A un patio de Carondelet
En el centro de Quito, las voces que hablan de una batalla dentro de la tienda verde flex se multiplican. Así como también las confesiones de quienes son testigos y artífices de las primeras escaramuzas de esta guerra que ya ha empezado.
Una de las principales trincheras está cruzando el patio trasero de Carondelet, justo en las oficinas de la Vicepresidencia de la República, donde parece no haber llegado la crisis. Es que, cual agencia de empleos, ahí se analizan carpetas de decenas de personas: fotógrafos, camarógrafos, comunicadores, especialistas en política, que ya empezaron a ser contratados para empezar la campaña de mejoramiento de la imagen del candidato y vicepresidente Jorge Glas.
Glas está convencido de que es el ungido en el movimiento oficialista. Parece que está dispuesto a soportar la guerra por ese puesto hasta el último disparo.
Las redes que enredan al candidato
En el edificio contiguo a Carondelet, donde Glas arma su campaña, las caras de consternación y el peso de las conciencias han hecho que muchos cercanos al ministro del Interior, José Serrano, acudan a los confesionarios de las iglesias del centro histórico. El denominador común es el rostro de tristeza y preocupación. Más que para confesar un pecado, buscan un espacio para contar su pena.
Es que Serrano, quien aspiraba a contar con el favor verde para asumir la candidatura presidencial, parece haber perdido puntos de preferencia dentro del movimiento PAIS, donde ha sido criticado por el manejo que le dio al lamentable doble crimen de Montañita, según él resuelto en 24 horas, pero que se ha convertido en una pesadilla pública aparentemente sin salida a la vista. Esta vez las redes sociales, que durante años han sido un punto fuerte para apuntalar su imagen, se han convertido en un vendaval de críticas del cual no puede escapar.
Borja en la mira
En el norte de Quito se recibió una confesión con el carácter de urgente. Dos datos proporcionados por el penitente llamaron la atención y de ellos surgió la pregunta que ahora está quemando el coco a varios ‘superpolíticos’ del gobierno y de fuera de él también. ¿Será que el expresidente Rodrigo Borja vuelve a la vida política activa para resucitar la Izquierda Democrática, pese a que reiteradamente habló de su retiro definitivo?
La confesión no proporcionó información suficiente, pero sí se supo que las andanzas políticas de Borja preocupan en el Gobierno. En las filas oficialistas se empezó a armar una carpeta de seguimiento con todos los pasos del exmandatario. Por lo pronto, la recomendación de los analistas es un silencio prudente desde Carondelet y su principal cabeza, mientras los equipos siguen alimentando la dichosa carpetita.
Los ‘naranjas’ en su laberinto
En Otavalo, las iglesias se llenaron el domingo pasado. Tras los oficios regulares también aumentaron las muestras de arrepentimiento en los confesionarios. Esta vez no fueron dirigentes políticos sino ciudadanos de a pie quienes –de puño y letra– transcribían los datos para el proceso de adhesión a la Izquierda Democrática, que aún busca las firmas para poder reinscribirse como partido político en el Consejo Nacional Electoral. Horas antes, decenas, cientos, miles no dudaron en sacar su cédula y entregarla al expresidente Rodrigo Borja o al exalcalde de Quito Paco Moncayo.
Pero, muchos de quienes firmaron para ver nuevamente participar al partido ‘naranja’ cayeron en cuenta de que –años o meses atrás– habían firmado también por PAIS, por Avanza o por Unidad Popular. Cayeron en cuenta de que la firma que acababan de dar a la ID no vale. Los arrepentidos cayeron en una de las “trampitas” de la Ley Electoral.
El golpe de Borja
Con lágrimas en los ojos llegaron algunos a los confesionarios de varios templos del centro norte de Quito. La mayoría eran dirigentes de organizaciones gremiales y partidos de izquierda. En sus carpetas llevaban una foto que se hizo pública en la cuenta de Twitter de Wilma Andrade, dirigente de la ID. En primer plano, Paco Moncayo, vistiendo la chaqueta del partido, junto a ella y al expresidente Borja, fichaba a posibles adherentes del partido naranja.
Días antes, muchos dirigentes veían a Moncayo como el posible candidato que aglutine a las fuerzas de izquierda y centro izquierda. Pero ahora, los más radicales ven con recelo una posible alianza con la ID con Borja y Moncayo como sus principales cartas de presentación.