Por Francisco Garcés / La Barra Espaciadora
El pánico parece haberse instalado en las comunidades waorani de la zona de influencia de Yarentaro después de que el Estado, a través de la Fiscalía y del Ministerio de Justicia, llevaran adelante la operación de “rescate” de Conta, la niña de siete años, presuntamente taromenane, que fue sacada de Yarentaro y llevada al Coca, tras lo cual seis miembros de la nacionalidad Waorani de esa misma comunidad fueron apresados y otros nueve están siendo buscados y en cualquier momento trasladados al Coca para ser juzgados por genocidio, como posibles partícipes de la matanza del clan de Conta, ocurrida en marzo pasado.
Según quienes tienen contactos en la zona, solo los hombres mayores pueden salir de sus comunidades y en contadas ocasiones. Las mujeres y los niños no lo hacen. El ingreso a su territorio es restringido. El apoyo habitual de las petroleras que trabajan en el sector ha sido limitado y el contacto con agentes externos y con el Estado es nulo o casi nulo.
Esta es la situación actual en esta zona de la Amazonia ecuatoriana en la que se vive un estado de tensión permanente que ha llevado a los waorani a cerrar sus fronteras y a mantenerse a la expectativa de las acciones que tomará el Estado, en especial con Conta. La pequeña sería devuelta a una de las comunidades wao, posiblemente a Bameno, lo que causaría un conflicto adicional dentro de la comunidad, pues esta es una de las últimas en haber sido contactadas. Además, Bameno se caracteriza por ser de las que más ha resistido a la presión de la industria petrolera y a la influencia del Estado, con el fin de preservar su estilo de vida. Es esta comunidad una de las que encabeza la propuesta waorani de pacificación en su nacionalidad, pero podría quedar en una posición vulnerable si se hace cargo de la niña de otro clan wao, más aún si se considera la consecuente necesidad de depender del Estado para su asistencia.
Ocho meses han pasado desde la incursión de los guerreros wao que atacaron al clan taromenane. Durante este tiempo, el Estado hizo poco o nada para evitar que el conflicto creciera, pese a las advertencias de varios sectores de la sociedad.
Después de las últimas dos semanas en las que el Estado finalmente ha intervenido, queda claro que el tratamiento y juzgamiento de este tipo de conflictos desde la visión de la justicia occidental y urbana carece de contenidos suficientes para ofrecer alternativas que coadyuven a evitar el derramamiento de sangre y la escalada de la tensión dentro de una nacionalidad a la que el Estado ecuatoriano, pese a todo el cúmulo de documentos, tesis e investigaciones escritas, demuestra no entender.
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ENTREVISTA
Kati Álvarez
Socióloga, Msc. en Ciencias Sociales con mención en Antropología
Autora del libro «El efecto del contacto de la sociedad nacional en las prácticas culturales entorno a la muerte en los Waoranis»
¿Cómo se puede explicar lo que pasa con esas niñas?
Siempre en las prácticas culturales por venganza y también en las incursiones de guerra los Waorani matan a todos, incluido niños. En la última incursión, el hecho de que no hayan matado a todos y se hayan traído a dos niñas significa que ellos, en un complejo sistema de alianzas por muerte tomaron a las niñas bajo su cuidado porque no les hubiera costado nada haberlas matado.
¿Esa entonces fue una expresión de protección o las niñas se convirtieron en trofeos de guerra?
Ninguna de las dos cosas. Para protegerlas no es… y como trofeos, esa es una lógica que funciona diferente, es como la lógica de llevarse cabezas, artículos u otras cosas. En este caso las niñas fueron adoptadas. Hay dos principios en algunas culturas amazónicas, el uno es la interpenetración de esencias, que junto al otro principio cosmológico panamazonico, que es el de la metamorfosis, se expresan cuando toman a las dos niñas y las trasladan a las comunidades y en ellas las familias las asumen como hijas. Con lo sucedido se rompe una práctica común que es que cuando muere la madre o el padre por alguna causa, incluida la guerra, la madre pasa a ser la tía. En este caso como no había lazo de parentesco ni alianzas ni afinidad con el grupo no contactado, entonces la madre cultural o la familia pasa a ser las personas que tomaron a la niña.
Tratando de pensar en las niñas, ¿ellas pueden entender esta realidad cultural?
Obviamente existe un impacto para ellas. Me ha parecido increíble la falta de convocatoria a personas especialistas en estos temas, especialmente en sicología cultural, para analizar esta situación. Obviamente como cualquier ser humano estas niñas se impactaron al ver el ataque y experimentar la muerte, es una situación que espeluzna. También se han encontrado , cerca del lugar en el que fueron hallados los cadáveres, huellas de niños que corrieron, inclusive hay un avistamiento de adolescentes cerca del río Curaray que parecerían ser huérfanos, al parecer corrieron y se escaparon. Al tomar a las niñas, no es que ellas no pudieron escapar, sino que las tomaron. Los waos cuando tienen sus hijos, cuando quieren tenerlos y cuidarlos los cuidan, pero cuando no los querían, los dejaban y los abandonaban, especialmente a los que tenían capacidades especiales. El caso de llevar a las niñas me pareció peculiar, no era solamente el mostrar en las comunidades la constancia del ataque.
Esto es lo que se piensa desde afuera, como si ellas fueran la demostración de la venganza ejecutada
No era eso, porque hay que recordar que en la matanza del 2003, Babe trajo una cabeza, eso es algo que jamás se había dado en los wao, eso fue una demostración de un trofeo y la enterraron en la comunidad. En el caso de las niñas las traen y las colocan en dos comunidades en familias que las reciben. Los niños waorani desde muy chiquitos se hacen muy independientes, porque entre los wao es muy importante ser autónomos entonces estas niñas son adoptadas en su independencia y se vuelven parte de la familia. Eso se hace por los dos principios que quieren decir que con el acto de guerra se ha transformado el acto de guerra en una alianza en la que los wao escogen a quienes pueden vivir con ellos, aunque estas alianzas normalmente vengan de la guerra y los matrimonios, en este caso de la guerra.
¿Ellas entonces dejan de ser el enemigo y se convierten en parte de los otros?
La primeras semanas hasta se decía que se iba a devolver a las niñas al monte y entregarlas a sus familias, pero hubiera sido un riesgo porque ellas ya han perdido la constitución de su ego y se han transformado en el otro grupo. ¿A nivel físico cómo ocurre esto entre los wao? Cuando una niña es frotada con la secreción de la nariz de una guangana, la niña se transforma en una mujer trabajadora porque la guangana sabe limpiar con sus patas muy bien la chacra, si una mujer o un hombre wao te dice a ti, si quieres aprender waoterero y ser como waorani, duerme conmigo, es porque en el sudor, la eyaculación, la defecación ellos se transmiten y se convierten y el otro se hace wao. Las niñas estaban pasando por estos procesos muy complejos de la cosmología amazónica. Al dormir en la misma casa, al compartir los alimentos, al ir a la chacra con las abuelas o las madres porque no es solo una, sino una comunidad que las adopta, al hacer todo eso se ha convertido en parte de ellos. Sabemos que pasados unos días del ataque, la familia que adoptó a la niña más grande, a la Conta, salió a Pompeya y le compró zapatos. Para que un wao haga eso, es que era su hija. Si alguien quería actuar lo debía hacer ese rato antes de que se establezcan todas estas construcciones.
¿Han pasado ocho meses, este secuestro rompe toda esa lógica que se estaba construyendo?
Si La niña fue a clases al día siguiente de la incursión en la que mataron a su familia, y aunque todo está por ser investigado tengo una hipótesis al respecto. Esta acción de meterla a la escuela, considerando que para los wao la mayor aspiración es ser educado porque la escuela es la constitución de lo civilizado, también implicaba el sentido de civilizarla. Esto permite ver el reflejo de esta concepción de los wao hacia los aislados de no civilizados, no quiero decir que en la incursión haya existido la intención de civilizarlos, pero las acciones tomadas con la niña para civilizarla es para convertirla en ellos, es decir, había la intención de insertarla. En Yarentaro creo que hay profesores mestizos del Ministerio de Educación y shuar o kichwas, entonces la niña empieza a ver al profesor como parte de esa comunidad y a la escuela como parte de ese conjunto, empieza a tener compañeros, a ir a una institución y a establecer su cotidianidad, además del aprendizaje con las abuelas, tras ocho meses de establecer una nueva relación familiar. Ya se están adaptando y vienen personas en un helicóptero, vestidas de verde, encapuchados, armados, aterrizan, entran a una escuela en donde están niños y violentan sus derechos y de la forma más violenta y aterradora la toman, ella corre desesperada a cogerse del pantalón del profesor, pero la toman y la suben a un helicóptero. No estoy diciendo que los aislados se han quedado petrificados en la historia, pero el helicóptero es un instrumento que ellos lo veían en el aire y que se llama evo, le suben a eso y le llevan al hospital del Coca. Se escuchó que se sacó a la niña porque estaba con sus secuestradores, que es un término que deberá ser revisado porque se está juzgando esto solamente desde la perspectiva legal, occidental y urbana y con profundo desconocimiento de la nacionalidad Waorani, lo que preocupa, porque de ella se viene escribiendo desde los años 60, es cuestión de que la gente que está en las instituciones lea para darse cuenta de lo que están haciendo y las palabras que usan. Y ahora dicen que esa niña está ahora bajo la protección del Estado, pero esa niña estaba bajo la protección del Estado desde que se implementó el Plan de Medidas Cautelares y ese plan no hizo nada para protegerle. Y ahora vienen a hacer unos actos, que si no fueran tan tristes y denigrantes para una cultura que se dice civilizada, diría que al menos es torpe. La sacan haciendo gala de un profundo desconocimiento del contexto cultural y ahora anuncian que va a ser insertada en una familia waorani que posiblemente vaya a la comunidad de Bameno, con una serie de implicaciones brutales, no solo para la niña sino para toda la Nacionalidad Waorani.
¿Por qué en el operativo que el Gobierno llama de “rescate”, habrían utilizado waos?
Me parece que los utilizaron porque creyeron que así no iban a violentar el derecho colectivo a que nadie puede entrar al territorio ancestral de una nacionalidad sin pedir permiso. Tenían que pedir permiso primero a las organizaciones establecidas y a cada líder que vive ahí porque cada waorani es un líder. Para saltarse ese paso usaron a cinco waos. En el momento en que los waorani descubran quiénes eran los encapuchados y considerando que el poder aún está determinado por cuestiones genealógicas y los líderes con mayor prestigio son los adultos, Si descubren que fueron jóvenes , eso sería una traición a su nacionalidad y en los peores momentos en los tiempos de guerra, si los clanes enemigos lograron unirse ante un enemigo común, ahora lo podrían volver a hacer. Usar a los waorani como ejecutores de esta acción es bien peligroso para ellos mismos y sus comunidades.
¿Qué se debe hacer ahora con esas niñas?
Escuchamos que le llevaban a Bameno, pero dudo que así sea, si se las lleva a Bameno, la familia que la recibiría tendría el sentimiento de que están teniendo a una niña que pertenecía a otra familia de Yarentaro que pertenece a otro clan. Llevarla sería un conflicto. Me parece injustificado decir que las niñas estuvieron en peligro porque eso permite que el Estado haga este tipo de cosas, y es una idea equivocada. Pienso que ahora se debe reconstruir la relación entre el Estado y los waorani sobre relaciones de paz. Ahorita hay una sociedad representada por el Estado que le ha declarado la guerra a la nacionalidad y esta a su vez le ha declarado la guerra a los pueblos en aislamiento. La historia nos dice que en los tiempos de guerra se ha diezmado la población waorani por muertes . Ahora lo que me parece es que antes de actuar con la Conta debería haber una reflexión humana y que el Estado tenga un gesto humano y trate de cambiar las herramientas para relacionarse con la Nacionalidad Waorani.
¿Entonces el Estado debe dialogar con la misma gente de Yarentaro?
Si, son individuos soberanos que se merecen todo el respeto del Estado, entonces el Estado debería entrar a la comunidades, hablar con todas la organizaciones y con todos los líderes y empezar con un mea culpa, diciendo y reconociendo y asumiendo sus fallas y responsabilidades y diciendo que quiere establecer otras formas de alcanzar la paz, crear fronteras de paz como un gesto humano, que es lo que se necesita y así corregir lo que han fallado. Decir que el Plan de Medidas Cautelares ha fracasado. Decirles que sabemos que es su deber vengarse por las muertes, pero aclararles que los Tageri y Taromenane están bajo la protección estatal, entonces impedir esas venganzas pero con la intervención del Estado para respetar su condición de aislamiento, pero también respetar si se quieren acercar, porque hay avistamientos y se acercan para pedir comida porque hay 280 mil hectáreas de moretes desaparecidas y hay crisis alimentarias en esos pueblos, y por eso se están acercando a pedir comida pero se están acercando a clanes enemigos que les están esperando con escopetas y así eso va a ser una masacre. Entonces debemos preparar unas fronteras de paz para respetar su aislamiento o respetar su opción de contacto, pero bajo parámetros humanos. Entonces se tiene que reunir a todos los que participaron en esta legítima venganza y decirles que cometieron un error pero entendiendo su deber de venganza. Hacer un acuerdo con ellos diciéndoles que el Estado les indultará pero que en adelanta trabajarán de forma coordinada y si vuelven a matar a un miembro de un pueblo no contactado se van a ver con el Estado y van a ser juzgados. Eso no significará quitarles responsabilidad, entonces bajo las normas wao todos deberán sentarse a pensar las sanciones. Un ejemplo es que los adultos canten todas las noches cantos de paz, de perdón, de hermandad para que la selva les escuche. Otros podrían compartir lo que tienen y como los aislados no tienen que comer si se percibe su presencia deberán compartir con ellos los alimentos, eso será algo como un trabajo social y así, poniéndose de acuerdo con quienes incursionaron, nos va a dejar un legado a todos. Y con la niña se debería ya buscar personas wao neutrales y expertos que utilicen todas las estrategias para relacionarse con un niño y ella diga dónde quiere estar y qué quiere y respetar su decisión. Esa me parece que puede ser una solución integral que nos prepare para un mundo mejor
Muy buen análisis.