Por Marco Pareja A. / @marcoalejop
La fractura del siglo se compone de 15 películas que, según Rafael Barriga, el programador invitado para esta edición, en conjunto nos entregan el discurso de la “imposibilidad de olvidar” y nos invitan a “ejercer un acto de memoria permanente”.
Sara Roitman –iniciadora y cabeza del ciclo– dice que este encuentro “es un llamado a la reflexión” sobre lo que fue el holocausto judío y el éxodo de miles de personas durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
Los éxodos, precisamente, son el eje principal de esta muestra cinematográfica que llega cada año a las salas del cine Ocho y Medio, en el barrio quiteño de La Floresta. Y son los éxodos, además, una metáfora de nuestros días o un guiño a las resonancias de un fenómeno que es rasgo escandaloso en la actualidad mundial y latinoamericana.
Sara y Rafael –sentados uno junto al otro, mientras toman café– cuentan que ellos no pretenden insinuar esa comparación entre los hechos históricos de la Segunda Guerra Mundial y los éxodos actuales, o la historia reciente en Latinoamérica. Están convencidos, eso sí, de que la historia se repite y de que estos hechos no son exclusivos de Europa sino que golpean al mundo entero.
Migrar es tocar tierra
Aunque no exista la intención consciente de relacionar estos dos momentos históricos en regiones distintas, no podemos evitar asociar la masiva migración ecuatoriana de finales de los noventa hacia Europa y Estados Unidos con el hecho de migrar y con la sensación del desarraigo a lo largo de la historia de la humanidad.
Hoy somos testigos de la dramática diáspora de ciudadanos venezolanos hacia territorio ecuatoriano y hacia el resto de países de Latinoamérica, y es por eso que el ciclo La Fractura del siglo incluye este año una instalación audiovisual llamada Migrar es tocar tierra, de autoría del fotorreportero y colaborador de esta revista Edu León.
Migrar es tocar tierra cuenta el periplo de los migrantes venezolanos para llegar a Ecuador y lo hace a través de imágenes acompañadas de audios con sus propias voces. Mensajes que los migrantes envían a sus familias y testimonios registrados por Edu León reconstruyen desde una perspectiva humana un fenómeno que ha obligado a cerca de 4 millones de venezolanos a dejar su tierra y a separarse de sus seres queridos para buscar mejores condiciones de vida en otros países.
Edu León sigue de cerca el masivo movimiento migratorio de venezolanos con su cámara, y esta muestra es el resultado de un trabajo minucioso y sensible que ha acompañado entregas periodísticas en varios medios de Ecuador y el mundo.
En cartelera
Shoah es, quizás, el filme más atractivo de este ciclo. Rafael Barriga cuenta que cuando trabajó en la cadena Multicines, hace 20 años, trajo una copia de esta película en 35mm. “Dura 9 horas y media, ¡es un mamut enorme, gigantesco en todo sentido! Es una de las películas más importantes que se han hecho en la historia del cine”. Shoah será proyectada en dos partes, en dos días distintos, y el tercer día habrá un conversatorio sobre la película con Alex Schlenker y el mismo Rafael Barriga, abierto para todo el público.
Una de las películas obligatorias de esta muestra es Un país desconocido –dirigida por Eva Zelig, ecuatoriana de raíces judías– que relata la migración judía hacia Ecuador y cómo este pequeño país andino abrió las puertas a una comunidad que, gracias a ese momento, se instalaría definitivamente.
Otras películas de grandes autores que estarán presentes son Adiós a los niños, de Louis Malle; Éxodo, de Otto Preminger, y la ya clásica La Vida es Bella, de Roberto Benigni, que esta vez llega a las salas remasterizada y que será proyectada en formato DCP. Han pasado más de 20 años desde que este filme ganó el Oscar a mejor película extranjera en una ceremonia en la que su director se puso de pie sobre su silla para celebrarlo y nos regaló una imagen imborrable cargada de euforia y alegría. Otra cinta que es parte del cartel es La Casa Lobo, un filme de animación en stop motion que será exhibido en dos funciones y vendrá acompañado del cortometraje Ghost before Breakfast (1929) del alemán Hans Richter. La Casa Lobo fue ganadora del premio a Mejor Película en el 5to Festival Internacional de Cine de Quito.
El periódico
Además de las películas, está el periódico que acompaña cada muestra del Ocho y Medio. Manuela Botero, editora especial de esta publicación, nos contó que la edición de La Fractura recoge los exilios íntimos, entrevistas y escritos de aquellas historias que, por el paso del tiempo, corren el riesgo de desaparecer. También incluirá recomendaciones de libros y escritores que tratan el tema del holocausto judío.“La gente que vivió el holocausto se está muriendo, esta historia se está yendo”, dijo Manuela, quien teme que quizás alguna vez se deje de hablar de tan oscuro capítulo de la historia de la humanidad y está convencida de que eso es algo que no puede ocurrir. “El totalitarismo es una chispa que se puede encender en cualquier momento”, sentenció. Y con su frase es inevitable entrar en estado de alerta ante giros cada vez más comunes en el mundo, hacia regímenes que amenazan con violentar las libertades fundamentales y los Derechos Humanos mediante el autoritarismo y el despotismo.
La diáspora judía no es, finalmente, un acontecimiento que se haya cerrado. Es, como toda tragedia humana, un permanente llamado a no olvidar para evitar que vuelva a ocurrir.
Pinchando AQUÍ pueden encontrar toda la programación del ciclo.
Buen articulo, algo que ya era necesario publicarlo con el fin de que de algún modo nos enteremos del abuso y falta de control, esperamos que la autoridad correspondiente cumpla con su papel y actúe de forma real equilibrado los costos y exigiendo un buen servicio para los usuarios. Felicitaciones a LBE