La Barra Espaciadora / @EspaciadoraBar
El 2016 no solo empieza con la natural cuenta regresiva para quemar un monigote que por estos días apenas ha empezado a caminar, sino con el nada inocente juego de los tiempos electorales, es decir, la lucha a muerte por captar el poder.
Si bien el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha anunciado que en febrero dará a conocer el calendario oficial, con todas las fechas y momentos claves para que los partidos políticos y movimientos puedan participar, cada tienda y su respectivo caudillo ya apuran el paso.
La primera noticia que tenemos a la vista es la creación de distintas coaliciones bajo el criterio de unidad e inclusión. Los más importantes –dada su incidencia política y mediática en este momento– son el grupo opositor La Unidad (creado hace un año por Mauricio Rodas, Jaime Nebot y Paúl Carrasco), el oficialista Frente Unidos (dirigido por Patricio Zambrano, Doris Soliz y Jimmy Jairala, bajo la vigilancia de Rafael Correa) y el de la Conaie y otros grupos de izquierda. Pululan solos, con pesos distintos pero con fines idénticos. Y Guillermo Lasso (CREO), Abdalá Bucaram Pulley (FE) y –no es nada confirmado pero tampoco sería para sorprenderse– José Delgado (El Cholito)…
Un primer momento en este juego será el de quemar candidatos y evaluar quién puede no solo captar más votos, sino ser garante de los poderes que lo mueven. Que quede sentado que el sacrificio por servir a la patria no es gratuito y que el CNE debe ofrecer a los ciudadanos la información que nos muestre el verdadero costo de cada uno de nuestros votos. La verborrea institucional ya se escucha: participación, derechos, socialización, proceso, democracia… Pero si el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, quiere estar a la altura de las exigencias y derechos de la población, debería ir anotando fechas para que todos sepamos algún día, por ejemplo, quién financia cada campaña.
Mientras se prepara el calendario electoral, los candidatos ya tienen instalados equipos completos que recaudan donaciones y futuros favores. ¿Quiénes son los tesoreros de las campañas y cuál es el origen de los fondos que manejan?
Las cuentas, en teoría, son públicas, pero, ¿alguien sabe de dónde sacó Lucio Gutiérrez la plata para cambiar su uniforme verde por el terno con el que fue al Fondo Monetario cuando resultó electo?, ¿se encuentra en algún registro del Consejo Nacional Electoral el nombre de quién pagó los viajes, la comida y la gasolina del candidato Rafael Correa en el 2006? Pues, esta es la oportunidad de tener esa información oportuna y clara en manos de los electores, para las elecciones del 2017.
¡Transparencia real, señores, transparencia real!
Hasta que ese día llegue, los movimientos, partidos y políticos seguirán armando sus respectivos sainetes. La atmósfera nacional se llenará de debates insuficientes, proclamas inútiles, acusaciones, coberturas desmedidas y/o subestimadas, promesas y siempre más promesas de cambio y prosperidad. Bajo la alfombra, sin embargo, se cuentan dólares, se amarran binomios y se hacen compromisos que tienen nombres y cifras precisas. Señor Juan Pablo Pozo, eso también debe ser público.
