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La cara oculta de Bergoglio

Imagen tomada de reporteroxxi.com
Imagen tomada de reporteroxxi.com

Por Alberto Moya* /@radioGuillotina


El Papa Francisco I ha concluido su gira por tres países de Latinoamérica, Ecuador, Bolivia y Paraguay. Ahora, revisitamos algunas de sus relaciones con la prensa. Horacio Verbitsky, su principal impugnador respecto de la autoridad moral en relación con la lucha contra la dictadura, es uno de los casos más destacados.


Hace poco, La Barra Espaciadora reprodujo declaraciones del jesuita Gustavo Morello, en las que él recordaba que el periodista Horacio Verbitsky había señalado a Jorge Bergoglio por “haber entregado a dos jesuitas al gobierno militar (argentino). Uno de ellos, Francisco Jalics, quien vive en Alemania, desmintió a Verbistky”.

En verdad, Jalics no desmiente a Verbitsky, sino a sí mismo, ya que lo publicado por el periodista fue tomado de un libro del jesuita cuyo ánimo de denuncia solo se revirtió cuando Bergoglio se impuso como Papa.

Revisitar ese tema viene a cuento porque este año –después del suicidio del fiscal que debió investigar el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en 1994, y justo antes de que Francisco I regresara a Latinoamérica–, el periodista que más investigó a ambos fue objeto de una difamación de ribetes internacionales. La diatriba vino de la mano del Grupo Clarín, una corporación que supera a la red Globo, de Brasil, o Televisa, de México”.

La sucesión es clara: en enero se mató Alberto Nisman, luego de haber presentado una denuncia contra la presidenta Cristina de Kirchner por presunto encubrimiento del atentado a la AMIA; pretensión que, luego de aparecer con un tiro en la cabeza, fue desestimada por el Poder Judicial. Luego, los medios de Clarín pretendieron presentar al periodista como inspirador de las estrategias del gobierno Kirchner. En medio de ese intento, un miembro del programa radial de más audiencia en el multimedio adelantó que publicaría un libro en el que mostraría a Verbitsky como colaboracionista de la dictadura.

Así trocaron la presentación que se le dispensaba –por caso– en Italia, donde era considerado por Il Manifesto como “uno dei simboli della resistenza alla dittatura”; para pasar a ser objeto de una propaganda negativa: “Il principale accusatore de @pontifex lavorò per la dittatura militare; en Europa, según el diario del Vaticano, “la polémica lanzada por Verbitsky en torno a la presunta pasividad durante la dictadura se le volvió en contra”; en Polonia, “Verbitsky, que acusó al Papa de cooperar con la Junta militar, estaba en la nómina del régimen, según periodistas tras 14 meses de análisis de documentos”. De esta manera, consiguieron que Verbitsky trepara al rating 9 de Trending Topic en Twitter.

En esa red, entre los amplificadores con que contaron estuvo un excorresponsal norteamericano que, desde el 4 hasta el 28 de mayo, dedicó 75 posteos contra Horacio Verbitsky, un empeño inusitado para ese miembro del Center for Hemispheric Defense Studies: en el tercer lugar del staff encabezado por el general (R) John Thompson, figura Mr. Martin Edwin Andersen, Chief of Strategic Communications / Assistant Professor of National Security Affairs, tal como publicó esa organización de lobby creada en 1996, tras la reunión filocastrense en Bariloche que siguió a años de conversaciones con ministros del área motorizada por el norteamericano William Perry, secretario de Defensa. Ya vemos quién trabaja para los militares.

La campaña contó con sus declaraciones desde una radio de Mendoza, pero cuando revelé en el coterráneo diario Mdz su vinculación castrense, el excorresponsal del Washington Post consideró que “Moya se estrena en el macartismo” y no accedió a mi invitación para debatir en una emisora de Buenos Aires.

El Grupo argentino del círculo rojo no perdona la militancia en favor de la ley de servicios audiovisuales o la defensa de seis colegas denunciados por la empresa, a la que se suman otros ofendidos con Verbitsky que reproducen la infamia como en 1992; 1995; 1998…

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La santa pasteurización de Monseñor Arnulfo Romero

Lejos de enredarse mucho en desmentidas, Verbitsky siguió escribiendo. Su primera nota dominical fue sobre la canonización al arzobispo Arnulfo Romero y la relación de Jorge Bergoglio (hoy Papa) con el obispo argentino Antonio Quarracino, quien condenara a Romero en su momento.

Arnulfo Romero fue canonizado por disposición del Papa Francisco, luego de un proceso de pasteurización. Se ocultan su nexo con la teología de la liberación y el rol que cumplió en su muerte el cardenal Quarracino. Alberto Methol Ferré fue el nexo entre Quarracino –quien rescató a Bergoglio del exilio interior que le había impuesto la Compañía de Jesús– y el actual pontífice. Documentos secretos y el diario de Romero señalan el nefasto papel de Quarracino.

Para sostener esta historia reprodujo un documento secreto de la Cancillería y 29 citas documentales al pie (que puede cotejarse aquí).

La cara oculta de Bergoglio no puede ser olvidada con algunos gestos caritativos hacia gobiernos populares como los que en estos días visitó Francisco I.


*Alberto Moya es periodista desde hace un cuarto de siglo y docente universitario. Cubrió el Festival Woodstock de 1994, en EE.UU. y episodios en México; Perú; Uruguay; Brasil y el golpe en Paraguay. Ha escrito en la Agencia Periodística del Mercosur; para diarios como Página/12 o Perfil y revistas como Gente o Veintitrés. En 2009, fue considerado «revelación» por la revista Noticias. Escribió cuatro libros y recibió una decena de premios en Argentina.

 

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