Por Fernanda Carrera / @AF1825
Usando tizas elaboradas con aspirinas, Tony Balseca dibujó los escudos de Barcelona y Emelec –dos de los equipos de fútbol más populares de Ecuador– para quienes fueron sus compañeros de celda durante los seis días que estuvo preso. Durante el paro nacional que vivió Ecuador entre el 3 y el 13 de octubre del 2019, otras 1 191 personas fueron detenidas.
Aunque el motivo por el que fue juzgado Tony fue la paralización de servicios públicos, al momento de su aprehensión él llevaba un afiche con la figura de un indígena con el cuerpo casi perfecto de un ‘crosfitero’, que adorna su pene con el rostro del presidente Lenín Moreno y que lleva como ofrenda floral entre sus dedos la cabeza del Mandatario.
Portando su estandarte salió el escultor Balseca desde el populoso y comercial sector de la Bahía, para manifestar su inconformidad. Abanderado del cacique Tumbala, también conocido como El señor de las islas, gobernador reinante de las tierras que limitan hoy con Guayaquil, Balseca enfrentó su destino de presidiario a pocas cuadras de su hogar.
A Tony lo detuvieron seis militares, y esos días en prisión se convirtieron en su estancia forzosa dentro de un habitáculo de dos por dos metros, en el Cuartel Modelo de la ciudad-puerto. “Las paredes del calabozo están cubiertas de yeso –recuerda Tony–, pero con las uñas, la gente hace sus grafitis. Y yo también dejé los míos”.
En la provincia del Guayas, donde vive el artista, otras 309 personas fueron detenidas durante las jornadas de protesta social que paralizaron Ecuador entre el 3 y el 13 de octubre. El 9 de ese mes, el artista decidió, junto a otros compañeros suyos de la Universidad de las Artes, expresar su rechazo hacia las medidas de austeridad decretadas por el gobierno de Moreno. Según él, si los mimos hacían sus gracias, los dibujantes sus pancartas y los músicos interpretaban alguna tonada, podrían darle un giro a la protesta y evitar así ser arrestados. De los once días de paro, ese día fue el tercero con más detenciones: 171.
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Billy Navarrete, Secretario del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos (CDH), considera que este, el paro más grande que ha vivido Ecuador durante los últimos 40 años, es un reclamo realizado por los manifestantes, en su mayoría indígenas, ante el alto costo de la vida, y que estos reclaman en el marco de un estado constitucional de derechos, amparados en este caso por el Pacto de Derechos Económicos, Sociales, y Culturales.
“Esta afectación de los derechos colectivos tiene que ver con un condicionamiento que el gobierno tiene por parte del FMI, como hace 15, o 20 años –explica Navarrete–. Es algo que habría que examinar un poco más a fondo, parecería ser que este mismo escenario de contradicciones que sufrimos hace 20 años ahora se repone con otros ingredientes: un aparato estatal superfortalecido para liquidar toda la disidencia, la oposición, la crítica, que tal vez en ese entonces no lo teníamos tan perfeccionado”.
Tras decretarse el Estado de excepción por parte del gobierno ecuatoriano, se produjo la mayor parte de detenciones de las jornadas de protestas: 376 el 6 de octubre. Así nos lo explicó el defensor del Pueblo, Freddy Carrión: “1 192 personas fueron aprehendidas, 906 salieron inmediatamente en libertad sin formulación de cargos (…), la Policía detuvo al que se le cruzaba o al que podía y lograba identificar, sin debido fundamento probatorio. Muchas detenciones fueron masivas”.
¿Por qué los ataques a la policía no se consideran violaciones a los Derechos Humanos? Navarrete aclara que una violación a los Derechos Humanos incluye una relación entre un individuo o una colectividad de ciudadanos, y el poder público.
El 30 de octubre, CDH recibió la visita de una Comisión de las Naciones Unidas, quienes entrevistaron a 12 ciudadanos que denunciaron violaciones a sus derechos durante el estado de excepción. Al son del charango en la sala de espera, con su cabello largo y rasgos indígenas, uno de ellos comentaba amargamente que le dijeron “Indio chucha de tu madre” en el momento de su detención. En el folio de denuncias consta también el caso de un menor de edad fallecido por asfixia.
Los entrevistados coinciden en que los casos de los policías agredidos durante las manifestaciones deben ser investigados y sentenciados. Solicitamos una entrevista a la Dirección de Comunicación de la Policía Nacional, para obtener su versión, pero no obtuvimos respuesta.
Una misión de expertos de la ONU que investigó los hechos de octubre en Ecuador, confirmó, el pasado 29 de noviembre, las denuncias de detenciones arbitrarias por parte de la policía y de un «empleo innecesario y desproporcionado de la fuerza», e inmediatamente pidió al gobierno de Lenín Moreno la investigación de estos casos.
La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos recibió denuncias sobre al menos 9 muertos, 1 507 heridos (de ellos 435 miembros de las fuerzas de seguridad) y 1 382 detenidos.
El señor de las islas
El relato de la historia colonial que inspiró al escultor Tony Balseca para crear su controversial escultura, que luego plasmaría en un afiche del cacique Tumbalá, bien podría servir de inspiración para un guionista de la popular serie Juego de tronos.
Para Balseca, la historia de la Guayaquil colonial es más compleja de lo que los historiadores tradicionales han narrado: “Francisco Pizarro vence a los punaes y a Tumbalá, a quien bautizan como Francisco, contra su voluntad. Cuando muere Pizarro, Valverde se refugia en Puná, Tumbalá mata a Valverde mientras da una misa. Junto a su hijo, lo decapitan…”.
Tumbalá, el hombre que sostiene una cabeza en sus manos en la obra de Balseca, también fue llamado El señor de las Islas, según las crónicas de Pedro Cieza de León. Tras la captura del líder indígena, en manos de sus enemigos españoles, fue bautizado como Francisco. Era un guerrero que vivía en Puná, la isla ubicada frente a Guayaquil, cabecera cantonal de la provincia del Guayas.
El personaje en cuestión libraba tres guerras: una contra el heredero inca Atahualpa, otra contra el español Francisco Pizarro, y una tercera contra Huayna Cápac. “Todo está escrito en las Crónicas de la conquista del Perú, de Pedro Cieza de León”, acota Balseca, este artista guayaquileño interesado en el mestizaje indígena-español desde su adolescencia, gracias a sus viajes a Riobamba, donde vive una parte de su familia.
Parte de los datos que fundamentan sus propuestas artísticas provienen del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), y de archivos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral.
La obra de Tony Balseca fue expuesta hace quince años en el Museo Municipal de Guayaquil. A este joven de barba espesa, ojos negros, hablar pausado y estelas de dichos coloquiales ‘guayacos’, le interesa profundamente la descolonización como proyecto de investigación en arte. Él considera que con su trabajo puede construir símbolos que unen y transmiten profundos lazos de identidad.
En sus dieciseis días de encierro, Balseca fue fotografiado por uno de los detenidos, sin zapatos, frente a las paredes mancilladas por el hacinamiento y la espera de la prisión. “Tony fue detenido en supuesta flagrancia. Nuestra defensa técnica se basó en la presentación de un Habeas Corpus y la defensa técnica en el juicio penal la llevó a cabo el defensor público Augusto Verduga. En el Habeas Corpus en primera instancia perdimos”, explica Juan Carlos Pulido, uno de los abogados defensores del artista.
Aunque su proceso inicial fue abierto por paralización de servicios públicos, “en la audiencia la defensa demostró que no había cómo probar ese delito, y no le quedó más a la Fiscalía que no acusar, no tuvo cómo probar que haya paralizado algo, en un día que todo estaba paralizado por la propia Municipalidad de Guayaquil, por motivo de la marcha de Nebot”, agrega Pulido.
Once personas perdieron sus ojos en Ecuador, en medio de las protestas de octubre. La paralización de servicios públicos fue el delito que motivó 236 de las 273 detenciones registradas a nivel nacional. Terrorismo, sabotaje, rebelión y ataque o resistencia a la autoridad constituyen los tipos penales aplicados a las otras 37 personas.
Balseca seguirá investigando a su personaje histórico, el que adornaba el cartel que abanderó cuando fue detenido.
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Acertado resumen. Al inicio hay q corregir que dice 6 días, aunque más abajo dice 16, que es el número correcto de días que Toni fue privado de libertad.