Por Ana María López Jijón / @amlj7
Dámaris Intriago es biomédica, divulgadora científica y docente. Tiene un máster en Medicina Molecular por el Imperial College London, en Reino Unido, y ha realizado investigaciones sobre el cáncer de mama tanto en Reino Unido como en Alemania. Se define como una activista STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por las siglas en inglés), «porque promuevo la educación en ciencias y la equidad de género en la ciencia”.
Dámaris cree que para comprender qué es el coronavirus COVID-19 y para entender por qué es crucial acatar las medidas de aislamiento social, primero es importante que entendamos qué es un virus. En redes sociales, Dámaris procura ser muy didáctica con el propósito de llegar a sus audiencias de la misma manera que llega a sus estudiantes: con claridad y sencillez, con el permanente afán de establecer conexiones directas y afectivas con sus interlocutores.
Dámaris hace un llamado a la ciudadanía del mundo para buscar fuentes científicas al momento de informarnos sobre esta pandemia.
Dámaris, empecemos por el principio, ¿qué es el COVID-19?
Primero hay que empezar preguntándonos qué son los virus. Los virus, o los coronavirus, han estado entre nosotros mucho tiempo. Usualmente tienen hospederos animales y, en algunos casos, esto puede generar que puedan infectar a un humano. Los virus no se consideran seres vivos porque no pueden reproducirse por sí mismos. Necesitan siempre que algo les ayude a reproducirse, como una fábrica.
Entonces, ¿cómo se reproduce un virus y cómo infecta?
Un virus tiene una envoltura de grasas, de lípidos, y adentro tiene ácido ribonucleico o ARN, el material genético. Las proteínas en su superficie ayudan a conectar con una proteína que está en nuestras células, sobre todo en el tejido respiratorio. Entonces, básicamente, tiene una ‘llave’ en la envoltura y nuestras células tienen la ‘cerradura’ de la casa. Así se conectan y eso hace que la célula le abra la puerta de sí misma, por así decirlo, y el virus inyecta su ARN, su material genético, y utiliza a la célula como una fábrica de nuevos virus para generar miles de partículas virales. O sea, una sola célula puede reproducir al virus en una gran cantidad. El virus utiliza la maquinaria de la célula para hacer copias de sí mismo, esas copias se arman dentro de la célula y la célula eventualmente explota, se muere, y libera todas las partículas virales. De esta manera tenemos ya no una, sino miles o cientos de partículas virales que pueden infectar a otras células. Se repite el ciclo. Lo que sucede aquí es que nuestro sistema inmune se activa y se produce un reclutamiento de células del sistema inmune. Todo esto tiene lugar en los pulmones, en el tejido interno de los pulmones. Se produce una gran inflamación, y como hay muchas células que están siendo atacadas, eventualmente se acumulan las células muertas. Se acumula mucho líquido a raíz de toda esta infección. Eso, a la final, termina haciendo que los pulmones de los pacientes dejen de funcionar, porque se bloquea el intercambio gaseoso que se da en los pulmones. Por eso es que la gente tose sin flema. Nuestros pulmones empiezan a fallar. Sin oxígeno te ahogas, por eso es que necesitas un ventilador, un soporte externo en un hospital para poder respirar. Mucho de la biología del virus recién se ha analizado con técnicas muy avanzadas de microscopía. Se ha tratado de dilucidar la estructura del virus, porque tiene mucho que ver con su biología, con cómo infecta y cómo funciona. También eso nos da una clave sobre qué podemos hacer en términos de vacunas. Nosotros tenemos que ver cuáles son estas regiones que son superclaves para el virus, y hay que entrenar a tu sistema inmune para que pueda reconocer al virus como maligno y lo pueda atacar. Entonces, los virus causan molestias a nivel respiratorio, pero en algunos casos no causan muchos problemas de salud, en otros sí, como ocurrió con el SARS o con el MERS. El SARS-COV fue el virus que causó el SARS a inicios del 2000. Es primo del virus actual, el SARS-COV-2. Entonces, la ciencia tiene que ir a la par de este nuevo virus porque, como es nuevo, conocemos muy poco de él y tenemos muy poca idea de cómo neutralizarlo.
¿Qué significa que sea muy nuevo, Dámaris?
Me refiero a que esta cepa, esta variante, no ha habido antes, entonces las características de este virus son muy particulares. Por ejemplo, si fuera la influenza, podríamos predecir cómo hacer una vacuna. Pero, en este caso, primero tenemos que estudiar esta nueva variante del virus para entender bien cómo está estructurada, cómo funciona, qué hace en nuestro cuerpo, cómo reacciona en nuestro cuerpo, y solo entonces buscar cómo elaborar un tratamiento. Todo eso lleva tiempo, porque cada país es distinto. Cada población, incluso genéticamente, es distinta a otra.
Hay muchas variables que están en juego, y para eso necesitamos mucha investigación. El virus es nuevo porque la variante no ha sido descrita antes. Por eso tenemos muchas preguntas. Mientras más le conocemos, más preguntas tenemos. Hay muchas especulaciones, porque la ciencia está obligada a ir superrápido pero no es tan rápida: necesita hacer muchos análisis. A veces se obtiene evidencia muy superficial. Se ha dicho que puede tardar hasta 18 meses una vacuna, quizás un poco menos, pero no solo hay que diseñar la vacuna y construir la vacuna sino que también hay que probarla con ensayos clínicos que necesitan cumplir algunas fases. Eso ayuda a que pueda identificarse si es tóxico, si es efectivo, si funciona en todos los pacientes, en qué condiciones funciona, en qué tipo de pacientes. Todas esas cosas necesitan estudios, y los estudios toman tiempo. Es una carrera contra el tiempo, porque al final sigue muriendo gente, pero la ciencia debe seguir su curso porque es la única manera para que cualquier vacuna que salga no sea perjudicial o termine siendo un placebo que no hace nada. Si nos saltamos los pasos intermedios, por la desesperación, puede ser que se obtenga un tratamiento que no funcione.
¿Cómo funciona una vacuna?
Una vacuna es como un sabueso. Imagínate que estás en el aeropuerto y tienes a un policía con un perro. Al perro policía le haces oler un poco de droga, por ejemplo, y el perro va y busca el mismo olor. Así es como reconoce que hay drogas. Lo que le haces al sistema inmune es eso: tú le presentas a tu célula, al sistema inmune le dices: esto es parte del virus, y eso quiere decir que el virus está ahí y que hay que destruirlo. Nuestras células generan como soldaditos, células especializadas que tienen receptores o proteínas que están en su superficie y que pueden detectar cuando el virus está en nuestro cuerpo. Entonces, lo neutralizan, es decir, evitan que se replique o que entre a las demás células, o lo destruyen. Eso es lo que necesitamos hacer: que el sistema inmune pueda reconocer al virus como foráneo, como patógeno, como dañino, y pueda atacarlo. Si nuestro sistema nunca lo ha conocido, es porque es un virus nuevo.
Ahora, cuéntanos, ¿por qué este virus es tan contagioso?
Los principales síntomas, que son la tos y la fiebre, se manifiestan luego de semanas de que el virus entra. Tú puedes tener el virus en tu organismo, pero como no lo sabes, pues no te puedes imaginar que lo tienes, no vas a un doctor. Cuando eres asintomático, de igual forma puedes toser, el virus está en tus mucosas y puedes transmitirlo. Pero, como no sabes que lo tienes, porque no tienes síntomas, sigues intercambiando y conectándote con más gente. Usualmente, los asintomáticos tienen una alta tasa de trasmisión del virus porque ellos, en vez de estar en la casa en cuarentena, siguen saliendo y contactando con gente. Como sabemos, el virus se transmite de persona a persona, con las gotitas de saliva, cuando uno habla, por ejemplo. Si la persona no sabe que ya tiene el virus en su cuerpo, va a seguir teniendo contacto físico con personas sanas. Eso hace que sea muy difícil de controlar. Es como la cacería del gato y el ratón, de ver quién tiene y quién no tiene…
Es que se trata de una responabilidad individual muy alta. ¿Cuáles son tus recomendaciones en ese sentido, Dámaris?
La gente tiene que entender que debe mantener la cuarentena porque la cuarentena no solo es para protegernos a nosotros sino, sobre todo, para proteger a otros. Ese aislamiento corta la cadena de transmisión. Hemos escuchado de todo: que hay que comer mucho ajo, hacer gárgaras de agua con sal, tomar megadosis de vitamina C, tomar cosas calientes porque eso mata al virus, salir al sol, poner el carro en el sol, tomar bebidas calientes, ¿qué tienen que ver con esto? La concepción errada es pensar que el virus no resiste a 28 grados centígrados, cuando nuestro cuerpo está a 37 grados centígrados. Si el virus no pudiera soportar 28 grados centígrados, nunca podríamos tenerlo en nuestro cuerpo porque no podría reproducirse en la temperatura corporal. Tomar líquidos calientes no sirve de nada. He escuchado a gente que es profesional de la salud decir que hay que tomar mucha agua para que “resbale el virus”, ¡algo disparatado! Como ves, todo parte de no saber qué son los virus.
¿Y lavarse las manos?
Partimos de algo básico: ¿qué hace el jabón? ¿Para qué nos lavamos las manos? ¿Por qué usamos jabón para lavar los platos? ¿Qué tienen los platos? Grasa. ¿Qué hace el jabón? Desestabiliza la grasa. Estas capas de lípidos, grasa, se destruyen o desintegran con el jabón. Cuando uso jabón, ayudo a desintegrar al virus. El virus no es como una bacteria. Si una bacteria está en el ambiente se puede replicar, porque no necesita un hospedero, puede hacer copias de sí misma. Pero, un virus está en la superficie pero no hace nada más. Está ahí. Necesita de ti para poder causar todos los daños que causa. Si me lavo las manos, si mantengo las superficies desinfectadas, yo desintegro el virus. Por eso recomiendo acceder a fuentes oficiales de información, más que gubernamentales, fuentes científicas. Lo que hacemos en redes es conversar con la gente que tiene dudas, pero que también quiere entender el porqué. Yo apelo mucho a la razón: ¿cómo se desintegra el virus? Lavándote las manos. La ciencia es parte de la vida. Estar en medio de una pandemia nos hace reflexionar acerca de la labor que hacen un médico y un científico. La ciencia nos puede ayudar, no tenemos que volvernos científicos ni hacer vacunas, pero si sabemos algo de ciecia, podemos entender de mejor manera muchas cosas, tener menos pánico, tomar mejores decisiones y no poner en riesgo a los demás.
Gracias, ha explicado el tema con gran claridad. Me ha ayudado a comprenderlo mejor. Tuve covid-19, me provocó neumonía pero afortunadamente no se complicó al punto de requerir respirador u oxígeno.
Muchas gracias por tu comentario, celebramos tu recuperación. ¡Saludos!