Edu León
Foto: Edu León

«Yo tengo carnet de refugio de Brasil, allá lo conseguí. Si me quieren deportar, que sea a Brasil, eso dice la ley, ¡pero no a Cuba, no a Cuba! ¿Por qué nos mandan a Cuba si saben que iremos a la cárcel, que harán con nosotras lo que quieran? ¿Por qué no me deportan por lo menos a Brasil?».

Tengo carnet de refugiado de Brasil. En la audiencia ignoraron mi carnet. Me van a deportar y nada más. No me reconocieron nada, se ríen de los abogados que nos están ayudando. No me dieron sentencia. Me voy sin sentencia y con carnet de refugio.

Foto: Edu León.
Foto: Edu León.

Cuando revolvieron todo en el campamento se me perdió el álbum de mi bebé. Cuando patearon las cosas… ya no aparece. Mi hija nació en Ecuador. Me casé con mi novio para que le dieran visa de amparo, llegamos juntos. No tenemos trabajo hace dos meses, tenemos papeles pero no trabajo…

Hay un Comité de Defensa de la Revolución (CDR) en cada barrio. Cuando lleguen los van a vigilar las 24 horas. ¡Cómo los van a reprimir! No puedes ni salir a buscar comida porque te vigilan, no quieres alzar la voz ni escuchar la música muy alto. A veces te olvidas de que te vigilan, pero ellos no se olvidan de vigilarte.

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Tengo 18 años. Mi sentencia dice que no procede deportación. ¡No nos pueden deportar, esto es un secuestro! ¿Dónde están los derechos humanos en este país? He estado 6 días en Flagrancia en pésimas condiciones. Nunca me imaginé que iba a estar así, sin ducharme, sin poder ir al baño en privado… ¡cómo nos pueden denigrar a este punto!

Nos perdimos viniendo al hotel Carrión a ver a nuestros compatriotas. Cuando preguntamos a la gente por la dirección del hotel no nos respondían, no quieren hablar con cubanos. Yo solo pregunté si estábamos bien yendo a la Versalles en esa dirección. Cuando oyen mi acento muchos no quieren hablar conmigo… ¿Cómo se puede vivir así?

Foto: Edu León.
Foto: Edu León.

Arrancarme a mis hijos de las manos después del trabajo que pasamos para salir los cuatro…¡Ya no podemos, ya no podemos! Alguien tiene que ayudarnos… No lo permitan, por favor, no lo permitan. Me arrancaron a mis hijos de los brazos, nos separaron y ahora no sé en dónde están…

Mi segundo hijo, que llegó conmigo, tiene un documento oficial de no deportación. Un policía le puso una pistola en la cabeza, entraron a la celda y le cayeron a patadas a él y a cuatro muchachos más, que no habían hecho nada. Los subieron al bus a golpes. Tuve que ver cómo le ponían a mi muchacho una pistola en la cabeza. ¿En dónde está la justicia internacional? ¿Quién se va a responsabilizar por lo que nos han hecho?

Foto: Edu León.
Foto: Edu León.

Algunos muchachos han querido quemarse para llamar la atención de la ayuda internacional. No aparece ningún organismo de derechos humanos. ¿Y la ONU, y Acnur y todos esos que dicen que ayudan a migrantes? Otros prefieren morirse, ya no importa, no quieren volver a Cuba, allá nos hacen lo que quieren.

Los jóvenes están desesperados, enloqueciendo al ver que sus hermanos ya fueron deportados, que hay parejas y familias separadas. No se conoce ninguna lista, no se sabe quién se fue y quién no. Tenemos las manos atadas. Nuestros hermanos están tras las ventanas viéndonos, aquí afuera del hotel Carrión, y no podemos hacer nada, nos atan de manos.

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Foto: Edu León

Es mentira que en Cuba quedamos libres. Nos sueltan y al mes o dos meses ya nos cogen…  por lo que ellos quieren. Quedamos marcados cuando nos deportan. Ni los vecinos quieren ser vistos contigo. Mucha gente llega a Cuba y si la sueltan prefiere la clandestinidad, porque te ponen un asedio policial que te mata psicológicamente…

Hay algunas mujeres a las que les dieron la libertad luego de haberlas golpeado la noche antes. Como estaban muy mal, parece que mejor las dejaron ir. Se oían gritos de las mujeres desde adentro del hotel Carrión, desde arriba, en donde estábamos nosotros, en otras celdas. Les estaban pegando, eran unos gritos insoportables…

Foto: Edu León
Foto: Edu León

En Cuba hay algo que se llama “índice de peligrosidad”. Si tú llegas deportado, no vas a conseguir trabajo. Si no consigues trabajo, el gobierno dice que eres más proclive al crimen. Entonces, para que no cometas crímenes, te encarcelan, pero no estás preso, es solo una medida preventiva. Eso nadie lo entiende, no estás preso porque no has cometido crímenes, pero te meten en prisión a falta de otros espacios por si llegaras a robar o algo porque no tienes trabajo…eso nadie lo entiende…

A los que nos quedamos ya nos amenazaron por la televisión. Si hacemos mal uso de la visa en Ecuador, nos quitan la residencia. Yo sé que los primeros cubanos que llegaron no eran buenos, que provocaban a la gente en las marchas del gobierno, pero nosotros no somos como ellos, yo no soy un mercenario, tengo dos títulos universitarios, solo que aquí no me los reconocen.

Foto: Edu León
Foto: Edu León

En Cuba no tenemos derecho a soñar. Un pasaporte cuesta $100, y el salario mínimo es de $10. Mi amigo José estuvo en el primer vuelo de deportación. Lo ataron de pies y manos, ni siquiera tenía energía para huir, estábamos muy cansados.

No entendemos qué pasó con amigos que nunca estuvieron en el hotel Carrión. Nos dijeron que los habían llevado a otra cárcel, pero no sabemos porque nunca más los vimos. La gente del campamento dice que desde allí salieron cinco buses de policía con cubanos, pero que a las cárceles solo llegaron dos o tres…

Foto: Edu León
Foto: Edu León

Por favor, no se preocupen. Ahora nos vamos, pero si no la hacemos aquí la haremos en otro lado. No se preocupen, hermanos, que nosotros encontramos la manera.

¡Qué frío hace…!

Ese muchacho, cuando le dijeron que lo deportaban, se orinó sobre la cobija que teníamos y ahora no la podemos usar. Se puso muy mal…

Foto: Edu León.
Foto: Edu León.

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