La Barra Espaciadora / @EspaciadoraBar
El enorme Teatro Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana se transformó, de inmediato, en una caja oscura entregada a las emociones. ¿Ficción o realidad? El actor y director español Gustavo Salmerón –riéndose de sí mismo, de su madre, de su familia, de su país y de su historia– puso a disposición de las casi 4 000 personas presentes su vida entera resumida en una película: Muchos hijos, un mono y un castillo.
Al apagarse las luces comienza la magia:
Julia, la protagonista de la película y madre del director, habla sobre su muerte, explora sus posibilidades para cuando llegue ese momento, se ríe de la inminencia que es morir y decide cuál será su destino después. O el destino de sus restos. El tono: la tragicomedia.
Una familia española reúne en uno de sus personajes las características más llamativas de toda una nación e incluso más. Julia es la representación de la fe católica y de sus excentricidades, de la monarquía y de su ridiculez; Julia es la metáfora de la aristocracia y es también su decadencia, Julia es la ‘Madre Patria’, la madre de seis hijos y es su propia ironía convertida en una película.
En abril del 2003, según unos diarios de Gustavo Salmerón, que diario El País publicó, este hijo obsesionado con retratar a su madre, había escrito: «¡Qué clase! ¡Qué estilo! ¡Qué naturalidad al hablar de sus frondosidades! ¡Es la Gena Rowlands española, es la Meryl Streep gorda! ¡Es maravillosa! Tengo que hacer un documental sobre la matanza. ¡Qué ingenio! Mi madre es la digna embajadora de la matanza española. Esto hay que promoverlo, promulgarlo, financiarlo; eso es, financiarlo. Es un documental sobre la historia de España». Y, en efecto, este es un documental sobre la historia de un país que aún hoy preserva en sus venas el absurdo de un sueño de millonarios que no se sostiene sino solamente en la fantasía.
La sala del teatro, en Quito, corea risas, carcajadas, una tras otra, mientras descubre la complejidad de una señora, de una matrona que aprendió –durante su niñez– a cuidar sus afectos hasta rozar la frialdad y que aprendió también a hacer de la memoria de la guerra una broma. Una mujer que ya octogenaria desdice de la religión y de los pactos silenciosos con sus propios muertos. Una mujer que otorga sentido a su existencia tan solo a partir de la diversión. Heredera de una historia sumida en la guerra, en la crisis y en el profundo clasismo que caracteriza a la España de siempre, la madre de Gustavo y sus delirios de grandeza constituyen toda una época. Pero, al final, ella es la firma de rompimiento de un contrato de siglos, como si dijera sin decirlo: ¡me cago en todo y en todos!
Muchos hijos, un mono y un castillo toca las fibras más hondas de las audiencias porque zarandea al espectador del terreno de la carcajada al reducto en el que habita el miedo a la soledad, la íntima guarida del ser humano en su insignificancia.
El acierto mayor de la edición 2018 del Festival Edoc es, sin duda, haber arrancado con esta obra colosal de Gustavo Salmerón, el artífice de su propia ironía.
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Ficha Técnica:
Premios recibidos:
Mejor Película Documental – Premios Goya, España 2018; Premio Spotlight – Cinema Eye Honors Awards, EE.UU 2018; Mejor Documental – Círculo de Escritores Cinematográficos, España 2018; Mejor Película Documental – Hamptons International Film Festival, EE.UU 2017; Mejor Película Documental – Camden International Film Festival, EE.UU 2017; Mejor Documental – Karlovy Vary International Film Festival, República Checa 2017;
Toronto International Film Festival, Canada 2017; Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España 2017; Hong Kong International Film Festival, China 2018; Stockholm International Film Festival, Suecia 2018.