Inicio Derechos Ella se me ofreció y yo me vi obligado

Ella se me ofreció y yo me vi obligado

Ilustración tomada de esquinadorsal.com
Ilustración tomada de esquinadorsal.com

Por Rocío Carpio / @marocape

Antonio Ricaurte, concejal del Municipio de Quito, publicó un vergonzoso video en el que se justifica por haber caído seducido por otra mujer, la concejala Carla Cevallos, siendo él un hombre comprometido. Los pormenores de su discurso ya son bien conocidos, pues más allá de la fallida lectura de la diatriba y la dudosa autoría del escrito (sea del origen que fuere), el punto es el mismo: el hombre no tiene la culpa de que una ofrecida se le haya metido por los ojos. Y él, claro, como hombre que es, se haya visto obligado. Tiene el perdón de Dios, de la sociedad y de su esposa. ¡De su esposa! Sí, de ella. Y esto es lo que más me inquieta. Si la única manera de subsanar una traición es exponer  y lapidar públicamente a una mujer, acusándola de ofrecida (eufemismo para puta) y mostrándose como víctima de las artes de seducción de una vampiresa, entonces hay que tener lástima de la sociedad en que vivimos.

Vamos a ver. El argumento -si se le puede llamar así- que presenta Ricaurte es de antigua data y ha sido más manoseado que rosario de beata. Muchas mujeres seguramente lo habrán escuchado cuando descubrieron la infidelidad de sus parejas y una gran cantidad deben haberse tragado el inverosímil cuento aún sabiendo que es imposible, pues como alguien comentaba en un muro, para bailar un tango se necesitan dos.


El argumento -si se le puede llamar así- que presenta Ricaurte es de antigua data y ha sido más manoseado que rosario de beata.


Ahora, trascendiendo las moralinas, moralismos impuestos y autoimpuestos, y todas las ideas asentadas socialmente acerca de la fidelidad, el matrimonio y demás, el tema aquí no es si el «infeliz adúltero» le puso los cuernos a su pobre mujer. Tampoco es, como muchos aseguran, que por el hecho de traicionar a su mujer es un ser despreciable, ni mucho menos lo que los correctos varones desde su posición tradicional y de elegante machismo políticamente correcto aseguran: «caballero no tiene memoria». ¡No y mil veces no! ¿Caballero no tiene memoria? Una vez más, el machismo más ramplón haciendo gala de una posición dominante y superior en la que la mujercita debe ser protegida en su honra. «Si ya te la tiraste y la deshonraste en la intimidad, no la deshonres públicamente». ¡Por favor!, esas frases representantes de una idiosincracia machista datan de siglos atrás, cuando las mujeres que no mantenían su virginidad eran repudiadas socialmente. Ahora, tampoco se trata de ser relativistas y de creer que con esto que digo estoy defendiendo que se revele la intimidad de otra persona. Pues no, y justamente ese es el quid del asunto: nadie tiene el derecho a exponer a una persona de esa manera, sea hombre o mujer. En esta caso, una humillación pública que busca denigrar a una mujer porque ella y nadie más que ella sería la responsable de la infidelidad.


¿Caballero no tiene memoria? Una vez más, el machismo más ramplón haciendo gala de una posición dominante y superior en la que la mujercita debe ser protegida en su honra.


Ahora, quiero regresar a otro punto. La inverosimilitud de ese argumento que, sin embargo, parece funcionar con muchas mujeres, quienes se hacen eco de él y lo repiten. No podemos asegurar que la esposa de Ricaurte le exigió este tipo de resarcimiento, aunque por la forma en la que «lee» el texto, este parecería no haber sido escrito por él. Si así fuera, aquí viene lo más triste del asunto: quitar la responsabilidad al hombre y acusar su actuación a la debilidad propia de su género solo comprueba que vivimos en una sociedad en la que las mujeres aún seguimos siendo esas malignas seductoras que hicieron que se nos expulsara del paraíso. ¿Anacrónico? ¿Ilógico? ¿Estúpido? Sí, todo eso junto y más. Aquí el tema ya no es ni siquiera el concejal Ricaurte y su fallida búsqueda de perdón, ni su esposa siendo reparada en su orgullo a través de denigrar a otra mujer llamándola ofrecida (o puta), ellos son apenas el síntoma social de superficie, que gracias a internet y las redes sociales nos revelan públicamente lo que ya sabíamos. El tema somos aquí todos nosotros y nuestra idiosincrasia. Ahora se quiere descalificar a la concejala Carla Cevallos utilizando la campaña contra el femicidio que lideró hace algunos meses, como carroñeros que somos, haciendo leña del árbol caído.

No existe una sola moral ni valores únicos. Lo que para muchos hipócritamente es condenable, para otros no lo será. Lejos de cualquier categorización moral, en el fondo sabemos que la monogamia es una imposición social, no obstante, somos seres de compromisos y de estructuras sociales. No aplaudo ni escupo su actuar, pues nadie está en posición de juzgar moralmente a nadie, sin embargo, sí puedo condenar que sigamos como sociedad reduciendo a la mujer a un rol de ‘decencia’ dentro de los términos anteriormente expuestos, pues lo contrario la convertiría en una «mujercita que no se respeta y no se valora». ¿Hasta cuándo?

10 COMENTARIOS

  1. Este discurso victimista donde la mujer a priori se la entiende como la ultrajada se esta quedando antiguo. Por otro lado la palabra «puta», la cual encierras entre paréntesis no te debería ofender ni a ti como autora ni a Ceballos ya ella misma goza de su libertad sexual como la «puta» (recordemos su campaña contra la violencia machista). ¿Mancillar la dignidad de una mujer por llamarle «ofrecida»?…por favor las mujeres son mas fuertes que eso.

  2. Lo que ella está haciendo es venganza, porque se nota su desesperación de no saber que hacer ante tal acontecimiento. Escudarse en el machismo es el último recurso de una mujer y lamentablemente, tiene las de ganar.

    Acá en Ecuador, siendo hombre, no hay donde denunciar a una acosadora, las mismas autoridades se burlan o no toman en serio esos casos, hacen como que no existieran o fueran algún chiste… A el no le queda de otra que de retractarse, porque no hay ninguna protección o ley de la cual se pueda favorecer. En cambio, una mujer si puede denunciarle por violencia de género, porque acá las leyes prejuician con esa perspectiva. ¿Quién realmente es el que no tiene voz? ¿Quién realmente es al que le toca quedarse callado?

    O es desesperación, al no saber que hacer, o es estupidez o es ambas; pero el resultado es y sería el mismo, sea cual sea el motivo de la declaración de él.

  3. Uno se defrauda profundamente al ver que en este país, a estas alturas de «desarrollo», y con los tantos (y muy complejos) problemas por los que; atravieza, la gente hace de la vida de sus «representantes políticos» (si,entre comillas por eso de la vergüenza ajena), un circo similar al de esos talk shows baratos o al chisme bomba de vecinas de barrio, acerca de los dramas génito-afectivos de dichas personas; con poca sangre en la cara y elocuencia descarada, los más oportunistas llaman a esto «violencia de génera» «lucha por rescatar la digidad y el respeto a las mujeres», entre otros; lo peor es que en menos de tres días hay par denuncias, un vencedor y un vencido, declaraciones por doquier en todos los canales y reconocimientos especiales para la victima quien «sacó la cara por las mujeres acosadas, perseguidas, etc..» ( otra farsa para autopublicitarse con ayuda de gente crédula ); hasta memes hay…. CIRCO!!!
    Los entendidos podrían decir que en este caso incluso se podría haber hablado de difamación, daños a la moral entre otros, pero violencia de género????!!!

    Un país que realmente quiere avanzar y que se respeta no da cabida para que estas payasadas sean primera plana de noticias teniendo en cuenta que hay asuntos que van más alla de triangulos amorosos y pseudoactivismos (alimentados, dicho sea de paso, por todo ese periodismo amarillista basura e ignorante); si dejamos que este tipo de personas o sucesos hablen de nosotros como país, entonces sigan siendo el hazme reir y dejen de cuestioanrse por que en algunos países del mundo piensan que aun usamos taparabos

  4. La felicito por su artículo, es excelente. Sin embargo no deja de lastimarme el uso de la palabra «concejala» que está increíblemente enraizada entre los ecuatorianos.

  5. Me averguenza profundamente como se maneja la politica en mi pais. Este evento para mi es eso. Un manejo político sucio. Si fueron dos maricas haciendose daño mutuamemte o si fue dirigido o creado para deslegitimar a un ser humano es otro problema. Pero en realidad prefiero mantener mi criterio claro….»ESTOS SON LOS QUE AHORA GOBIERNSN QUITO» Ambos…. porque todos caímos en su novela….

  6. Si en algo el ser humano es primitivo y no ha evolucionado, o el mismo Dios nos ha dejado como al principio -para los creyentes-, es en lo sexual. Sin embargo, la ropa y la sociedad nos sacan temporalmente cada mañana de ese primitivismo. Creer que este «culebrón» nos caracteriza como país o dice de nosotros respecto de nuestra desgracia política, me parece fuera de toda lógica. Lo sexual no identifica a una sociedad: esto no creo sea machismo ni violecia de género, si creo que es una cobardía del «señor», una falta de respeto a la intimidad que quiso tener con Carla. ¿Violencia de género? Y si fuese al contrario? Seria también violencia de género? Que los hombres tenemos el poder de denigrar? No!! Estos es simplemente un amorío que, como casi siempre sale mal!! Carla defiende la libertad sexual y la libertad de ser «puta» y es respetable, pero si defiende ello aténgase a las consecuencias sociales de defenderla. Vivimos en comunidad nos guste o no

  7. Lo olvidaba:
    Ni defiendo de ninguna manera «la mariconada» de este «señor», pero estoy seguro que dentro de la forma de pensar de Carla, acusar de violecia de género a este tema no se conduele con su campaña de libertad de la mujer que promulgó. Creería que es un tema de violacion de intimidad y de falso testimonio ya que «los ofrecidos» terminarían siendo los dos, pero el uno «rompió su voto de complicidad»

  8. Sinvergüenza, pillo, corrupto y encima maricón culpando a una mujer de su falta de solvencia testicular, esos son los gobernantes , das pena Ricaurte, deberías tomarte un cursito para aprender a ser hombre y otro para ser decente.

Los comentarios están cerrados.