Por Anaís Madrid / @anaistamara
En 2012, cuando Josefina Vázquez Mota fue candidata a la presidencia de México, por el Partido Acción Nacional (PAN), usó los eslóganes Josefina Presidenta La mejor, Josefina diferente, Josefina La mujer tiene la palabra, Una presidenta con falda pero con muchos pantalones. Ser mujer como una razón fehaciente de cambio y, además, ser la primera presidenta con el ímpetu de hacer historia fueron las causas de esa candidata que se definía como “la Jefa”. En un encuentro masivo en Tlaxcala, se comprometió “a ser la jefa del Estado Mexicano y la Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas”. La excandidata solo defendía a las mujeres mexicanas como madres y esposas; mientras que sus tres oponentes se concentraban en las madres solteras.
Estas visiones reducen a la mujer a un rol reproductivo, y además insinúan el alto grado de vulnerabilidad que este representa.
En Ecuador, en el Debate Presidencial 2017, del 25 de enero, Cynthia Viteri vistió un traje rojo (muy Hillary Clinton), y con un discurso ensayado, pero elocuente y emocional, quiso mostrar esa singularidad de la figura femenina que tanto pregona. Cynthia insiste en reproducir el rol de mujer-madre con su plan de la red de guarderías, sumida en una propuesta de gobierno altamente populista que, entre otras cosas, ofrece la gratuidad de la electricidad.
En Ecuador las mujeres representamos el 51% del padrón electoral. Pero Cynthia parece asumir que ese 51% es madre. Su propuesta máter, y lo que verdaderamente parece motivarle en el tema de género, es que la madre ecuatoriana “se sienta tranquila” a través de guarderías seguras y escuelas cerca de casa. “Mujeres: en nuestro gobierno, tus hijos irán al colegio más cercano a TU casa. Hoy se pasan repartiéndolos”, dijo en Twitter el 12 de diciembre. El combate a las drogas es otra promesa de su campaña que piensa en las madres. “Haremos un Estado que proteja a la mujer del maltrato y a sus hijos de las drogas”, tuit del 8 de diciembre. Y culpa al presidente Correa de este problema social: “Si el Presidente supiera de leyes, jamás hubiera impulsado la ley que permitió entrada de drogas en los hogares”, dijo el 10 de octubre.
El 16 de enero publicó en Twitter: “Vendiendo aviones presidenciales se construirían miles de viviendas populares. Con lo que costó Refinería del Pacífico miles de guarderías”. Guarderías para que las madres “se sientan tranquilas” y “para generar empleos”; mientras que otros temas como salud y violencia quedan obviados.
La cuña “Soy la única mujer en la papeleta”, que molestó a las candidatas a la vicepresidencia por Compromiso Social e Izquierda Democrática, Doris Quiroz y Montserrat Bustamante, podría ser el argumento más absurdo para conquistar votos.
En las redes sociales se leen comentarios como “Ya le toca a una mujer”, “Cynthia, una mujer bien parada” y con la tendencia #CynthiaGanaHoy, se subraya ese regreso a la candidatura de una figura más vieja y sabia, que destella sobriedad, elegancia y una supuesta capacidad de liderazgo entre sus oponentes.
Cynthia Viteri no solo se cree la única mujer en la papeleta sino que actúa como la única opción seria, centrada y hasta pulcra para el 19 de febrero. Pretende ser la madre salvadora que regresa, 10 años después, como si tuviera toda la potestad para refrescar el panorama electoral.
Sí. El tema de género en su campaña pretende humanizarla y conseguir el voto de las mujeres, sobre todo (o exclusivamente) el de las madres. En su participación en el foro de la ONU, el 19 de diciembre en Quito, se refirió a las garantías pactadas en la Constitución para la mujer ecuatoriana, pero resaltó la violencia psicológica y los largos trámites judiciales. Viteri insiste en las agresiones y roles de las mujeres en la sociedad ecuatoriana.
La firma del acuerdo con ONU Mujeres promueve la igualdad de derechos. La candidata habló sobre participación de las mujeres en espacios de liderazgo, la instauración de un modelo de desarrollo inclusivo y la fijación de un presupuesto para políticas públicas que permitan la igualdad de género.
El 25 de noviembre publicó en Twitter: “Que la violencia no empañe los sueños y la paz de nuestras familias, q las mujeres volemos alto y sin miedo. No a la #ViolenciaDeGenero”. El uso de la primera persona plural en este mensaje es una manera de fijar una línea horizontal entre candidata y ciudadana, mujer y mujer, como lo dice textualmente en esta publicación del 16 de diciembre: “Me encantó conocer a Ornella y a Flor, su madre. Es tanto lo que nos une. ¡Mujeres ayudando a mujeres! Escríbeme, tu historia me motiva”. En el video que sigue a estas palabras, Viteri visita la casa de una familia que le escribió un mensaje. Las ciudadanas (madre y abuela) le cuentan sus experiencias de madres jóvenes y solteras. Una de ellas le dice: “Si yo escribo algo, yo sé que ella va a saber qué yo estoy diciendo porque ella estuvo en mis zapatos”. Viteri fue madre a los 17 años y tuvo el apoyo de sus padres para terminar el colegio. Este detalle de su vida personal es usado como identificativo para muchas mujeres ecuatorianas.
Se estima que en Ecuador hay aproximadamente 122 301 madres adolescentes, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La visita a la casa, sin compañía de guardaespaldas, insiste en fijar esa línea horizontal.
Cuando falta menos de un mes para el sufragio, el cambio que propone la socialcristiana pelea el pase a segunda vuelta en las encuestas y, al mismo tiempo, despierta la frase “Arriba las mujeres”.
Pero, recordemos que hace apenas cuatro años, en México, la ausencia del tema de equidad de género en los debates en los que participó Josefina Vásquez Mota fue criticada. Las mujeres en México representaron más del 50% del padrón electoral 2012 y en ese porcentaje se incluían todas: jóvenes, madres solteras, amas de casa, viudas, profesionales, estudiantes, viajeras, sin importar la función que el resto de la sociedad les atribuyera. La campaña de Josefina también intentó establecer una línea horizontal con ciertas ciudadanas: se mostró como una madre luchadora. Pero el 1 de julio, el PAN cayó como tercera fuerza política; Josefina obtuvo el 25,4% de los votos, detrás de Manuel López Obrador (31,7) y de Enrique Peña Nieto (38,2).
Dicho esto, ¿cuál es el traje de Viteri? ¿El de madre, el de esposa, el de madre soltera, el de mujer, a secas, o el de candidata a la Presidencia de todo un país?