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Un lápiz y un libro para cambiar al mundo (el sueño de Malala)

Por Anaís Madrid / @anaistamara

Cuando el velo se mueve descubre un lunar sobre su mejilla izquierda y apenas deja ver su cabello. Sus cejas parecen unirse enmarcando los ojos cafés. Ella escucha a Justin Bieber y a Selena Gómez, es seguidora de Angelina Jolie y de la serie Crespúsculo.

Para la revista Time, esta joven pakistaní es una de las 100 personas más influyentes del mundo. Para la revista Glamour, a sus 17 años y con un metro y medio de estatura, es la Mujer del 2014. Algunos dicen que es “la joven más valiente del mundo”. Mientras los medios se pelean por entrevistarla, los extremistas pakistaníes la amenazan de muerte. El pasado 10 de octubre, Malala Yousafzi ganó el Nobel de la Paz 2014.

En 2012, camino a casa en el autobús de su escuela, recibió un disparo en la cabeza; un año después publicó su autobiografía. Defensora de la educación y de la igualdad, Malala no quiere ser recordada por lo que le pasó. Cuando sucedió el atentado, el 9 de octubre de 2012, tenía 14 años. Catorce niñas fueron heridas. El pistolero la había reconocido: era la niña del blog que desafió al régimen talibán. El Primer Ministro, Raja Pervez Ashraf, envió un helicóptero para que fuera al hospital militar de Peshawar. Después de extraerle la bala, los médicos afirmaron que no había peligro. Pero las amenazas no tardaron en llegar; Ehsanullah Ehsan, portavoz del grupo terrorista, anunció que intentarían matarla otra vez. Días más tarde, Malala viajó a Reino Unido, donde le practicaron varias cirugías por las heridas del cuello y la cabeza. Le implantaron  una placa de titanio en el cráneo y un dispositivo en el oído izquierdo. En febrero de 2013, finalmente salió del hospital. El 12 de julio de 2013, nueve meses después del atentado, Malala vistió el chal de Benazir Bhutto, Primera Ministra de Pakistán en dos ocasiones y víctima mortal de un atentado talibán, en 2007. Estaba orgullosa de usarlo ese día. Assalamu alaikum fue el saludo con el que empezó su discurso para decirle al mundo que las balas no callan a la gente.

740dc5ba6919482fff97a3540a40f267Los terroristas pensaban que iban a cambiar mis objetivos y hacerme dejar mis ambiciones. Pero nada ha cambiado en mi vida, excepto esto: la debilidad, el miedo y la desesperanza murieron. Nació la fuerza, el poder, el coraje. Yo soy la misma Malala: mis ambiciones son las mismas, mis esperanzas son las mismas. Y mis sueños son los mismos. Queridos hermanos y hermanas: no estoy en contra de nadie.

Habló desde su posición de mujer joven pakistaní, sin olvidar el legado de Martin Luther King, Nelson Mandela y Mohammed Ali Jinna, el ejemplo de paz que tuvo de Ghandi, Bacha Khan y la Madre Teresa, con el sentido del perdón que aprendió de sus padres. Hizo un llamado a los líderes mundiales para cambiar sus políticas estratégicas a favor de la paz y la prosperidad y se despidió con esta frase que ya dio la vuelta al mundo: Tomaremos nuestros libros y lápices porque son armas más poderosas. Malala aseguró que la educación es la única solución a la pobreza, el terrorismo y la explotación. Ella, como su padre, que es maestro, sueña en que algún día todos los niños y niñas del mundo puedan ir a la escuela. Quiere educación para todos, incluso para los hijos de los talibanes extremistas que aseguran que la matarán si regresa a su país.

Malala nació en la capital de la provincia de Jaiber Pajtunjuá, Peshawar, una ciudad ubicada cerca de la frontera afgano-pakistaní. Hoy este es uno de los centros administrativos y económicos más importantes del país. Durante los últimos años ha recibido una población significativa de refugiados e inmigrantes de Afganistán. Entre 2008 y 2009 Peshawar fue noticia mundial debido a los atentados talibanes en coches bomba. El Valle de Swat, lugar donde creció y estudió Malala, fue tomado por el régimen talibán en 2007. Las matanzas indiscriminadas a todo aquel que se opusiera al mandato extremista son solo una prueba de la violación constante a los derechos humanos. En el Valle de Swat está prohibido vender música, que las mujeres salgan de casa sin un varón que las acompañe y que los hombres se afeiten la barba. En 18 meses, los extremistas destruyeron 170 escuelas, casi 100 solo de niñas.

El odio, o quizá el temor de los talibanes por Malala se debe a sus palabras. En 2009 Malala Yousafzi escribió un blog para la BBC, con el seudónimo de Gul Makai, contando cómo era la vida de los niños y niñas en el Valle de Swat. La mayoría de entradas fueron escritas en primera persona, al estilo del diario de Ana Frank. Describían el miedo, el dolor y la inseguridad: “Tuve un sueño terrible anoche en el que había helicópteros del Ejército y talibanes. Tengo esos sueños desde que se lanzó la operación militar en el Swat”.Cuando los talibanes dejaron el poder y se reveló su identidad, ganó el Premio Nacional por la Paz, Pakistán (2011). En su blog aparecieron sus primeras ideas respecto a la educación femenina, tema por el que hoy el mundo la reconoce.

68a0fd6bc70019c60f9922e9f9b8f454Desde 2013 Malala vive refugiada en West Midlands, Birmingham; su padre es el agregado de educación del consulado de Pakistán en Reino Unido. En marzo del mismo año regresó a estudiar la secundaria en el Instituto Edgbaston de Birmingham. En octubre, publicó con la periodista inglesa Christina Lamb Yo soy Malala, su autobiografía. Las autoridades de Pakistán prohibieron que el libro fuera presentado en la Universidad de Peshawar, considerando que trataba un asunto estrictamente político ajeno a la universidad. Los talibanes amenazaron a quienes vendieran el libro porque Malala no ha hecho nada reseñable y ha renunciado al islam. En una entrevista con Christiane Amanpou, trasmitida por CNN en octubre de 2013, la activista envió este mensaje a los extremistas:

Y quiero decirles a los talibanes de forma pacífica que la verdadera yihad es la lucha a través de los lápices y las palabras. Esta es mi yihad. Estoy luchando por mis derechos, por los derechos de todas las niñas.

Su arma es la palabra y su poder está en educarse. Malala asegura que quiere alzar su voz por el resto de niñas que han sido excluidas de la educación.“La educación es un poder para las mujeres, y eso es por lo que los terroristas le tienen miedo a la educación. Ellos no quieren que una mujer se eduque porque entonces esa mujer será más poderosa”, le dijo a The Daily Show.

En julio de 2014 visitó a los familiares de las jóvenes nigerianas que fueron secuestradas por el grupo terrorista Boko Haram. Pidió que el Gobierno informara sobre la búsqueda de las 220 desaparecidas. Malala ya había sido parte de la campaña #bringbackourgirls que se posicionó en Twitter como un tema mundial. “Pienso muy a menudo en ellas; como yo, solo quieren ir al colegio y cada vez que leo la palabra Nigeria, incluso durante un partido de fútbol, me acuerdo de ellas”, le comentó a The Sunday Times.

Después de recibir casi un premio por cada año de edad, entre los que cuentan, además del Premio Nacional por la Paz, Pakistán (2011), el Premio Simone de Beuavoir, Francia (2013), el Premio Peter Gomes de la Universidad de Harvard, Estados Unidos (2013), Malala, finalmente, se llevó el Nobel de la Paz. El comité sueco falló a favor de ella y del activista indio Kailash Satyarthi, asegurando que “es importante mencionar el punto de que un hindú y una musulmana, un indio y una pakistaní, se unan en un esfuerzo común por la educación y en contra del extremismo”.

Kailash, de 60 años, es ingeniero informático de profesión pero dedicó su vida a la erradicación del trabajo infantil, denunciando a las multinacionales indias que explotan a niños y niñas de entre 5 y 12 años de edad. Su organización, Global March, ha liberado a 80.000 niños y niñas en 160 países. Ambos recibirán 1.110.000 dólares y la activista también se lleva el récord: ser la más joven en recibir el galardón. El ABC, de España publicó que con esta elección “se ha querido premiar la lucha que hacen ambos”, y es cierto. La India y Pakistán viven en conflicto desde 1947 y la enorme repercusión mediática que tiene el Premio Nobel es un llamado a los jóvenes, sobre todo a las mujeres, a levantar su voz por la defensa frontal de los derechos humanos.

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2 COMENTARIOS

  1. Mientras se oculte el verdadero problema que tiene el mundo no podremos acabar con el terrorismo, las guerras y toda la explotación de seres humanos. El sistema capitalista esta acabando con la especie humana y estos premios que son dados por el mismo sistema, en que ayudan a la humanidad, se lo dieron al presidente de los Estados Unidos y después se metieron en unos países asesinar familias con la escusa de estar buscando terrorista que ellos mismo crean. Yo no creo en esos premios, si algún premio necesita la humanidad es salir de este perverso sistema. Solo que con el cuento del comunismo le meten miedo al mundo. El único que sistema al que se le debe tener miedo es al actual que esta acabando con la vida de la tierra. César Camejo

  2. Mientras se oculte el verdadero problema que tiene el mundo no podremos acabar con el terrorismo, las guerras y toda la explotación de seres humanos. El sistema capitalista esta acabando con la especie humana y estos premios que son dados por el mismo sistema, en que ayudan a la humanidad, se lo dieron al presidente de los Estados Unidos y después se metieron en unos países asesinar familias con la escusa de estar buscando terrorista que ellos mismo crean. Yo no creo en esos premios, si algún premio necesita la humanidad es salir de este perverso sistema. Solo que con el cuento del comunismo le meten miedo al mundo. El único sistema al que se le debe tener miedo es al actual que esta acabando con la vida de la tierra. César Camejo

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