La Barra Espaciadora / @EspaciadoraBar
Fotos de Omar Arregui Gallegos / @OmarreguigPato
«He hecho fotos del Festival Concha Acústica de la Villa Flora durante los últimos cuatro años, fotos de públicos, sobre todo (…). Después de un par de canciones y de hacer los disparos pertinentes en planos abiertos, inicio con algunos retratos y quedo expuesto al movimiento».
Omar Arregui Gallegos
Desde que en 1972 hubo el primer concierto de rock en la concha acústica de la Villa Flora –ese tradicional barrio del sur de Quito– este sitio se ha convertido en una especie de templo donde cada 31 de diciembre, la comunidad roquera ecuatoriana se encuentra para saludar al año nuevo con música. Ahora, este festival es innegablemente una institución del rock en Ecuador y el mejor pretexto para los buenos augurios.
El legendario músico Jaime Guevara se refiere a los orígenes de este encuentro como una promesa de utopía para el rock de Quito. 42 años después, el periodista musical Pablo Rodríguez destaca el «relevo generacional» que experimenta el movimiento roquero quiteño y evidencia que algunas bandas de los carteles de hoy están conformadas por los hijos de aquellos músicos que estuvieron en el mismo escenario hace treinta años o más. David Laverde, guitarrista de Malak –por ejemplo–, es el hijo de Jorge, guitarrista de Luna Llena, una agrupación que ya ha escrito gruesos renglones del repertorio roquero local.
El fotógrafo Omar Arregui Gallegos, quien ha registrado este evento con su cámara durante los últimos cuatro años, decidió captar esta vez esos rostros jóvenes que toman la posta de los pioneros y también esos pequeños en brazos de sus padres. Su cámara es experta en atrapar las dinámicas que se suceden en Quito desde hace mucho tiempo y esta, en particular, es una de sus preferidas.
Estas imágenes quieren mostrar ese «ambiente familiar de disfrute –dice–; esa transmisión plena de las herencias musicales».