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¡Eso no es periodismo!

La reciente recaptura de 'El Chapo' Guzmán revela una manejo mediático de la imagen presidencial en decadencia. Esta es una prueba de fuego para el periodismo frente al poder.

Imagen de La Jornada, de México.

Por Gaby Ruiz / @GabyRuizMx

Captura en viernes

Son las 13:09 en Ciudad de México del viernes 8 de enero de 2016. El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, lanza una primicia a través de un tuit: “Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido.” Se activa el lobby estratégico orquestado desde Los Pinos. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hace el anuncio durante el encuentro anual con el cuerpo diplomático reunido en ese momento. Una amplia sonrisa se dibuja en su rostro. Asiente con la cabeza. Está acompañado del Secretario de Defensa y la Canciller. Un estallido de aplausos se planta como el gran telón de esta obra que empieza con la entonación del himno nacional: “Mexicanos al grito de guerra…”.

Pero no hay nada que celebrar. Guzmán ya escapó dos veces de prisiones de alta seguridad dejando en ridículo a las autoridades. Sin embargo, las vocerías institucionales mantienen un tono de celebración apostando por “el triunfo”. Peña, quien antes apareció en la portada de Time en noviembre de 2012 y febrero de 2014 como el nuevo salvador de México, gracias a un pago significativo, recibía el último golpe de desprestigio tras evaluar sus tres años de gobierno en una editorial publicada por el New York Times, el 4 de enero. Sin duda, era más apremiante para Peña que para el gobierno de Estados Unidos recapturar a Guzmán porque supondría convertir debilidad en éxito.

Barack Obama es el primero en felicitar a Peña. El gobierno mexicano lleva persiguiendo al mayor exportador mundial de drogas y líder del Cártel de Sinaloa por aproximadamente 15 años, y ahora lo lleva en el asiento trasero de un auto, sin esposas, a un motel de paso y no a la cárcel. Al menos eso se observa en las primeras imágenes que circulan sobre el suceso.

El hecho se convierte rápidamente en el tema del día, del mes, probablemente del año. De inmediato, se activan apoyos discursivos para legitimar la captura. La teatralización de capturas no es algo nuevo en México, como ocurrió en la desarticulación de la banda de secuestradores Los Zodiacos (2006). El objetivo es revertir el golpe que sufrió la imagen del presidente Peña con la fuga del mafioso y recuperar credibilidad en el mandatario, movilizando la maquinaria mediática de Televisa.

Se siguen dos lineamientos claros: 1) Construir una verdad histórica y 2) Dar primero la noticia, ser la fuente de la noticia. Se dirá, por ejemplo, que a partir del escape del penal del Altiplano, los operativos no cesaron, razón por la cual la captura de Guzmán no es una coincidencia. En los días sucesivos, un solo periodista tendrá acceso a las grabaciones del operativo Cisne Negro y un solo medio publicará las conversaciones de Guzmán. Parece la ejecución de un perfecto plan de medios, ¿no es verdad?

La captura de Guzmán se planeó para recuperar la credibilidad en Peña pero esa es una tarea imposible: están de por medio los hechos de Atenco (2006), la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa (2014), la compra de #LaCasaBlancadeEPN (2015), que demuestran que las violaciones a los derechos humanos e impunidad en la gestión de Peña es una constante. La consecuencia es una afectación inmediata en el índice de aprobación del régimen en un 35%, sobre todo a raíz de la fuga del afamado sinaloense.

Periodistas y actores encuentran a Guzmán, ¿por qué la policía no lo encontró?

El plan de imagen iba ejecutándose muy bien, hasta que al día siguiente, sábado 9 de enero, la revista Rolling Stone publicó una controversial entrevista realizada por el actor Sean Penn a Joaquín Guzmán. Puede que ‘El Chapo’ sea más conocido que el presidente de turno debido a su recurrente referencia en los noticieros estelares, que le aseguran al menos un formato de miniserie televisiva.

Joaquín Guzmán (1957) lleva en el negocio del tráfico de drogas prácticamente toda su vida. “No hay fuentes de trabajo” en su natal Sinaloa, aseguró Guzmán en dicha entrevista. ‘El Chapo’, guarecido en sus dominios, nuevamente en Sinaloa, donde “morir de muerte violenta es morir de muerte natural”.

La entrevista se llevó a cabo en México, el pasado 2 de octubre, y presenta imágenes inéditas del protagonista en un video también difundido por la revista. El texto utiliza términos como “selva” en versión original de narco-thriller pero más importante aún, revela incómodos hechos que ponen en entredicho los esfuerzos del gobierno por capturar a Guzmán y recuperar el control del territorio:

Nos adentramos en la espesa y montañosa selva, en una caravana de dos camionetas, cruzando río tras río, durante siete largas horas. Espinoza y El Alto, con un conductor en el vehículo de delante; yo y Kate con Alonzo y Alfredo atrás. En ocasiones, la jungla se abre y deja entrever tierras de labranza, para luego volver a cerrarse. A medida que va aumentando la altura, las señales de la carretera anuncian que nos acercamos a municipalidades. Y luego, pareciendo que nos encontramos en la entrada de Oz, el pico más alto visible, llegamos a un control militar. Dos soldados uniformados del Gobierno, armas en mano, se acercan al vehículo. Alfredo baja la ventanilla del pasajero; los soldados se retiran pareciendo avergonzados, y nos hacen señales con la mano para que pasemos. ¡Ah! Ese es el poder de la cara de Guzmán. Y la corrupción de una institución.”

La entrevista de Penn ofende al gobierno porque muestra cómo se puede llegar a la guarida del narco sin mayor problema. No es la primera vez que alguien puede adentrarse en el llamado “Triángulo Dorado” para documentar la leyenda de ‘El Chapo’, se pueden ver los trabajos de Philip Niddrie  así como Angus MacQueen y Guillermo Galdós. Esos trabajos de archivo pueden clasificarse sencillamente en biográficos y de denuncia. Los primeros enaltecen el ego del narco y los segundos afectan los intereses de los narcos con sus claras consecuencias: amenazas y muerte de periodistas.

Narco-épicas

Utilizo el término que Hermann Herlinghaus (2013) ideó para referirme a las #chapoaventuras. Guzmán tiene la fama del mago escapista Harry Houdini y la producción de la saga ha estado en manos del gobierno: Capturado en Guatemala en 1993, condenado a 20 años de prisión, se escapó por  primera vez de la prisión Puente Grande en un carrito de lavandería en 2001. En Mazatlán se volvió a capturarlo el 22 de febrero de 2014, produciéndose su segunda fuga el 11 de julio de 2015, a vista y paciencia de las cámaras de vigilancia, a través de un túnel de aproximadamente una milla de largo. Los medios y el gobierno han construido el mito de Guzmán como escapista experto, pionero en la construcción de narco-túneles en la frontera mexicoestadounidense para el paso de drogas que huye en las narices de un gobierno ingenuo. Aceptar esto como verdad es desconocer la capacidad de corrupción que la mafia tiene para infiltrarse en el sistema de gobierno y lograr la cooperación de servidores públicos y políticos.

El fracaso del gobierno de Peña al dejar escapar al capo se diluye en una narconovela. Es que la narcocultura genera adeptos en todos los géneros. Si no, disfruten de un corrido de los Tigres del Norte dedicado a la tía Teresa Mendoza o algún texto de la obra de Andrés López López, autor de El Cartel de Los Sapos, Las Muñecas de la Mafia, El Señor de los Cielos. Pero, francamente, quien más se entretiene es el escritor Arturo Pérez-Reverte, autor de La Reina del Sur, porque Castillo se ha encarnado en la protagonista de la afamada novela y serie televisiva. No fue Castillo sino “la mera, mera” tía Mendoza quien contactó a Penn y Guzmán.

Los detalles del operativo Cisne Negro ofrecen evidencias del entusiasmo de ‘El Chapo’ por los productos de la industria cultural alrededor de los narcodramas. Aparentemente, se encontraron en diferentes guaridas, discos de la serie La Reina del Sur y el libro ZeroZeroZero escrito por el autor italiano Roberto Saviano.

A El Chapose lo presenta como un antihéroe similar a Pablo Escobar, que opera bajo el mito de Robin Hood, el ladrón que roba a los ricos para beneficiar a los pobres. La historia de Joaquín es la de un niño que empieza vendiendo naranjas en la calle y que se convierte en el hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, entre 2009 y 2013, al igual que Pablo Escobar entre 1987 y 1983. Se encuentra en la lista de personas cuya fortuna supera los mil millones de dólares. La propaganda y los rumores que describen a Guzmán como un narco de vieja escuela que reparte dinero en efectivo, entre otras dádivas a los vecinos de sus pueblos, forjaron la leyenda de El ChapoGuzmán.

Frente a esta imagen masculina de gigantes proporciones, las mujeres atractivas se encuentran orbitando alrededor de la figura falocéntrica del narco. Ellas son reinas de belleza, modelos, artistas de televisión retratadas de forma unidimensional cuya valía es únicamente sexual. Pero la estructura de este drama es un clásico: esta historia tiene todos los elementos claves de un narcodrama, un irresistible hombre, una mujer seductora y ambiciosa que aspiran al dinero sino al poder, cuyo telón de fondo es alguna locación exótica.  Esta puede ser la historia de El Chapo y Kate, o la de Enrique y Angélica. No es el primer coqueteo de la farándula y la política. Parecen casi la misma cosa. Esto nos lleva a explicar la cantidad de información “ligera” en las redes y muy poco de aquello que nos interesa: ¿por qué el narcotráfico sigue siendo el negocio más rentable del mundo y del que nadie quiere hablar?

Epitafio de un narco

Su ego lo traicionó. Fue su peor enemigo. La ambición de contar su historia y la obsesión de poseer a La Reina del Sur eran igualmente urgentes. Encontró los biógrafos perfectos para llevar su vida a la gran pantalla. Las autoridades aseguran que la vanidad de Guzmán fue la clave de su recaptura. ¿Le espera a Joaquín Guzmán el mismo fin que a Pablo Escobar? En los próximos días los rotativos inundarán las páginas sobre las especulaciones en torno al proceso de extradición, la responsabilidad de Kate del Castillo y Sean Penn, pero nada realmente importante.

Desde la captura de Guzmán en 2014, la policía no ha dado ningún golpe significativo a la estructura del Cártel de Sinaloa. Y todo golpe contra el Cártel de Sinaloa beneficia a otros actores criminales como el Cártel de los Zetas. Quien haya ido a Coahuila, estado federal mexicano dominado por Los Zetas, sabrá que hay otros protagonistas crueles de la violencia. ¿La falta de acciones efectivas contra el Cártel de Sinaloa tiene algo que ver con las declaraciones de Phil Jordan, exdirector de inteligencia de la DEA, quien denunció en 2014 que Joaquín El Chapo Guzmán aportó recursos económicos para la campaña de Peña Nieto en 2012?

La captura de Guzmán no cambia nada. Esto lo saben bien las víctimas de la violencia de los cárteles, cientos de desaparecidos y periodistas asesinados. Esta es una certeza en medio de un mar de incertidumbres:

–Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió.”

Son las palabras recogidas por el periodista Julio Scherer García cuando en 2010 entrevistó a Ismael ‘Mayo’ Zambada, el capo “más poderoso”, según la Drug Enforcement Administration (DEA) y quien no ha sido capturado, a diferencia de ‘El Chapo’. Esa es la entrevista por la que muchos periodistas irían al mismísimo infierno, afirmó Scherer. Pero hay otros periodistas que dijeron “no”: Raymundo Riva Palacio, en mayo de 2010, y Gerardo Reyes, en marzo de 2013.  La razón principal es porque la entrevista está bajo control del entrevistado, es decir, el tratamiento deja de ser noticioso para ser propagandista.

Hay una gran diferencia entre el trabajo de Sean Penn y el trabajo cotidiano de cientos de periodistas quienes arriesgan sus vidas en el ejercicio profesional. Los mismos escoltas que acompañaron a Penn son probablemente los responsable de las muertes de periodistas que no se subordinan ante el poder. Esos periodistas que se preparan saben que una entrevista en condiciones de clandestinidad no proporciona la seguridad obligatoria y que una entrevista condicionada a la supervisión no guarda la distancia analítica necesaria para hacer un trabajo ético.

Este puede ser un artículo más sobre narcos, una crítica más sobre el trabajo de los medios o el exhorto a pensar en el uso político que se le ha dado a la captura de criminales de medios y altos mandos. Más allá del estigma que marca a México con sangre y plomo, ¿qué hay detrás de los titulares de prensa? Se sabe que los tentáculos del Cártel de Sinaloa se extendieron hasta  Ecuador. En 2015, la Oficina del Tesoro denunció la existencia de empresas fachada que lavaban el dinero de origen ilícito en el país sudamericano. El modelo de negocios del Cártel de Sinaloa ha logrado trascender las fronteras internacionales hasta consolidar su poderío sobre el corredor del Océano Pacífico. ¿Cuánto sabemos de su influencia en Ecuador?