Por Jefferson Díaz
¿Cuántas cosas caben dentro de un “venezolano HP”?
Una pregunta que adquiere dimensiones catastróficas cuando nace de un alto miembro del gobierno de Guillermo Lasso, como lo es Fausto Cobo, director del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES) del Estado.
¿Quién está a salvo?
Es una pesadilla que al director de los servicios de inteligencia de Ecuador le arrebaten el celular, sin que se dé cuenta, para mandar un mensaje xenófobo. Pero es más terrible que Cobo admita el hecho, no ofrezca disculpas certeras y, como si de algo mínimo se tratara, lance un comunicado escueto y sin ganas diciendo que tomará “las medidas correspondientes”.
¿Conocerá el señor Cobo la expresión: “añadir más leña al fuego”?
Somos un país que atraviesa momentos complicados y oscuros. Un país que camina en la delgada línea de conseguir algún tipo de diálogo entre sus dirigentes políticos y sociales y mandar todo al carajo para resolver nuestras diferencias al estilo medieval.
La supervivencia del más apto.
Nadie quiere llegar a ese escenario. Nadie quiere que el fuego crezca y perdamos el rumbo dentro de un ambiente nublado por la pandemia, el fracaso de la economía y la potencia que toman las narrativas discriminatorias dentro de la frustración, al no avizorar un futuro positivo.
Sí, son tiempos en los que el pesimismo nos respira en la nuca.
Es necesario que desde las dirigencias se calmen las aguas y que los comentarios que surgen desde agallas se entierren. Que los mecanismos de diálogo sean sinceros y efectivos.
Pero tal parece que la frase “venezolano HP” es un mal augurio para lo que se viene. Un mal presagio dentro de un gobierno que se aferra a tener siempre la razón (aunque no la tenga) y que quiere gobernar bajo la premisa de que todo es una amenaza y de que todos quieren hacerle daño.
Los indígenas, las feministas, los opositores, los que protestan, los que critican al discurso oficial y los migrantes. Todos son blancos y material para convertirse en chivos expiatorios.
Es necesario recordarle a Cobo que durante el paro de octubre de 2019, un grupo de migrantes venezolanos fue detenido de manera arbitraria en los alrededores del aeropuerto internacional Mariscal Sucre, de Quito. Todos ellos fueron acusados de intentar atentar contra el expresidente Lenín Moreno y contra el exvicepresidente Otto Sonnenholzner.
Una acusación sin sentido sustentada en eso que representa la frase: “venezolano HP”.
¿Quiere el gobierno de Guillermo Lasso cometer los mismos errores de Moreno?
Es una pregunta ingenua ante la evidencia reciente. Tal parece que está cometiendo los mismos errores y unos cuantos nuevos.
Y así, desde el discurso oficial, se instala una discriminación perenne ante todo aquello que no hable de la misma manera, que no tenga el mismo color de piel y que no tenga el mismo gentilicio. Una discriminación desde el Estado.
Al final, esa frase que Cobo trató de suavizar conlleva un maquiavélico mensaje: o estás conmigo o eres un hijo de puta.
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Jefferson Díaz es periodista venezolano-ecuatoriano radicado en Quito. Trabajó para el diario Últimas Noticias y para los medios digitales VivoPlay.net y elestimulo.com, en Venezuela; y para los diarios La Hora y El Comercio, en Ecuador.
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