Por Érika Guerrero / @erikguerreroc

Miedo, incertidumbre, aislamiento, esperanza son algunos de los sentimientos que se evidencian en la exposición artística temporal ‘Incertidumbres, narrativas de una realidad transformada’. La muestra reúne 22 obras de artistas ecuatorianos de larga trayectoria y otros emergentes que no pararon de producir, reflexionar y recopilar experiencias sobre la pandemia. ‘Incertidumbres’ se inauguró el 4 de febrero de 2021 y permanecerá abierta hasta el 22 de mayo,  en el Museo Nacional del Ecuador (MuNa). 

La sala es amplia, en honor al distanciamiento social. Al echar un primer vistazo general es fácil notar los diferentes colores, técnicas y estilos que se han reunido en la propuesta. La mente trata de decodificar, de hallar significados. El arte es precisamente “interpretar los símbolos”, dice el artista Enrique Estuardo Álvarez, oriundo de Salcedo, Cotopaxi, y radicado en Quito, con 26 años de carrera artística. 

Ecuador 2020 (óleo sobre lienzo). Enrique Estuardo Álvarez.

 A un extremo de la sala está su cuadro Ecuador 2020 (óleo sobre lienzo). En él aparece un rostro temeroso y lleno de dolor, el ojo derecho está morado, casi cerrado, y delata una hemorragia interna; el izquierdo deja caer una lágrima de sangre. Su mascarilla está desalineada, rota y ensangrentada. 

Enrique explica que la obra no debe interpretarse literalmente, pues no está relacionada con la violencia intrafamiliar. Su significado es “mucho más global e incluye al país entero. El rostro simboliza a un pueblo golpeado por la tragedia, el abandono y la corrupción, aquellos que morían en las calles de Guayaquil. La mascarilla de tela reusada, rota y zurcida es la población sumida en la pobreza. Se debe leer muchos elementos de mi obra. No es una cuestión literal”, advierte. 

Colección ‘Respiro’, de Wilo Ayllón.

La colección ‘Respiro’, de Wilo Ayllón, también atrae por sus trazos a lápiz grafito. Está compuesta por cuatro cuadros en los que documentó algunas emociones de sus amigos y familiares que residen en diferentes partes del mundo.

La exposición ‘Incertidumbres, narrativas de una realidad transformada’ es autogestionada y surge del acercamiento que hicieron Diego Chiriboga y Micaela Ponce, museólogos y responsables del área de Investigación del MuNa, con 35 artistas, con el propósito de conocer sobre sus pensamientos, sentimientos y creaciones en medio de este período sin precedentes al que nos ha volcado la pandemia. Adriana Díaz, curadora del museo, seleccionó finalmente 22 obras, considerando para ello el diálogo y la relación que generaban entre ellas.

El incorregible, de Mikaela Montenegro.

La propuesta de cada artista refleja realidades que confluyen y transmiten la afectación psicológica que ha producido la emergencia global por la Covid-19. Como ocurre con El incorregible, de Mikaela Montenegro. Su trabajo se compone de siete rostros que se fragmentan y cambian. “Hace alusión a una persona anormal que no cumple estereotipos o normas de la sociedad, habla de los trastornos mentales del aislamiento. Esto es causado por todo lo que vivimos, es algo que lo he sufrido y lo sufre nuestra sociedad”, dijo. 

Incertidumbres
Portal (collage digital), de Pamela Pinto.

Además, la incertidumbre está presente en el Portal (collage digital), de Pamela Pinto; la responsabilidad del ser humano frente a la pandemia con ¿De quién es la culpa?, de Paula Barragán y la búsqueda incansable de equilibrio mental, emocional-físico mediante la revalorización de la naturaleza, con la escultura Partícula esencial, de Iza Páez y Bruno Sánchez. 

El Bhuonero, de David Santillán, refleja la psiquis alterada de un ser humano por el encierro, expuesto al temor, a la inseguridad y a la obligación de entender lo que hemos dado en llamar la nueva realidad. Esa obra dialoga con la cerámica de Montenegro. Aquellas son algunas de las piezas que se muestran en la exposición. 

Otros autores que exponen su trabajo son Teo Monsalve, Francisco Galárraga, Ralex, Ilowasky Ganchala, Irving Ramó, Carlos Echeverría Kossak, Byron Toledo, Álvaro Pazmiño, Raffaella Descalzi, Ana Fernández Miranda, Gabriela Punín, Pablo Gamboa y Christian Tapia. 

Los retratos de una crisis

La pandemia afecta a todos los sectores económicos y el sector cultural no es la excepción. De hecho, es uno de los más vulnerables. Mientras algunos artistas encontraron nuevas oportunidades de subsistir, paralelas a sus actividades habituales, otros viven tiempos críticos. 

En Ecuador, el Ministerio de Finanzas redujo el presupuesto destinado a bienes y servicios culturales durante la pandemia. Esto afectó a los gestores culturales y artistas a escala nacional. Ante la crisis, las autoridades de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (Sede Nacional y 24 Núcleos Provinciales) advirtieron que paralizarían por completo sus actividades frente a la reducción presupuestaria del 2020 y sobre todo del 2021, que fue superior al 20%, y luego sufrieron un nuevo recorte de USD 791.898,03. Como reacción a esa advertencia, el 25 de febrero, el Ministerio de Finanzas anunció que restituirá 439 mil dólares a esta institución cultural. 

Pero las afectaciones aquejan a todo el sector, en su integridad. Por eso, el personal del MuNa abrirá un espacio virtual para incluir la imagen de cada trabajo, un abstract y el costo, con el afán de aportar a la necesidad de cubrir estas demandas.

Para Pablo Gamboa, artista plástico, el subsistir con la profesión que eligió siempre ha sido un desafío. “Afortunadamente he encontrado formas creativas de mantener una economía estable, pero la realidad es de absoluta decadencia y desesperanza respecto al arte. Me siento entre la espada y la pared. Antes era difícil mantener una práctica artística estable, ahora es imposible”. 

Incertidumbres
Pandemonium, de Pablo Gamboa.

Pandemonium, de Gamboa, una escultura/ensamble, es la respuesta a los acontecimientos políticos, económicos y espirituales que vivimos, cuenta. Su trabajo junta una jaula con alas, una escalera, antenas receptoras de televisión y una cabeza que lleva a la altura de los ojos una venda, y un bozal. Para él, estos elementos desvelan el engaño que sufrimos todos desde diferentes frentes y el sentimiento de angustia que invade a su creador.

Enrique Estuardo Álvarez está convencido de que es necesario educar al pueblo ecuatoriano sobre el consumo de arte. “Tenemos una sociedad que consume todos los días arte de manera inconsciente, no hay exigencia ni educación sobre este tema. Para cambiar esos paradigmas se debe trabajar desde la infancia y cambiar las estructuras educativas. Asimismo, que la gente se involucre y tenga herramientas para disfrutar el arte, porque es parte del buen vivir”.

Y añade que “a pesar de que el arte ha sido el sostén de la sociedad, para los hacedores culturales ha sido un tiempo muy difícil, porque los circuitos comerciales del arte se han visto afectados. Incluso hubo recortes en el Gobierno, se prohibió contrataciones culturales a los municipios. No sé como lo hizo el Municipio de Guayaquil que encargó obras, aquí (Quito) se prohibió por parte del Gobierno la adquisición de estilo artístico; por ello, surgió algún paliativo del Ministerio de Cultura pero no sé qué efecto haya tenido”. 

Wilo Ayllón: “El momento es hoy”

La pérdida de dos amigos y la decisión de otro de dedicarse al turismo de montaña sin reparo durante la cuarentena, con su lema: “Antes de morir, voy a vivir”, marcaron en Wilo Ayllón una nueva manera de crear, sentir y compartir: vivir sin miedo.

Wilo Ayllón nació en Ancón, Santa Elena. Es un escultor, pintor, ilustrador, grafista y diseñador de 52 años, con experiencia en las artes visuales desde hace más de 20 años. Wilo entendió la importancia de grabar con su lápiz las emociones de sus amigos y familiares durante la pandemia, con un afán de introspección y también con el interés de análisis sobre las reacciones de los demás ante la pandemia. Esto le significó un aliento de ímpetu y una dosis de sentido a la adversidad. El título de su colección es ‘Respiro’ y consta de 30 imágenes, de las cuales cuatro forman una parte de la exposición ‘Incertidumbres’.

Sus primeros acercamientos al arte fueron cuando tenía 5 años. Él recuerda que jugaba con crayones chinos junto a su madre. La técnica que más utiliza es el lápiz grafito sobre papel canson. Su versatilidad le ha permitido desenvolverse en cualquier medio con gran éxito, desde el cómic hasta la escenografía. 

A lo largo de su carrera ha realizado 21 exposiciones individuales y 15 colectivas. Además, es conocido en América del Sur, Europa y Estados Unidos. El trabajo de Wilo está influenciado por su apasionado interés y estudio de la filosofía, la literatura, la arquitectura, la ecología, el misticismo y la espiritualidad.

En los últimos cinco años, Wilo ha trabajado como director de arte en documentales y programas de televisión y series, lo que le abrió la puerta para convertirse en el director de arte de Amerisis LL, «compañía de storytelling para educar». Trabaja junto con el director Álvaro Durán en Tsamaru, «el juego de las 7 fuerzas», una serie animada sobre mitos ecuatorianos.

Claudia y Desiré, El Beso, Felicidad, Grace y su gato son los cuadros de Wilo que forman parte de la exhibición ‘Incertidumbres’. El primero muestra a dos mujeres que juntan sus rostros y demuestran su afecto acercándose; además comparten dos cosas: son vecinas y pasaron la pandemia en soledad. Una de ellas de nacionalidad alemana, vive en Ecuador, y la otra, ecuatoriana, decidió mantenerse sola en el confinamiento para reducir la posibilidad de contagio a su familia. En el tiempo de confinamiento las mujeres se conocieron más y fortalecieron su amistad. 

Incertidumbres
Dos amigas separadas por una ordenanza, nadie sale a la calle, subvierten el orden, buscan la manera de encontrarse para charlar, para darse un abrazo y saber cómo están, compartir una comida, una copa de vino, simplemente dejarse llevar por las horas que pasan lentamente. Autor: Wilo Ayllón.
Incertidumbres
Una de las expresiones más íntimas del ser humano, cálidos, mínimos o apasionados, desbordados de pasión o en ósculo respetuoso en la frente del anciano o delicado en la cabeza de un niño, negados por la ordenanza, negados por el miedo al contagio, no estábamos preparados para la distancia y la existencia aséptica de estos nuevos tiempos.

Felicidad expresa esperanza a través de los ojos de un niño con cabello afro y lentes. “Es evidente que la mascarilla es una barrera para la comunicación, pero yo sabía que reía por el ceño de sus ojos -cuenta Wilo-, eso me llena de esperanza”. 

Incertidumbres
La atmósfera cargada de miedo y expectativas, cubiertos los rostros, las expresiones son escasas en la calle, la gente intuye la risa o el miedo de los otros, la inocencia se mantiene en los ojos de los niños, la felicidad aún existe. Autor: Wilo Ayllón.

Grace y su gato es la realidad de una amiga que pasó sola el aislamiento en su casa, en Estados Unidos. Su mascota se convirtió en el referente más cercano de algo vivo. 

Incertidumbres

La cuarentena encerró a Grace en un pequeño pueblo en Massachusetts, no pudo regresar a tiempo junto a su familia. Su gato y su espacio de yoga y meditación on line, le permitieron mantener un cable a tierra mientras se abrían las puertas para volver a la normalidad. Autor: Wilo Ayllón.

A pesar de que su obra recurre al blanco y negro, “finalmente tiene color”, dice Wilo, pues el lápiz registra el momento, se ven las figuras y siluetas a velocidad, entonces,  entendemos el proceso (la realidad). Para Wilo Ayllón, la pandemia se tornó en un paisaje apocalíptico. Él lo compara con los cómics de los ochenta, donde primaba el mundo cyberpunk y en el que se vivía recolectando oxígeno. “Ahora entendemos todo el proceso… los negocios que ha habido, los que se beneficiaron, sin dejar de reconocer que hubo muertes, que existe un virus y que hay un problema sanitario”.

Él identifica al arte como un ejercicio espiritual, una conexión con el ser interno y el balance con el pensamiento. “Para la gente que no es ejecutora del arte, las obras les permiten también percibir esta paz y sumarse”. Y confiesa que el escuchar a músicos, leer a poetas, ver cine, asistir a exhibiciones de arte y a espacios de fomento cultural fue esperanzador, porque crearon en él la ilusión de que todo volvería a la calma. “Vamos hacia adelante y las cosas no se detienen, y es ese justamente el papel que cumplimos los artistas en el proceso social”. 

El miedo se convirtió en fuerza 

Durante la crisis sanitaria todos sentimos miedo, estrés, falta de esperanza y visión; no obstante, existen en cada uno espacios de resiliencia. “Todos pasamos por un tiempo de confrontación, nadie fue inmune. Desde cada espacio lo vivimos de manera diferente. El confinamiento nos ayudó a revalorizar las relaciones personales y familiares. Nos ha dejado ver la capacidad de levantarnos, reinventarnos y replantearnos la vida”. 

Wilo ha perdido a algunos amigos durante este tiempo. Por eso, ha dedicado mucho tiempo a pensar en  la fragilidad de la vida. “¡La vida es ahora -exclama-; hay una urgencia en la acción porque somos efímeros y es el momento el que cuenta!”. En ese sentido, la alegoría que hace es la importancia de entender que de la pandemia surge un nuevo ser humano que entiende lo que sucede y replantea proyectos. Es vital “saber jugar con la carta que te pongan y moverse para que la vida siga funcionando”.

Los datos

El MuNa lanzará en los próximos días ´Incertidumbres’ en formato virtual, con el objetivo de llegar a otros públicos que no pueden visitar la muestra. Desde el martes 9 de marzo se desarrollan conversatorios por Facebook Live con sus creadores para conocer sus experiencias y emociones alrededor de la nueva realidad. El 23 de marzo el diálogo será con Teo Monsalve, a las 18:00.

Los organizadores del evento indicaron que existe amplia acogida de la exposición, ya que  la gente se identifica con las obras, sobre todo por el shock que generó la pandemia.

La exhibición está disponible los miércoles y sábados, de 10:00 a 16:00. La reserva se hace un día antes de ir y la capacidad por reserva es de 10 personas máximo. Para agendar debes enviar un correo electrónico indicando tu nombre, cédula y cantidad de personas que asistirán. Correo: acardenas.muna@culturaypatrimonio.gob.ec.

¿Por qué es vital el arte en estos tiempos? La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) advirtió, a dos meses de la pandemia, la importancia de mantener el arte y la cultura durante el confinamiento, pues el “distanciamiento físico hace notorio el valor que representa la música, el arte, el cine, la literatura, el baile, todas las disciplinas de contenido cultural, a las que la población mundial recurre para calmar la ansiedad, liberar el estrés provocado por el confinamiento y buscando ese efecto calmante y de relajación”. 

Bonus track

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Sabine decidió separarse de su pareja al inicio de la cuarentena, volver a verse sola, una oportunidad para enfrentar sus miedos, revisar sus sueños, lo que realmente quería en su vida, afianzar su proceso personal de crecimiento y vida, un largo tiempo manejando la soledad y al mismo tiempo volver a amarse profundamente a sí misma. Autor: Wilo Ayllón

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