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Los tatuajes de un luchador

Por Anna Christina Tapia Ruiz

–¿Cuál ha sido tu más grande logro? –le pregunto.

–Graduarme del colegio… –a sus 22 años, ese tinte de humor hace que de entrada se le tome cariño–. ¡No, mi mayor logro ha sido entrar a la UFC!

Su voz es joven e inocente. Marlon el ‘Chito’ Vera refleja una humildad que pocos en su posición tendrían.  Él es así, un luchador con alma de niño manabita que soñó alto y consiguió cumplir una de sus más grandes metas: convertirse en el primer ecuatoriano en ser miembro de la UFC (Ultimate Fighting Championship), la mayor empresa del mundo en artes marciales mixtas.

‘Chito’ es un hombre de alma chonera. De pequeño solía practicar surf en las playas manabitas y disfrutaba de pequeñas rencillas en juego con sus amigos, pero fue a los 16 años –cuando su familia decidió mudarse a Guayaquil– que conoció a su mentor, Frank Vidal, quien le enseñó el arte de la pelea. “Dentro de las artes marciales, el entrenador es el más importante –me cuenta, adoptando un gesto más serio–. Él es mi maestro, el que me ha enseñado todo como peleador, y muchas cosas como persona. Es un segundo padre para mí, porque estoy todo el tiempo con él”.

El máster Frank Vidal, cinturón negro en jiujitsu y ganador del tercer lugar en su categoría en el mundial de Brasil, ha ayudado a que su carrera crezca y se conozca en toda Latinoamérica.

El cariño y respeto es mutuo. En una entrevista, Frank dijo una vez que “Vera es uno de los mejores exponentes de este deporte que tiene el país actualmente. Estamos conscientes de que ‘Chito’ va a llegar lejos en esto, pero por ahora el camino es duro y toca ser perseverantes hasta que caiga alguna pelea internacional”. Y el pronóstico se cumplió. Gracias a esa decisión y a su gran preparación, el ‘Chito’ ha ganado alrededor de 10 peleas en Ecuador, Perú, Panamá y México, donde obtuvo el título de campeón, su logro más grande antes de la UFC.

IMG-20150331-WA0002Su salto a la Ultimate Fighting Championship (UFC) se dio después de su participación en el programa The Ultimate Fighter Latinoamérica, un reality donde se busca al siguiente gran luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas). Aunque una extraña enfermedad de la piel no le permitió continuar en concurso hasta el final, su desempeño hizo que el mismísimo Dana White, presidente de la UFC, lo llamara personalmente para proponerle debutar en la organización de artes marciales mixtas más grande de todo el planeta. Esa fue una de las mayores emociones de su vida. Después de tantos años de preparación diaria, de pequeños y grandes retos, de superación personal y de mucho esfuerzo, ha conseguido lo que muchos solo sueñan: el máximo nivel como profesional. “La UFC es la más grande del mundo, es como ir a un mundial de fútbol, es lo más grande de mi vida. Lo siguiente es ganar las peleas que se vienen y luchar por el título mundial, ese es mi mayor reto”. El pasado 8 de agosto, ‘Chito’ obtuvo su primera victoria en la UFC, ante el estadounidense Roman ‘El Gallito’ Salazar.

Imágenes del momento de la victoria del 'Chito' en la UFC.
Imágenes del momento de la victoria del ‘Chito’ en la UFC.

Un tatuaje en la parte interna de su brazo izquierdo con la leyenda 50/50 le hacen recordar el nombre de su equipo y el lema que su entrenador, Frank Vidal, le grita cada vez que está en el octágono: “¡Pelea 50 por ciento arriba y pelea 50 por ciento en el piso!”. 

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Pero, el ‘Chito’ tiene su propio lema, su propio 50/50. “Tengo un solo gusto y es mi carrera en artes marciales, no hago otros deportes ni mucho más que entrenar y estar con mi familia”. A sus 21 años, ‘Chito’ decidió dedicar cada una de sus peleas a su hija Ana Paula, una pequeña que padece el rarísimo síndrome de Moebius, un desorden neurológico que paraliza nervios faciales y no permite sonreír. Su ingreso a la UFC significó una oportunidad para ganar dinero y atender su enfermedad. “Ana Paula es mi primera hija, la que le dio sentido a todo esto de la UFC, era mi razón para poder cumplir mi meta, mi sueño”.

Hace poco nació su segundo hijo, “el niño de la casa”, dice ‘Chito’. La motivación extra que le hacía falta. “La familia es un motor, los hijos son de cierta forma una motivación interna por querer brindarles un gran futuro, por ellos soy mejor cada día”.

El Marlon el ‘Chito’ Vera se puso el nombre de su hijo.  Se lo tatuó en la espalda: José Ignacio. Dice que lo hizo para recordarse siempre que tras de sí tiene una nueva vida por quien luchar. “Él es el pequeño que quisiera que siga mis pasos”.

–¿Por qué ‘Chito’? –le pregunto.

–“Toda la vida me han dicho así. Mi segundo nombre es Andrés, y de pequeño, cuando me preguntaban mi nombre, decía Andrechito. A mi mamá le dio ternura y desde ahí me dicen ‘Chito’. Sé que no es un apodo de peleador, pero es el mío”.

1 COMENTARIO

  1. la verdad que yo quería que el gané campeón del tuf pero muy feliz de que haya conseguido contrato con ufc y su gran victoria!

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