El libro contiene relatos de 33 mujeres comunicadoras que escriben desde sus propias miradas acerca del mundo y de Ecuador.
Por Mayuri Castro / @mayestefi
Dos imparables años de trabajo dieron como resultado el libro Mujeres de la Comunicación Ecuador, que se presentó la noche del 20 de noviembre de 2024, en el edificio de Ciespal, en Quito. Vanessa Vanegas y Julia Ortega –dos comunicadoras que asumieron el reto de editar esta obra– hablan sobre el proceso y la amistad que caracteriza al proyecto.
Mujeres de la comunicación es el resultado de la escritura de 33 mujeres indígenas, mestizas, afrodescendientes y de varias edades que escribieron sus historias e historias de otras mujeres sobre los tres ejes que definieron Vanessa y Julia. Tiene cuatro capítulos guiados por esos ejes: la Memoria de la otra Comunicación; Prácticas de Comunicación Popular, Alternativa, Comunitaria y Oficio Periodístico; y Docencia e Investigación. La edición ecuatoriana se puede descargar aquí.
Vanessa Vanegas, llena de emoción, explica que Mujeres de la Comunicación Ecuador surgió por la búsqueda de la justicia epistémica de género, eso significa mostrar el trabajo que las mujeres han hecho en el campo de la comunicación pero que se ha quedado invisibilizado.
“Este es un libro que hace justicia a los aportes de las mujeres”, dice Vanessa. En el campo de la comunicación, como en otras disciplinas, tradicionalmente los hombres han sido quienes han guiado la producción de conocimiento.
Mujeres de la Comunicación Ecuador marca el comienzo para ver, escuchar, leer y citar a más mujeres comunicadoras. Vanegas plantea que es necesario hacer una revisión de otras disciplinas en las que han aportado las mujeres. “Ojalá surgiera un libro de Mujeres de la Sociología, de la Psicología, de las Matemáticas, aún más de las Ciencias Sociales”.
La voz de Julia Ortega parece brillar. Esos dos años de trabajo –cuenta– transcurrieron en medio de un país convulso. Desde 2022, en Ecuador se agudizó la crisis de seguridad, las masacres en las cárceles, cayó el gobierno de Guillermo Lasso luego de que él mismo recurriera al mecanismo constitucional de muerte cruzada, y ahora el país vive una guerra contra el narcotráfico declarada por su sucesor, Daniel Noboa.
Aún en ese contexto, las mujeres avanzaron con su escritura. Las editoras cuentan que más allá de escribir, las mujeres debían atender la doble o triple jornada laboral o enfrentar enfermedades. Se tomaron en cuenta esos contextos para no desistir en el camino. Las historias están escritas desde la vitalidad y las adversidades.
El resultado fueron entrevistas, relatos, testimonios, perfiles que enriquecen el libro. Por ejemplo, hay experiencias desde el campo de la comunicación popular, mujeres que están resistiendo al contexto actual como la desinformación, fake news o la cultura de la post verdad.
“El libro de Ecuador se revela doblemente. Se revela contra la industria académica de estándares productivistas y científicos. Incluye las miradas diversas, descolonizadoras, de mujeres que no son parte del ámbito académico pero han aportado al campo de la comunicación”, asegura Vanessa Vanegas.
En la obra –de más de 300 páginas– se encuentran las voces de dirigentes de comunicación indígena y afro; hay un capítulo sobre la experiencia de Alexandra Ayala Marín, periodista feminista, activista por los derechos humanos de las mujeres, o el perfil de la académica Pilar Núñez, quien fue maestra en la Facultad de Comunicación de la Universidad Central.
El libro está marcado por la amistad. La obra se construyó con las mujeres conocidas, las amigas de las amigas, las colegas. Mujeres con mirada crítica de la comunicación. “Esa amistad que reconoce y también moviliza. Vanessa y yo no éramos amigas, pero nos hemos hecho muy amigas, colegas”, añade Julia Ortega.
También está atravesado por el agradecimiento, dice Julia. Uno de esos votos de gratitud se dirige a Ana Acosta, quien editó cinco de los textos antologados.
Lo que se pretende con la edición de Ecuador es mostrar a la comunicación como un espacio de “agenciamiento de derechos”, explica Vanessa. Que el libro abra el camino para una vida digna con justicia social.
La obra se presentó justo en noviembre, como antesala de la conmemoración del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. “La invisibilización del conocimiento de las mujeres también es una forma de violencia”, añade la coeditora Vanessa.
Pero esta obra no es un hecho aislado. Es parte de un gran proyecto global dirigido por el comunicador colombiano Omar Rincón y ejecutado junto a Amparo Marroquín, Claudia Magallanes y Clemencia Rodríguez. En 2021, se publicó la obra Mujeres de la Comunicación América Latina. Le siguieron versiones de México, Argentina, Bolivia, Chile y una segunda parte de América Latina y el Caribe que recoge voces de mujeres de países del Caribe y de latinas en Estados Unidos.
La idea surgió con el propósito de romper el canon masculino de citación con normas APA, metodologías o estándares rigurosos de la Academia, cuenta Omar. La idea ha sido contar la vida de las mujeres en el campo de la comunicación de diferentes maneras: relatos en primera persona, reflexiones, historias, testimonios, entrevistas, ensayos, conversaciones, tal como lo que se creó en Ecuador.
El proyecto global recibió el apoyo de la fundación alemana Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), que trabaja sobre la democracia y la justicia social, pero no es de la FES. Omar recalca que las mujeres lo han hecho propio.
Para Omar Rincón, Mujeres de la Comunicación Ecuador “es andino, es como Ecuador”. Dice que está escrito por mujeres que construyen desde el silencio y el pudor. “Es una maravilla, hay muchas estrellas centelleando pero no queriendo ser visibles”.