Por Juan Francisco Trujillo / @JuanfranT
Fotos: César Acuña Luzuriaga
El encuentro tiene lugar en una de las mesas del querido bar La Estación, donde una imagen con la sonrisa socarrona de Bukowski domina la escena desde lo alto. Allí están Begoña Salas, Wilo Ayllón, Patricio Nardi y Paula Terán, quienes junto a Ivonne Garzón están detrás del proceso creativo de Sensorial, Arte y sentidos.
Nos juntamos para hablar de sus propuestas artísticas, explorar sus percepciones y su entendimiento de la sensibilidad con la que se abordan los procesos creativos. Tradicionalmente, la interpretación de una obra artística está mediada por agentes externos: curadores, expositores, guías o el propio autor, que nos acercan a sus trabajos en museos o galerías. La escena actual propone, desde la versatilidad, la posibilidad de interactuar con el mundo de la pintura a partir de diferentes propuestas complementarias.
Esta posibilidad es la que llevó a María José Cardona, creadora del concepto, a enlazar temáticas como el tatuaje, la mitología, los mandalas, la vida cotidiana o las ilustraciones sobre la naturaleza en una interacción abierta, dando origen a Sensorial.
Se trata de que cada uno de los artistas aporte a la obra desde su individualidad. A menudo sucede que cuando pensamos en un libro con estas características, asumimos que estará dirigido casi exclusivamente a un público infantil o juvenil, pero esta propuesta se enfoca precisamente en romper este preconcepto. La idea que plantea Sensorial es transgredir la lógica de encasillamiento del arte y su dimensión puramente estética, promover la apropiación de las obras a través de la pintura y de la intervención de los sentidos.
De por medio están las ilustraciones, que reflejan la esencia de cada creador y aportan con diseños particulares, alejados del halo de frialdad que suele envolver a los libros pensados para este formato. Lo que une a este grupo es el afán por dar a conocer sus percepciones, su mundo interior y una parte de sus propuestas.
Cada elemento del libro está diseñado para que sea compartido a través de hojas desprendibles y utiliza materiales orgánicos. Los artistas entregan sus obras en un formato atractivo para que quien las reciba las interprete a su manera, desde un niño de 12 años que quiera pintar con marcadores hasta una persona de 50 que quiera utilizar carboncillo.
Al final, la obra se transforma y es reinterpretada desde diferentes perspectivas. Los alcances de esta propuesta se vuelven más llamativos si se piensa en un contexto que supere la proyección estrictamente comercial. Los artistas involucrados creen que la incidencia más importante de Sensorial estará en el apoyo a procesos terapéuticos, liberación de estrés, relajación profunda y procesos colaborativos.
Los artistas
Wilo Ayllón: Sus obras llegan a ser parte del libro después de desarrollar una investigación de 2 años sobre mitología ecuatoriana, su propuesta implica una actualización de personajes y símbolos tradicionales como la dama tapada, el aya huma, posorja , nina pacha o riviel, llevándolos a contextos actuales para abordar temáticas como género, paz, tolerancia, entorno urbano, memoria histórica. “La pintura con diferentes materiales implica una reconexión interna a nivel espiritual. Nos hemos sentado muchas veces a trabajar con el libro, colorearlo, y llega un momento en el que terminamos muy compenetrados con la propuesta”.
Paula Terán: Como ilustradora y bióloga, su propuesta pone a disposición obras con una vocación intuitiva que reflejan el movimiento y la interacción de diferentes ecosistemas y entornos de la naturaleza, para generar empatía y procesos de concienciación. Vio en este proyecto la oportunidad de conjugar dos de sus pasiones en un espacio que no está pensado para un público masivo. “Con Sensorial dejamos un espacio abierto que generalmente no existe en las obras completas, acá desde esta propuesta no los convencemos de que se adapten a nuestra forma de ver el mundo, sino que les ponemos la mitad del lienzo y entablamos un diálogo con la otra persona que ya no es solo un espectador sino tu acompañante, es como estar en un tú a tú en el que se crea una obra de arte en tiempo real”.
Patricio Nardi: Su trabajo como tatuador lo ha puesto en contacto con muchas sensibilidades. Para Sensorial trae una serie de diseños basados en cráneos, un tema muy recurrente en el mundo de los tatuajes, pero en el que busca ir más allá del archiconocido diseño de calavera pirata, tomando diferentes estilos para mezclarlos. En este proceso tuvo mucha influencia su reciente visita a México, donde las referencias a las calaveras son naturales y se encuentran por todas partes, por eso busca romper el mito que las asocia con el miedo a la muerte o con aspectos negativos. El hecho de trabajar junto con artistas de otras vertientes le planteó el reto de salir del estudio y cambiar su cotidianidad, lo cual supuso una motivación para su trabajo. “Estoy convencido de que le proponemos a la gente un ejercicio que invita a la interacción y es una iniciativa que junta al artista con el público en una especie de cambio de roles.”
Begoña Salas: Opta por retratar escenas de la vida cotidiana, en las que cuenta parte de lo que es, siente y la rodea como persona. No cree en el hecho de etiquetar a los artistas como “diferentes” sino en que esa diferencia y diversidad está en las formas de expresión que son universales a todos los seres humanos. Ve a la inspiración como un proceso que necesita nutrirse de sentido y sentimientos. “Parte de ser artista es compartir lo que tú sientes con el resto, y este proyecto puso a disposición un formato ideal, busco conectar a las personas con mis obras a través de la afinidad, si le pones algo tuyo a una obra, la aprecias de otra forma”.
