Por redes sociales, mediante el 'boca a boca', a través de cualquier medio, cientos de miles de mujeres en Brasil mostraron frontal rechazo a los discursos misóginos, homofóbicos, racistas y violentos del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro. Ariel Subira acudió a la concentración en Rio de Janeiro y preguntó a algunas de las manifestantes por qué salieron a gritar "Él no".
Las estaciones del metro subterráneo se convirtieron en puntos de encuentro de mujeres que llegaron a Rio desde distintos puntos de Brasil. Las multitudes salen de los vagones cantando eufóricamente: "¡Él no, él no, él no!". Foto: Ariel Subira.
Por Ariel Subira
RIO DE JANEIRO, Brasil.- Las mujeres en Brasil se tomaron las calles al grito de «Él no», en frontal rechazoa la candidatura presidencial del exmilitar ultraderechista Jair Bolsonaro.
En 2014, en el plenario de la Cámara de Diputados, Bolsonaro se dirigió a la diputada Maria do Rosário para decirle que él no la violaría «porque ella no se lo merece». Este político –un conocido enemigo de los derechos de la comunidad LGBTI y defensor de las prácticas de tortura que se registraron durante la dictadura militar en Brasil– se ha aprovechado del vacío que desencadenó la operación Lava-Jato para hacer campaña electoral auspiciado por el noveno partido político al que se afilia: el Partido Social Liberal. Pero carece de un proyecto de gobierno y su campaña usa un discurso basado en la violencia, la misoginia y en el ataque a las minorías.
Por estas y otras razones, miles de mujeres se convocaron en todo Brasil para oponerse al incremento de la intolerancia, a los discursos de odio, sexismo, homofobia y racismo que auspicia esta candidatura.
El 30 de septiembre, en la Plaza Cinelándia de Río de Janeiro, se reunieron personas de todas las edades, clase, sexo y religión, en una cita sin precedentes –al menos desde las jornadas de protesta de junio de 2013 contra del gobierno de Dilma Rousseff por el incremento en precios de servicios y excesivos gastos en megaeventos deportivos mundiales. Esta vez, las movilizaciones se replicaron en más de 80 ciudades de Brasil y en varias capitales del mundo, embanderando el lema “Ele não” (“El no”).
Esta serie de fotografías captada en la Plaza Cinelândia es, sobre todo, un conjunto de contundentes respuestas: ¿Por qué él no?
Ana Maria (36) es abogada: «Porque no quiero que gane de ninguna forma», me dice, con el hijo de una amiga en los hombros. Foto: Ariel Subira.
Paloma (33) es psicóloga: «Porque representa el mal, él es anti ser humano». Foto: Ariel Subira.
Ana Luiza (40) y Carolina (40) son abogadas, y Ana Paula (53) es administradora: «Porque representa todo lo malo –dicen, en consenso–, es machista, fascista, discriminador y está a favor de la tortura. Todo lo que Brasil ya pasó. Él es el retroceso». Foto: Ariel Subira.
Sonia María (69) es antropóloga: «Porque representa el fascismo y no quiero que vuelva el Brasil de los señores del mal». Foto: Ariel Subira.
Renata (39) es artista callejera: «Porque representa la represión a las minorías de la sociedad -me dice, antes de su presentación sobre las escalinatas del edificio de la Cámara de Concejales de Rio de Janeiro–; grito contra la dictadura que es símbolo vivo del retroceso de Brasil». Foto: Ariel Subira.
Chandrika (39) es administradora: «Porque él es fascista, es discriminación, predica la homofobia, está contra los derechos humanos. Yo estoy a favor de la democracia, del amor libre y colectivo de las personas y de la libertad de expresión». Chandrika actuó como la reina del encuentro y se ubicó sobre una columna, como una estatua símbolo del movimiento de mujeres. Foto: Ariel Subira.
Miles de mujeres se concentraron en la Plaza Cinelándia y al final de la tarde marcharon por el centro de la ciudad, hasta la Plaza XV, donde hubo un show musical de cierre. Foto: Ariel Subira.
Marcela (22) es estudiante de cine y teatro: «Porque es un retroceso para Brasil, que tiene que luchar por la igualdad de las minorías». Foto: Ariel Subira.
Eloisa (67) es profesora jubilada: «Porque luchamos contra el fascismo, para posicionarnos y decir que estamos aquí». Ya cansada y con calor de estar de pie en medio de la gente, se alejó para tomar un poco de aire junto a la vereda. Foto: Ariel Subira.