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Piedra sobre piedra. Relatos desde Nepal

Foto: White Butterfly
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RELATO TRES

Letrinas para Nepal: un trabajo en equipo

Por White Butterfly – 28 de abril a 1 de mayo de 2015

(Colección y traducción de historias por Andrea Almeida Villamil / @aavillamil*)

La televisión creó y transmitió solo dramas del desastre, ¡así que, mejor, la apagué!

El evento fue terrible. Las secuelas son terribles. Pero, el enfoque de los medios es cruel. ¿Por qué mejor no salimos y asistimos a los heridos? ¿Por qué no hablamos de lo que realmente se siente ahora al estar vivo? ¿De qué sirve recalcar que estás bien y a salvo delante de tus vecinos, de tus amigos, de quienes están adoloridos? No, nuestra nación no está a salvo. Nos ha llegado ayuda de todas partes del mundo, pero no hemos podido recibirla con gracia y madurez. Voluntarios de todas las naciones se han quedado varados en el aeropuerto porque el gobierno no autoriza su transporte a las regiones más afectadas. La burocracia quedó sumida en su egocentrismo y en su agenda política.

En el hospital me he asegurado de que los heridos reciban tratamiento. No estoy en posición de tener un helicóptero a mi servicio ni de trasladarme a las áreas más afectadas. Será mejor que me concentre en las acciones más simples, las que se nos pasan desapercibidas.

III.

He encontrado a un hermoso ser humano: Ishaan. Entre los dos tenemos la misma idea en mente. Tras nuestra ‘investigación de campo’, increíblemente, nos encontramos con ¡cuatro baños para el uso de 1 000 personas!

Esta mañana hemos cargado nuestras bicicletas con el triple de su peso. Compramos una carpa con el dinero que teníamos en los bolsillos. No nos alcanzaba para el bambú. Ishaan ofreció al dueño de la tienda dejar su celular en prenda. Lo recuperaría cuando tuviera algo de dinero. El tendero no aceptó la oferta. Por fortuna, mi hermano resolvió el problema y nos prestó lo que nos hacía falta. Cargamos más de 100 bambúes en una camioneta y nos dirigimos al área de Tudikhel. Tan solo teníamos dos herramientas de jardín para cavar el suelo. Compramos tres palas y empezamos a trabajar con nuestros limitadísimos recursos. Después de un rato se nos unió un grupo de chicas: “Tenemos que ayudarlos, ustedes están haciendo esto por nosotros”. Lentamente, más amigos, más personas se sumaron y trajeron sus propias herramientas. Cuando tuvimos unas cuantas letrinas, llegó un coronel a ver nuestro trabajo. Quedó impresionado. Su equipo nos colaboraría si lográbamos reunir más material. Ahora contaríamos con soldados y con una excavadora. El trabajo avanzaría mucho más rápido y sería mucho más eficiente. Tendríamos un baño digno y seguro… ¡Claro que conseguiremos más material!

Foto: White Butterfly
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Por las calles corrían los rumores sobre un fondo del gobierno asignado para la tarea, que nunca llegó a su destino. A estas alturas, ya no nos importaba hacer una nueva colecta de los ‘sueltos’ que cada uno tenía y donarla para cubrir tal ‘descuido’.

Con el trabajo casi culminado, se acercaron miembros de algunos partidos políticos. Al atardecer, tomaron fotos y las publicaron antes de que nosotros hiciéramos lo mismo. Las vimos en Facebook. Los créditos se atribuían a sus respectivos partidos.

Me sentí bien de que –al menos– tuvieran una oportunidad de demostrar amabilidad, generosidad. Era como una pequeña muestra de la confianza en la humanidad. No se puede desconocer la grandeza de su acción. Yo creo que cada una de las personas en el planeta quiere ser buena, pero creo también que no sabe cómo. Mi forma de percibir el mundo me dice que si alguien se siente confortable en el cojín que diseñaste, debes dárselo. Puede que eso le enseñe a hacer un cojín para otros. Poco a poco aprenderá a tomar menos y a dar más. Al final de cuentas, ¿realmente importa quién se lleva el crédito? Requiere de energía, generosidad, amor y compasión estar en todo momento ligero de equipaje. Y creo que todos hemos nacido con esta capacidad. Nos es natural.

Foto: White Butterfly
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La voz de nuestra labor de construcción de letrinas ha corrido por la nación. Hemos recibido cientos de correos para hacer donaciones, llamadas de la BBC y de organismos como la ONU. Una ONG con base en Haití quisiera colaborar para ampliar la cantidad de letrinas y de medidas sanitarias. Por mi parte, seguiré enviando buenas vibras a todos los seres sensibles.

Hoy, nuestro equipo construyó más letrinas en el distrito de Bhaktapur. Miles de personas han estado acampando en el parque. Cuando llegamos, jóvenes de la localidad estaban ya en la tarea. ¡Fue tan gratificante verlos en acción! Con el equipo, cubrimos los charcos con barro y ladrillos. Continuamos con la labor en otras áreas hasta que cayó la noche. Un poco antes de partir, se nos acercó un hombre y nos pidió que chequeáramos su casa. No fue fácil llegar, pues el camino estaba bloqueado por los escombros de tantas viviendas destruidas. Nos contó que nadie había ido a verlos, que nadie sabía que habían pasado en esa esquina sombría. Anotamos su número de contacto, dejamos en el lugar donde estaba viviendo junto a otras 80 personas, plástico y bambúes para levantar carpas. Mañana volveremos para construir las letrinas y para ver de qué otra manera podemos colaborar con ellos.

Los jóvenes de Kirtipur nos piden instrucciones, que compartamos el ‘método’ de la construcción para que ellos pudieran empezar la labor en el área. Sí, hacernos cargo de la sanidad reduce los márgenes de contaminación y enfermedad. Consultaré y ampliaré mis conocimientos al respecto. Hay tantas tareas por cubrir…

Trato de escuchar a mi corazón, las directrices que me dicta para actuar con flexibilidad, con creatividad, con efectividad, para mantener el espíritu vivo en estos tiempos tan duros. Mientras grandes cantidades de ayuda extranjera continúan llegando, quiero concentrarme en los pequeños ‘salpicones’ de esperanza que puedan emanar. Construir letrinas temporales en las comunidades afectadas no es suficiente. Se necesitan recipientes adecuados para almacenar agua, jabón, mascarillas, cepillos de dientes, dentífricos. Esos elementos tan cotidianos y ahora tan escasos. El desplazamiento afectará a algunos por un corto tiempo, pero para muchos otros, las consecuencias que afrontarán son a largo plazo. Hay que pensar en lo que se nos viene: instalar baños públicos, impedir el aparecimiento de enfermedades fácilmente transmisibles como el cólera.

Varios individuos y grupos se han unido, como Clean up Nepal, que implementará letrinas de emergencia en áreas lejanas. Hoy viajaré con ellos al área de Harisidhi (Lalitpur) para construir entre 10 y 15 unidades. Mientras tanto, el resto del equipo cubrirá otros lugares.

Una acción que nació como algo simple ha escalado hacia lo alto, ha cobrado velocidad y se expresa con optimismo en nuestra comunidad. ¡El trabajo en equipo nos sienta bien!


*Andrea Almeida Villamil (Quito, 1980). Editora. Correctora de Estilo. Traductora. Tiene a la Mujer con los 5 elefantes en la mira. Licenciada Multilingüe en Relaciones Internacionales, con una Diplomatura en Periodismo del Desarrollo. Estudiante de Psicología Clínica. Se declara amante de las lenguas y de los juegos de palabras.