Por Luis Fernando Fonseca / @LuifinoFonseca
Las palabras economía naranja volvieron a sonar desde que el presidente Guillermo Lasso designó a María Elena Machuca para dirigir el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP). La artista plástica y gestora cultural cuenta que, durante los primeros días de su gestión, hizo que los representantes de cada área del Ministerio –que cuenta con unos 600 funcionarios– visitaran su despacho. Así se presentó y le sorprendió que muchos de ellos no conocieran hasta ese momento esa oficina ni hubieran conocido a su antecesor, Julio Bueno Arévalo.
Durante el gobierno de Lenín Moreno (2017-2021), ese Ministerio dio un giro. Dos de las figuras que el expresidente eligió para que lo encabezaran fueron músicos muy cercanos a su círculo de poder, el uno un compositor académico de larga experiencia, Julio Bueno Arévalo, y el otro un cantautor muy popular y muy sonado en las radios de Ecuador y el resto del continente, Juan Fernando Velasco. Bueno Arévalo pasó de ser asesor presidencial y quien dictaba decisiones culturales al ministro Velasco, a ocupar la silla del MCyP para seguir gestionando proyectos que no contaron con el consenso de los gestores culturales del país, como Arte para todos.
En la amplia oficina que ahora ocupa Machuca se destaca un sobrio cuadro abstracto y una banderita del Ecuador sobre el escritorio: “Parece que el último ministro, y así otros, durante 14 años, tenían una posición muy de figura pública y no se acercaban a la gente. En cambio, yo siempre he trabajado, en estos más de 40 años en la cultura, priorizando al recurso humano”, dice, para marcar distancia. La Ministra, en funciones desde el 25 de mayo del 2021, se refiere a su trabajo en La Galería (1979-1999), en el Centro Cultural Metropolitano (2000-2009 y 2015) y en la Fundación Museos de la Ciudad (2015-2017), entre otras entidades.
Pero mientras los artistas y gestores del país recibían la noticia de que usted fue designada por el Presidente, circuló una carta muy crítica hacia su gestión en el Municipio de Quito. ¿Cómo recibió esta misiva?
Se trata de un grupo de personas que redactaron la carta, luego se amplió, hicieron adhesiones. Era un grupo que tenía intereses muy particulares en el sector de cultura del Municipio.
Ahora estoy dirigiendo el MCyP y las puertas están abiertas para toda la comunidad. Cada semana haremos acercamientos con todos los sectores. Esperemos que quieran comunicarse ellos con nosotros (sonríe).
¿Qué intereses tenían?
Eran intereses personales, contratos y cosas por el estilo, del Centro de Arte Contemporáneo (CAC). Como dije, hay que pasar la página, seguir adelante y saber que se va a hacer una gestión honesta y transparente. Nunca he sido criticada en ese sentido.
¿Cuál será la primera política pública para la cultura desde su Ministerio?
En la Ley Orgánica de Cultura (LOC) tenemos muy claro lo que hay que hacer y las políticas a seguir, que son las del respeto a la creatividad de todos los ciudadanos. Vamos a hacer cumplir todo lo que está en esa ley.
¿Entonces ya se empezará a articular el Sistema Nacional de Cultura (SNC)?
Estamos trabajando en eso desde el primer día.
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Los otros dos ministros de cultura en la era Moreno fueron Raúl Pérez Torres y Angélica Arias. No hicieron mayores cambios en el panorama artístico. El primero, en especial y por su larga trayectoria en la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), se aferró a lo establecido en ambas instituciones. Ninguno aplicó como se debe la LOC y su reglamento –que establece la forma en que la Sede Nacional de la CCE distribuye sus recursos entre 24 Núcleos provinciales– sigue siendo cuestionado.
En poco más de un mes en funciones, Machuca se ha convertido en la primera de una docena de ministros del sector en exigirle a la CCE que abra las urnas para que el voto no sea privilegio de quienes tienen membresías. En la Junta plenaria del pasado 1° de julio, 10 representantes provinciales votaron en contra de su propuesta. La Ministra solicitó que presentar una carta con la intención de voto, dirigida a las actuales autoridades, deje de ser requisito para integrar el padrón. La intención de la Ministra es que los 20.022 actores inscritos en el RUAC (Registro Único de Actores y gestores Culturales) puedan elegir a sus representantes sin presentar esa carta, en un proceso que ha sido criticado por falta de transparencia. Como su moción no obtuvo mayoría (8 votaron a favor y 7 se abstuvieron), les dijo que “se opusieron al derecho” de esas personas. E insistió en que “ojalá se elija a más mujeres” en los Núcleos.
El reglamento para la distribución de fondos en la CCE tampoco es el adecuado para las provincias, y el Ejecutivo no se pronunció sobre los cambios que en su momento presentaron Pérez Torres (2017) y Velasco (2019)…
No pasó el nuevo reglamento en esa instancia del anterior gobierno. Estamos trabajando con el reglamento anterior porque respetaremos la LOC, sus objetivos, ámbito, fines, principios en el periodo de mi administración.
¿Se va a cambiar el mecanismo de asignación de recursos de cada núcleo porque es cuestionado en provincias como Manabí o Cuenca, mientras que Pichincha siguen recibiendo la mayor parte de fondos?
Eso estamos estudiando con el gobierno. En estos días entregaremos al Ejecutivo un informe de inicio de la gestión. Sabremos cómo se encontró el Ministerio, cuáles son los puntos críticos, cuáles son los problemas y cuáles son las soluciones. Esa será mi estrategia, buscar soluciones, acuerdos para seguir adelante.
Además del Teatro en el barrio, ¿qué harán para fomentar las artes? ¿Ha conversado sobre esto con Guillermo Lasso?
El Presidente tiene un interés muy especial en la cultura porque la reactivación del sector puede apoyar a la reactivación económica. Estamos hablando siempre de la economía naranja, de las industrias culturales y no se ha visibilizado este sector como un apoyo al desarrollo del país. Tenemos muchísimo interés en que la empresa privada invierta en cultura. Que el arte sea conocido dentro y fuera del país, por eso esta frase que siempre dice el Presidente: “Más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador”.
En cuanto a la economía naranja, hay temor entre gestores de que los circuitos más grandes que ya tienen recursos –como las salas comerciales de cine– van a seguir teniéndolos, pero los más chicos, de barrio, seguirán descuidados y hasta quebrados por la pandemia…
La intención de Teatro en el barrio es que lleguen los incentivos a esos gestores culturales en el territorio, que no han tenido acercamiento al Ministerio antes, también los fondos concursables. Estamos trabajando en las bases que fueron presentadas, la primera parte, el 4 de junio de 2021. Pero las siguientes bases están siendo revisadas para que sean mucho más accesibles y fáciles de cumplir para que gestores y ciudadanos que no han sido visibilizados antes, jóvenes desde los 18 años, la llamada Cultura Z, pueda también entrar al RUAC y presentar sus trabajos para estos fondos.
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Teatro en el barrio se ha presentado como el principal programa para el fomento a las artes de este gobierno. Aunque incluye al teatro, no solo abarcará artes escénicas. Se buscarán salas comunales, colegios para realizar actividades culturales en todas las disciplinas, según el anuncio ministerial.
Su presupuesto es de $ 1’500.000, que provendrán del Instituto de Fomento a la Creatividad e Innovación (IFCI), y se distribuirán entre los Núcleos de la CCE porque, según la ley, esta institución es la “ejecutora” de las políticas culturales en el país.
¿En que se distinguirá el Teatro en el barrio como programa de los fondos concursables que ya existen?
Se distingue porque estos otros actores no tienen que concursar, no tienen que inscribirse, pueden ser o no pueden ser parte del RUAC. Son personas que están ya conformadas en distintos barrios, esa es la diferencia. El Teatro en el barrio es para llegar a que gestores culturales en territorio tengan un espacio y puedan activar este sector tan deprimido por la pandemia.
Si no tienen RUAC y no habrá un concurso, ¿cómo se los seleccionará?
Estamos haciendo un acuerdo con la CCE, vamos a llegar a un consenso con los 24 Núcleos provinciales. Estos van a mapear a los actores porque queremos que esa ayuda vaya directamente a los gestores culturales, sin pasar por promotores. Nos enfocaremos en quienes muchas veces no reciben esa ayuda económica directamente, los artistas.
¿La asignación del presupuesto para cada Núcleo será en función de la población?
Así es. Yo creo que tendremos listo este proyecto en esta semana y la próxima podremos dar a conocer, ya más en tierra, cómo se va a organizar y cómo va a funcionar esto que es tan emblemático para el gobierno. En los primeros 100 días vamos a empezar con el plan piloto del Teatro en el barrio, con una ciudad en la Sierra, otra en la Costa y otra en el Oriente.
¿Ha dialogado con gestores culturales para lograr que el próximo proceso electoral en la CCE sea legítimo?
Lo primero que hicimos fue hacer una depuración del RUAC. Como órgano rector del SNC, vamos a estar vigilantes para que este proceso sea totalmente transparente, vamos a estar acompañando este proceso.
¿En qué consistió la depuración del RUAC?
Había dos listas de inscritos, al unirlas se traspapelaron los datos. Entonces la depuración consistió en tener una ingeniera de sistemas que vaya constatando nombre por nombre para que no se repitan, para que todos estén ingresados normalmente. Y esta lista ya la hemos mandado a la Casa de la Cultura matriz (se refiere a la Sede nacional de la CCE, que preside Camilo Restrepo Guzmán, otro de los que se abstuvo al votar el 1° de julio).
Esa base de datos que es del RUAC ha servido para ciertos estudios del sector cultural, ¿por qué no ha servido para que los artistas más vulnerables del sector se vacunen?
Esa fue mi primera preocupación cuando entré al Ministerio. Hablé con la ministra de Salud, Ximena Garzón-Villalba, pero como el gobierno está haciendo este esfuerzo tan grande de vacunar a nueve millones de habitantes en los primeros 100 días, me han pedido que se respeten los cronogramas. Por mí insistencia, van a fijarse en el sistema cultural. O sea, estamos haciendo el seguimiento para que los artistas y gestores culturales vayan a las vacunaciones masivas que se van a dar próximamente, los fines de semana.
¿Se ha determinado ya cuántos son los actores que corren mayor riesgo ante la covid-19?
Sabemos cuántos actores culturales hay en Quito, en Guayaquil, tenemos ya mapeado todas las provincias, el porcentaje de actores y gestores, sus rangos de edad, que es de los 18 a 54 años, y tenemos las principales actividades registradas. Queremos que su vacunación sea lo más pronto posible porque esta es una instancia que tiene que darse para que se reactive el sector, si no es imposible. Esperemos que para julio tengamos una fecha definitiva.
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Otra de las líneas que ha anunciado seguirá el MCyP es la del “rescate del patrimonio”. Se atenderán repositorios, museos, archivos, según una entrevista publicada por diario El Universo.
En las reuniones de transición que mantuvieron con el anterior ministro, él no había considerado la información técnica de la Coalición SOS Patrimonio sobre el traslado de los bienes y reservas culturales al edificio de Unasur. ¿Cuándo se descartó por antitécnica?
En la primera reunión que tuvimos con Julio Bueno me informó sobre esta decisión de llevar a Unasur los bienes patrimoniales. Luego hicimos una visita técnica al edificio y ahí yo decidí no llevarlos a ese edificio porque no tenía las condiciones que debe tener una reserva. El edificio no tenía la seguridad, tenía un sistema de aspersión con agua… Entonces las condiciones no eran las óptimas que debe tener una reserva como la nuestra, además que está en un punto muy alejado (la Mitad del Mundo) y las reservas son la memoria de un país. Una parte son piezas museológicas. Y otra parte de la reserva es la bibliográfica. Estamos buscando la mejor opción para que estén cerca del perímetro de las universidades, que tengan un lugar especial para que los investigadores puedan acceder.
¿Qué lugares están analizando para que se instale el repositorio?, ¿irá al mismo lugar el Museo Nacional (Muna)?
Estamos ya analizando unas dos posibilidades muy acertadas que reúnen todas las condiciones estructurales, técnicas para pasar la reserva. Cuando decidamos cuál es la más adecuada, lo haremos público. Para el Muna se hizo una gran inversión, $2’500.000, eso debe dar réditos, socializarse. El Museo se quedará en el Edificio de los Espejos de la CCE, la reserva va a estar cerca de allí.
El Muna se mantiene en la CCE por comodato, ¿este se renovará?
La Casa es uno de los entes que está dentro del SNC, entonces sí, tenemos un comodato y lo vamos a extender, por lo menos unos 10 años. Muchas personas no conocen este museo y no le vemos la conveniencia ahora, con un país tan gastado, tan golpeado por la pandemia, de hacer una inversión más grande y llevarlo a otro lado. Ojalá que en los próximos años tengamos esa posibilidad de tener un Museo Nacional como el Ecuador se merece.
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Está pendiente la reapertura de los espacios patrimoniales a través de los GAD. ¿Tiene una comunicación directa con el Municipio de Quito? ¿La crisis actual ha afectado ese canal?
He tenido una reunión con la Secretaria Metropolitana de Cultura. Realmente es una pena cómo está la ciudad. Están todos los espacios cerrados, es una lástima cómo está todo. Pero como Ministerio rector de las políticas culturales tenemos que lograr acuerdos con los GAD porque ellos son los que están más cerca del territorio. Me he reunido ya con varios alcaldes, nuestro empeño es trabajar para que los presupuestos de cultura lleguen a los artistas de todo el país.
¿Con qué monto contará el Festival de las Artes Vivas del Loja de este año?
Como es ley y ya el año pasado se recortó el presupuesto, tenemos un aproximado de $ 200.000. Pero vamos a hacer mucha gestión para que empresas privadas y embajadas amigas se sumen, y que este sea un festival excelente. Transparente, sobre todo.
¿Se seguirá haciendo El Camino a Loja en algunas provincias?
Sí, ahora tiene un fondo de $ 30.000 (hasta la edición de 2018 contó con $ 500.000)
¿Estas cifras son suficientes para que vengan elencos de fuera del país?
Por supuesto. Para este año Francia es el país invitado, entonces ya estamos en conversaciones con organismos internacionales para ver, dentro de las limitaciones de la pandemia, qué se puede hacer y que el festival llegue al exterior.
¿Qué pasará con el Teatro Benjamín Carrión Mora, un inmueble que contó con gran inversión ($ 21 millones solo para su construcción) y que, al igual que Unasur ($ 45 millones), está a cargo del Estado?
Todavía no nos entregan el teatro, pero la idea es que se pase al Municipio de Loja. El edificio de Unasur es de Cancillería. Teníamos un comodato, y como el MCyP tiene un presupuesto muy bajo, no podemos mantener un edificio tan caro ($ 700 mil al año). Cancillería verá qué opciones tiene para ese edificio, puede ser que sea para algo turístico, hay algunas opciones. El 22 de junio nos reunimos con el Canciller, Mauricio Montalvo. Hay opciones de empresas privadas que quieren hacer proyectos en Unasur, pero no sabemos qué destino se le va a dar todavía.
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