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Las protestas contra el paquete de medidas económicas decretadas por el gobierno ecuatoriano de Lenín Moreno tuvieron como protagonista al movimiento indígena del Ecuador, el sector de la población con la mayor diversidad cultural del país.

El sábado 12 de octubre –diez días después de que los manifestantes llegaran a la capital desde varias provincias– amaneció con nuevas movilizaciones. El Ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana estaba ocupada por manifestantes y el parque El Arbolito era ya el epicentro de los sucesos represivos. Ahí se había asentado el primer territorio de paz de las jornadas y en el llamado Pabellón de las Artes se había montado un centro de acogida de víveres donde también los médicos voluntarios atendían a los cientos de heridos. Sin embargo, los ataques policiales arremetieron a diario sobre ese espacio.

La Intendencia General de Policía de Pichincha suspendió los eventos masivos, las funciones en teatros y cines cambiaron de horarios debido al Toque de Queda decretado y los artistas también perdieron. El jueves 3 de octubre, el cantautor Juan Fernando Velasco, ministro de Cultura y Patrimonio, apareció en una entrevista televisada –junto a la Ministra de Gobierno, María Paula Romo– y reforzó con sus palabras las declaraciones sobre seguridad y retóricos llamados a la paz.

Las redes sociales del Ministerio de Cultura replicaron esos discursos. Pero los llamados al orden y al diálogo en medio de la conmoción por las cifras de muertos, heridos y cientos de detenidos no alcanzaron a representar a los artistas. La mañana del sábado 12 circuló un vídeo realizado por varios colectivos sociales y culturales, como respuesta, que reunió a 23 artistas, activistas y defensores de los Derechos Humanos, entre ellos Eduardo ‘Mosquito’ Mosquera, Carolina Pérez Flor, Mateo Kingman, Elsie Monge, Ivis Flies, Mariela Condo y Karla Kanora.

”(…) No es posible iniciar un proceso de diálogo dentro de un Estado de Excepción, con toques de queda, persecución y violencia contra indígenas, pero también contra periodistas y la sociedad en general. Por eso, para comenzar un diálogo constructivo, proponemos:

  • Inmediata libertad para todas las presas y los presos políticos.
  • Que los ministros Oswaldo Jarrín y María Paula Romo renuncien.
  • Transparentar los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional.
  • Abrirse a la posibilidad de derogar las medidas planteadas, al menos temporalmente.
  • Un diálogo directo entre las nacionalidades indígenas y el Presidente, con acompañamiento de mediadores nacionales e internacionales elegidos por ambas partes.

Paremos la violencia entre hermanos, es momento de unirnos e iniciar un proceso de paz. Paz y justicia”.

Otro pronunciamiento reunió a un centenar de gestores culturales e intelectuales que exigieron:

“al gobierno del presidente Lenin Moreno el cese inmediato de la represión aplicada en el marco de la inconstitucional declaratoria de estado de excepción (…) y la suspensión de la aplicación de estas medidas, para así, en un ambiente favorable, abrir de manera urgente un espacio de diálogo con todos los sectores sociales afectados”.

Entre tanto, en el parque El Arbolito y en el Ágora de la Casa de la Cultura, el humo de los gases lacrimógenos de la policía entorpecía la laboriosa organización de los voluntarios que cocinaban, acopiaban alimentos y medicinas o montaban pequeñas presentaciones de teatro o títeres para entretener a los niños.

La preocupación alcanzó a artistas que residen fuera de Ecuador. La escritora guayaquileña Mónica Ojeda –quien vive en España– consideró indigno y criminal lo que sucedió en Quito. “El pueblo, indígenas a la cabeza y apoyados por mestizos también, exigimos la salida del FMI (Fondo Monetario Internacional) del Ecuador porque conocemos sus políticas económicas: traen miseria para las clases frágiles, destrucción del estado de bienestar, precarización laboral”.

Los protestantes “están luchando por sus derechos y porque el poder no decida sus vidas. El gobierno debe escuchar y dejar de atacar a su gente. No nos vamos a callar”, señaló Mónica.

***

Y la protesta se escuchó. El sábado 12 de octubre –para España Día de la Hispanidad, para los pueblos ancestrales el Día de la Resistencia– miles de mujeres encabezaron una marcha pacífica que llegó a la avenida Naciones Unidas y exigía paz bajo tres líneas: la derogatoria del Decreto 883, el cese a la represión estatal y la suspensión de leyes y decisiones tomadas bajo el paraguas del Estado de Excepción.

El silencio ministerial en torno a estos hechos fue y continua siendo notorio, aunque la Cartera de Cultura sí que ha hablado de economía. En agosto pasado, presentó una serie de medidas dentro de un proyecto llamado “Ecuador Creativo”, que consiste en la aplicación del I.V.A. del 0 % para servicios artísticos –algunos, como el editorial, ya tenían este beneficio– además del arancel 0% a los insumos para producciones artísticas, y apoyo a créditos especializados.

No hay consenso entre los artistas y gestores culturales que, al no tener sueldos fijos ni gozar de derechos como la seguridad social, se verían afectados por la serie de recortes programados por el actual gobierno. La participación de artistas en las protestas es una consecuencia de la declaratoria en emergencia del sector cultural, y se espera que al fin lleguen las políticas públicas que un Estado intercultural necesita para reconocer a las comunidades que lo componen y que le dan sentido.

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1 COMENTARIO

  1. Bueno… Afirmar que la participación de los artistas en las movilizaciones es por esa declaratoria de emergencia es hilar demasiado fino… Por lo menos a mi no me convocó esa declaratoria.

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