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Sudakaya vuelve en tiempo de cosecha

Sudakaya, la banda ambateña que rompió toda expectativa a principios de los dosmiles, volvió a juntarse en La Casa Nosstra, para Epicentro, Arte en vivo. Su reggae solo es la muestra de que hay madera para largo. Claro, hay nuevo disco, una gira que comienza y nueva audiencia para conquistar. Esta es su cosecha, y eso que apenas empieza.

Integrantes de Sudakaya. Foto: César Acuña Luzuriaga

Por Lorena Serrano | lolo2893

«Volver a tocar 5 años después de habernos separado fue un renacer». Así define Hugo Caicedo el regreso de Sudakaya a los escenarios.

Esta banda -ritmos jamaiquinos sostenidos en la base del reggae, en medio de la escena contemporánea urbana- se formó en la serrana ciudad ecuatoriana de Ambato, en 2002. Luego de un año editaron independientemente su primer disco, Todo Va Bien, con el que llegaron a importantes escenarios de todo el país.

En 2007 lanzaron Selekta Combinación, en formato EP. Para 2008 llegó Terminal, en el que los sonidos recrean un estilo mestizo, andino, urbano y caribeño. Finalmente, poco antes de su separación, presentaron Diez, a manera de tributo a su carrera artística.

Este reggae sudaka conquistó en poco tiempo festivales y bares latinoamericanos, que para entonces, pocas bandas habían alcanzado.

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Juan Pablo Cobo, Juan Manuel Sevilla y Hugo Caicedo se preparan para la entrevista mientras bromean, minutos después de su presentación en la Cassa Nostra, como parte del proyecto de Epicentro, Arte en vivo. La intimidad del show les hizo recordar viejos tiempos de bares y bohemia con la música como su alimento diario.

Su regreso fue orgánico. Todo en la banda siempre se dio de manera natural, desde el caos hasta el equilibrio, y ahora, con más madurez, están “abrazando el momento, volviendo a disfrutar”, dice Guanaco. Lo suyo es pura necesidad de tocar, de jammear y de gozar con las canciones que durante una década fueron himno de una generación. Así, en algunas bodas, con varias copas encima, subían al escenario y tocaban; la sinergia de su pasión por la música y esa amistad invaluable era imposible de negar. Una que otra reunión en la Sudakasa, en el barrio La Floresta, y estarían listos para reemprender el camino.

Sus integrantes tuvieron un permanente contacto con la música. Por eso, volver a converger fue una suma de experiencias y de historias. Sudakaya no decidió abrirse de la escena musical, solo «se quemó y fue bueno tomar la distancia”. El ego solo dependía de la banda y de sus logros. Ahora, este distanciamiento afianzó a sus integrantes. Se establecieron y crecieron como individuos. Guanaco MC ha sobresalido en la escena con su último álbum como solista, Blasfemia, y para él estos dos caminos que la música le dio son «como hacer el amor y masturbarse, dos cosas bien bonitas”.

El regreso viene con Hugo Caicedo, Arturo Nicolalde, Juan Manuel ‘el Sambo’ Sevilla y Guanaco. Hay nueve músicos, a excepción del saxo a cargo de Luis Sigüenza, y de los teclados de Andrés Aveiga. Su mánager para la gira es Jorge Asanza.

Saca Todo y Latido Fest fueron sus festivales para retornar a la escena. Otra vez en la tarima, la adrenalina los invadió, pero confiesan que están tomando las cosas con calma. Su música habla sola.

Sudakaya ha comenzado ya su tour La Cosecha, para recoger lo sembrado y lo olvidado en el camino, como el recuerdo de aquella catarsis que en 2002 unió a varios panas, una tarde en un jacuzzi, para iniciar un juego de beats y mucho filin.

Con miras a hacer un documental, Sudakaya, está realizando un crowdfunding y pidiendo colaboraciones a sus fans para que puedan recopilar fotos, videos y archivos de sus giras. Diez años de historia,  su cuarto álbum, merece ser contado.