Por Yalilé Loaiza/ @yali_loaiza
Son las seis y media de la tarde del viernes 10 de marzo y la voz emocionada del actor Fabo Doja, retumba en el camerino: “¡Hoy se vendió toda la taquilla!”. Ya van tres días de ‘casa llena’ para ver las funciones de Matilde: Un Hidalgo Musical, en el Teatro Bolívar de Loja. El ruido del ajetreo, del va y viene en el camerino es cada vez más fuerte.
La obra de Santiago Carpio, director, actor y productor, narra la historia de Matilde Hidalgo, la mujer que en el primer tercio del siglo pasado logró graduarse en medicina y ejercer el voto en una sociedad que, en ese entonces, reservaba ese derecho solo para los hombres.
Andrés Rodríguez es uno de los pilares fundamentales en la historia: personifica a Antonio Hidalgo, hermano de Matilde. Interpretar ese papel le significó recordar el apoyo que su familia y amigos le brindaron cuando iniciaba su carrera en 2001. Además de actor, es diseñador de modas y participó en la dirección y selección del vestuario de 1900, de las telas… Su conocimiento le dan luces sobre los prejuicios que hay con respecto de lo ‘no tradicional’.
En el camerino también están las actrices Gabriela Gonzaga y Daniela Hidalgo. La primera es, además, comunicadora y la segunda, psicóloga. Ellas interpretan a Chana y Juana, dos señoritas chismosas e hipócritas que representan a la sociedad lojana que conoció a Matilde. Pese a estar en el siglo XXI, los lojanos aún podrían identificarse con ciertos rasgos de Juana y Chana. “¡Imagínate, aún seguimos diciendo «lojano come a lojano»!”, increpa Gabriela.
Aunque sus personajes cuestionan los defectos de la sociedad, su puesta en escena es de lo más cómica. Sobre las tablas, los personajes Juana y Chana se sincronizan al igual que Gabriela y Daniela. “Eso nos ayuda, especialmente, cuando debemos improvisar”.
Gabriela festeja el respaldo del público, aunque lamenta que en muchas ocasiones, en medio de la función, la gente tome fotografías con flash o coma en el teatro. “Si no estás concentrado, te quedas en blanco”, cuenta Daniela. “Ese no es el momento ni el lugar para comer o sacar el celular, hay que educar al público”, sostiene Gabriela.
Llega Santiago. Saluda rápidamente. Está ajetreado. Asienta su mochila. Empieza a correr de un lado al otro. Intenta que todo esté a punto para la función. Son las siete de la noche.
Frente a mí, mi buen amigo Alejandro Veintimilla, quien estudió actuación en el ITV de Guayaquil y ha trabajado en varias obras teatrales. Esta vez interpreta a Fernando Procel, esposo y compañero de Matilde. Su papel –me dice– es importante por su connotación social: representa a un hombre que ha sido olvidado por la historia. Para entrar en el personaje, apenas llega al teatro Alejandro piensa en una sola cosa: que es Fernando. Mientras conversamos, llega al camerino Juliana Jiménez, quien personifica a Matilde.
Alejandro se lleva muy bien con Juliana. Le dice, con cariño y confianza, ‘suca’. Ambos son parte del elenco CANO Artes Escénicas. Mientras le peinan, miro que ella escribe en su celular y recuerdo que es una artista multifacética, además sabe actuar, bailar y cantar. En su primer papel protagónico, es Matilde. “Fue un reto crear al personaje. Matilde es una mezcla de muchas cosas: valentía, elegancia, seguridad y positivismo”, explica.
Por el camerino de actores y asistentes que van apurándose y preparándose, camina Amy Ludeña. Tiene 12 años y es una de las niñas que interpreta a Matilde en su infancia. Está lista. Lleva su vestido blanco. Es la primera vez que hace teatro, pero eso ni se nota en escena. Amy viene de una familia de músicos, algo muy común en Loja. Al igual que su papá, toca la flauta traversa en la Orquesta Infantil SINFÍN de la Universidad Técnica Particular de Loja. “Me encanta cantar”, dice con una sonrisa de oreja a oreja.
Son las siete y veinte. En cuarenta minutos todos estarán en el escenario.
David Mora tiene 12 años y actúa como Fernando Procel niño. Para el papel –me cuenta– vio la película y leyó la biografía de Matilde Hidalgo. Dice que Procel se enamoró de Matilde porque era fuerte, aunque “al inicio, no le convencía”. David ha participado en otras obras de teatro y en agosto tendrá su primer personaje protagónico en “El Principito”.
También encuentro maquillándose a Fabo Doja, actor y director escénico. Él interpreta al Dr. Ángel Rubén Ojeda, quien fue rector del colegio Bernardo Valdiviezo y permitió el ingreso de Matilde a la institución. Sobre las tablas su personaje canta junto a Matilde niña. Me dice que se ‘muere de nervios’ antes de cada función, pero que, al trabajar con los niños, que también suelen estar nerviosos, “alguien debe brindarles seguridad”. Le gusta ver la evolución del elenco infantil y el trabajo con los adultos. “Es lindo ver cómo se lucen”.
La actriz Tannia Salas está en el camerino, ella ha trabajado en televisión y en algunas obras teatrales, muchos la recordarán por su papel de ‘Lucha’ en Las Zuquillo. Faltan cinco minutos para que el público ingrese al teatro. Las luces detrás del escenario se apagan y en la penumbra logro entrevistarla.
Tannia lleva a la vida a Carmen Navarro, la madre de Matilde. Santiago la invitó a ser parte del musical y ella llegó “a ver cómo estaba”. Cuando conoció el proyecto no dudó, se encontró con una obra maravillosa. “En Ecuador es muy difícil llenar los teatros, así que tener tres días de sold out (todo vendido) es buenísimo y yo debo agradecer a mi público por eso”. Al final de cada función todo el elenco baja del escenario y espera a los asistentes a la salida del teatro, allí las personas los llenan de abrazos.
La obra está por empezar. Alejandro me invitó a verla, por segunda vez. “En la repetición está el gusto”, me dice. Me siento entre el público y el musical inicia.
Luego de una hora y media, los asistentes aplauden de pie a los actores que aparecen en el escenario.
A la salida, encuentro a Israel Eguiguren, quien hace el papel de Isidro Ayora, expresidente del Ecuador y amigo de Matilde; luego pregunto por José Gómez, el Inspector Cabrera, un personaje caricaturesco que trabaja junto al rector…
Uno de los mejores momentos que recuerda José fue la presentación ante las alumnas de La Inmaculada, la misma institución donde Matilde estudió la primaria. Fue una función didáctica. Él cree que las alumnas se identificaron con la historia. “Tal vez decían: «ahí está mi mamá, mi hermana», «eso me pasó a mí», de acuerdo al contexto de cada una”.
Mientras espero a Santiago converso con Gina Ordoñez. Ella también es Chana, pero en la función de hoy no actuó, hizo producción. Le pregunto sobre el día del estreno. Según lo anunciado en redes sociales, ese día, 8 de Marzo, la obra se estrenaría “solo para mujeres”. “Algunos amigos querían venir disfrazados de mujeres, no como burla, sino porque se sentían excluidos”, me cuenta entre risas.
El camerino se va quedando vacío. Llueve a cántaros en Loja. Faltan quince minutos para las once de la noche y las puertas del teatro se cierran. En un auto, esperan a Santiago. Lo detengo y nos protegemos de la lluvia bajo el techo de la entrada. Es uno de los personajes más conocidos en Loja, trabajó en la televisión local y luego su carrera de actor despuntó cuando participó en la novela nacional “La Taxista”. Es profesor y hace teatro.
“¿Te sientes profeta en tu tierra?”, le digo. Santiago sonríe y categórico responde: “No sé, hago esto con mucho cariño. No busco ser profeta”. Su obra tiene cerca de nueve meses de preparación. Inicialmente estaba previsto estrenarla el 15 de junio de 2016, pero por los conflictos que surgieron entre la Universidad Nacional de Loja y el Municipio frente a la tenencia del teatro, decidieron aplazarla.
Me dice que el objetivo es rescatar cada año a una figura lojana y especializarse en los musicales. Una de las razones es –como él dice– que en Loja “se canta, se baila y se actúa”. Santiago se despide y sube al auto. No más Matilde por hoy. Y la lluvia en Loja continúa.
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En el musical también participan: María Emilia Bejarano (Matilde niña), Ana Karina Castro (Juana), Soledad Bustos (Rosa), Rafael Berrú (Dr. Cisneros), Adrián Espinosa (Secretario), Valentina Maldonado (Perla), Sebastián Maldonado y Kelvin Luna (Estudiantes). Las piezas musicales fueron compuestas por Rubén Alvarado, las coreografías estuvieron a cargo de Paúl Landy y la fotografía estuvo en manos de Adrián Mora. Hasta el 15 de marzo los lojanos podrán ver Matilde: un Hidalgo Musical. Se prevé que la obra se presente en Guayaquil y Cuenca, las fechas están por confirmarse.