Por José Rodríguez /Para La Barra Espaciadora
Mi rutina diaria transcurría sin ninguna novedad hasta que entré al sitio web donde habitualmente leo noticias internacionales, allí me llamó la atención una noticia que decía “AC/DC podría retirarse por una grave enfermedad del guitarrista Malcolm Young”. Ingresé y leí que el final de la legendaria banda australiana estaría cerca.
La obra de AC/DC me ha acompañado en muchos momentos. Está en mi playlist para conducir, relajarme e incluso cuando busco sonidos distintos a los que habitualmente escucho; aún así, no me considero un gran fan de los australianos, pues, por ejemplo, no he escuchado toda su discografía, por lo que no me siento capaz de emitir un juicio de valor sobre su trabajo. Sin embargo, hay temas como TNT, Hell bells, Thunderstruck, Ride on, Big balls, etc., que no puedo dejar de escuchar.
Es destacable la labor de Malcolm en la guitarra de la banda y sus contribuciones a la música. No olvidemos que a inicios de los 70 estuvo con Velvet Underground y que en 1973, junto a su hermano Angus, fundaron la legendaria AC/DC, aquella banda que revolucionó el rock y que sin duda se ha convertido en uno de los principales referentes históricos de este género. Han pasado ya 41 años.
La noticia de la disolución de AC/DC fue desmentida al día siguiente, pero quedan muchas dudas en el aire respecto al futuro de la banda, pues si bien Malcolm se retira para dar paso a un nuevo guitarrista, existe el riesgo de que la esencia de las composiciones de los australianos tiendan a perderse, a pesar de que en la lista de probables reemplazos hay nombres de primera línea como Izzy Stradlin (Guns ‘n Roses), Scott Gorham (Thin Lizzy) y Fast Eddie Clark (Mötorhead). No obstante, el nombre que se rumora tiene más fuerza es el de Scott Ian, de Anthrax, quien no ha tenido más que palabras de elogio para Malcolm. «Es la columna vertebral de AC/DC y ha escrito los riffs más asombrosos que vayas a escuchar en tu vida, además de ser responsable de grandes momentos en el rock, más que cualquier otro guitarrista que puedas nombrar. ¿Es Malcolm Young el mejor guitarrista rítmico en el mundo? Sin ninguna duda», comentó en una entrevista para la revista Guitar World, en 2010. La “pérdida” de Malcolm es, sin duda, un golpe muy fuerte no solo para el rock, lo es para toda la música. El hecho que uno de los mejores compositores contemporáneos tenga un problema cerebrovascular que le hace olvidar los riffs de ciertas canciones resulta muy difícil de creer.
Pero el caso no es particular ni aislado. Hace pocos meses se hizo público que el legendario frontman de Motörhead, Lemmy Kilmister, sufre de un grave cuadro de diabetes, por lo que debe guardar reposo y seguir un tratamiento médico.
¿Qué no se ha dicho de este personaje? Más allá de ser un músico genial fue aquel que llevó, lleva y llevará el estilo de vida del rock and roll de la cuna a la tumba, al punto que Dave Grohl dijo en una entrevista que es el verdadero rey de este género. No olvidemos que ambos músicos han compartido escenario en repetidas ocasiones y que los une una estrecha amistad. “Olvídate de Elvis y de Keith Richards, Lemmy es el rey del rock and roll. Lemmy es una leyenda que vive, respira, aspira y bebe. Nadie se le acerca”, dijo el vocalista de Foo Fighters y exbaterista de Nirvana, sobre el bajista que habría compartido la cama con más de 2 000 amantes.
Ambos, Malcolm y Lemmy, están aparentemente dando sus últimos pasos en el mundo del rock. El tiempo es inexorable y nos pasa factura. Ahora vemos que aquellos músicos que marcaron a tres o cuatro generaciones con sus acordes y su actitud ya están viejos. Ya no son aquellos veinteañeros que revolucionaron un curuchupa y mojigato mundo, ahora son padres, abuelos y hasta bisabuelos.
Malcolm tiene 61 años y Lemmy 67. Gene Simmons (KISS) tiene 64, Robert Plant (Led Zeppelin), 65, Keith Richards (Rolling Stones), 70, Chuck Berry, 87 y Paul McCartney (The Beatles), 71. Varios de ellos ya no tienen la obligación de votar y podrían retirarse de la música para poder tener una vejez tranquila, pero el mundo del rock no contempla eso. Más allá de que varias de las legendarias bandas de los años 60 y 70 hayan regresado en las últimas dos décadas a los escenarios y a los estudios de grabación, más por el cambiante negocio de la música, los fans creemos que lo hicieron porque no han podido apartarse del mundo que los hizo quienes son.
Pero esos rockstars que se van muriendo de viejos y que de a poco se convierten en leyendas no dejan reemplazo. Aquello podría resultar preocupante frente a una juventud cada vez más expuesta a escuchar aquello que el mainstream quiere y que necesariamente no es lo mejor. Creo que con escasas excepciones, estos tiempos carecen de una figura que pueda convertirse en una leyenda del rock, pues están los ya consagrados (los Dave Grohl, los Dave Mustaine, los Chris Cornell, los James Hetfield, etc.) y no aparece aquella revelación que rockee al mundo tal como hace 20 años lo hizo Kurt Cobain.
Llegará un momento en el que no vamos a esperar un nuevo lanzamiento de Motörhead o de AC/DC, pero tenemos centenares de canciones y recuerdos que nos dejarán estos grandes artistas. Nuestro compromiso es transmitirlos a las nuevas generaciones. Contarles que existe un monstruo dormido que se llama rock y que está esperando reencarnarse en nuevas vidas jóvenes para continuar abriendo ojos y sacudiendo mentes, como lo ha hecho con muchos de nosotros durante las últimas décadas.