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#PrimerAcoso #NoCallamosMás: la violencia de género al desnudo

Los pros y contras de la campaña #PrimerAcoso #NoCallamosMás, que reunió más de 25 mil mujeres, miles de testimonios y centenares de reacciones de diferentes grupos sociales, son analizados desde distintas aristas evidenciando la violencia de género que existe en el país. La fan page de la campaña fue bloqueada por supuesta infracción a las normas de Facebook “por un caso de violencia sexual”. El grupo se mantiene como archivado, es decir que no se puede realizar ninguna publicación, solo se las puede visualizar.

Por Yalilé Loaiza/ @yali_loaiza

¿Qué sucede cuando más de veinte mil mujeres deciden contar sus testimonios de acoso y otros tipos de violencia en un entorno virtual?

La respuesta –o una de ellas– se ha hecho presente durante las últimas dos semanas. #PrimerAcoso #NoCallamosMás es una iniciativa de un grupo de feministas ecuatorianas que buscan que los casos de violencia hacia las mujeres no queden en silencio. La campaña surge en el contexto de que, en Ecuador, en los primeros días de este año, ha existido una alta tasa de femicidios. Por otra parte, las organizadoras se inspiraron en campañas similares en Brasil y México.

“Al no callarnos y al estar unidas nos hacemos mucho más fuertes de lo que ya somos”- Daniela Peralta

La campaña está dividida en tres etapas. Primero, la creación de un grupo secreto en Facebook conformado solo por mujeres para que se compartan los testimonios de quienes han sufrido acoso y otros tipos de violencia; luego, la publicación de los testimonios, de las mujeres que lo autoricen, en una fan page que incluya a un público abierto; y, tercero, un encuentro que servirá como un espacio de diálogo para las mujeres, donde se brinde ayuda psicológica y asesoría legal. Las dos primeras acciones ya fueron ejecutadas y la tercera se realizará el 28 de enero, a las 10:30, en el parque El Arbolito, de Quito.

La campaña

“Ahora es un buen momento para salir con esta campaña porque la gente está hablando de estos temas y porque es urgente”, dice Kika (Francisca) Frisone, activista feminista y una de las organizadoras de #PrimerAcoso #NoCallamosMás, cuando cuenta el porqué de la campaña que utilizó a Facebook como su plataforma principal.

Con el grupo en Facebook, las activistas crearon una comunidad virtual, es decir, un conglomerados de individuos que comparten intereses en común y que utilizan a las redes sociales como espacio para conectarse. El crecimiento del grupo fue “exponencial”, como cuenta Kika: en una semana se pasó de 2 000 a 25 000 integrantes. Sin embargo, el fenómeno se produjo cuando miles de mujeres decidieron contar sus testimonios de violencia.

Para la psicóloga, Lisseth Salgado, lo anterior se produce por la plataforma elegida para la campaña: “las redes sociales te permiten rápidamente entrar en confianza y hablar es muy fácil”. Según lo explica, en el grupo se produjo una transferencia e identificación con los testimonios compartidos. En esto concuerda Kika, pues dice que el grupo creó una “inmensa alianza” que se construyó “al vernos en el espejo de la mujer que no conoces porque sabes exactamente qué es lo que le pasó”.

En Ecuador, las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, indican que 6 de cada 10 mujeres en algún momento han sido víctimas de cualquier tipo de violencia, ya sea esta física, sexual, psicológica o patrimonial. Es por ese contexto que a Daniela Game, psicóloga y consultora en política pública, quien también compartió su historia en el grupo mas no la hizo pública en la fan page, le entusiasmó “pensar que un ejercicio de romper el silencio y solidarizarnos entre mujeres se replique en el Ecuador, donde todavía el debate público al respecto es mínimo”.

La acogida que la campaña generó, para Kika, significa un “despertar colectivo”, pues cree que es de mayor provecho el empoderamiento de las mujeres que frenar al agresor. “Para mí es muy difícil decirle a un hombre «deja de violentar», pero sí le puedo decir a una mujer: «Oye, si te violentan, somos dos. Nos vamos a defender»”.

Los pros, los contras y el apoyo

Con el impacto que la campaña tuvo no es sorpresa que las reacciones fueran varias. Entre los aspectos cuestionados están: la exclusividad del grupo solo para mujeres, el enojo frente a la publicación de los testimonios en las redes sociales, la reproducción de la violencia y el uso de la plataforma.

Según la RAE, al feminismo se lo entiende como la “ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”. La escritora, Chimamanda Ngozi Adichie, explica que el término feminismo deriva de la exclusión y opresión histórica ejercida contra las mujeres.

En cuanto a la exclusividad del grupo, Kika explica que se necesitaba crear un espacio seguro, sin el agresor, para que así las mujeres puedan sentirse confiadas y contar sus testimonios. “Hay que entender que nuestro silencio, nuestro eterno silencio frente a la violencia es por muchas razones, pero una de ellas es el miedo, y hay un miedo inevitable hacia el género masculino porque no es ningún secreto que son los hombres los que violentan a las mujeres. No estamos diciendo que no hay hombres violentados, pero la diferencia es que todas las mujeres, sin excepción, han sido acosadas en su vida, los hombres no”.

Daniela refuerza este argumento al decir que: “en un primer momento el grupo y el debate tiene que ser solo entre mujeres. Lamentablemente, de los testimonios que leí, podría decir que en el 90% de los casos, los agresores eran hombres. Esto no quiere decir que los hombres, especialmente en la infancia, no sufran de acoso y violencia. También son víctimas. Sin embargo, las estadísticas nos dicen claramente que son las mujeres quienes son más violentadas a lo largo de su vida”. Lisseth comparte la misma opinión, alegando que “aún hay gente, hombres, que piensan que las mujeres son las culpables”.

“Hay espacios muy lindos que se pueden generar, digamos, hacer espacios de reconciliación como los que mencionaba aclamando a la memoria, hacer ofrendas a todas las víctimas”- Laura Suárez

Laura Suárez, maestranda de sociología, no está de acuerdo con esa exclusión. “Si vamos a generar esta clase de espacios, también tenemos que empezar a pensar un poco en la reconciliación, porque estamos aclamando además a temas de la memoria individual (…) Si uno está aclamando a esa clase de cosas, tiene que aclamar también a los actores involucrados”. Entre dichos actores también está incluido el agresor.

Si bien Laura asegura admirar a quienes compartieron su testimonio, ya que considera que es un proceso difícil y doloroso recordar el primer acoso, también cree que la presencia de algunos hombres en redes sociales rescata la esencia del feminismo. “Me pareció muy valiente y me gustó muchísimo la respuesta de algunos hombres diciendo «nosotros las apoyamos» y compartiendo sus acosos. Eso puede hablar mucho mejor de feminismo y de equidad de género, cuando permitimos la apertura de los dos lados”.

#PrimerAcoso

Sobre la gráfica que circuló en redes sociales como apoyo a la campaña, Kika dice que “es justamente lo que se está pidiendo”. Además, demuestra gratitud frente a esa iniciativa. Daniela, en cambio, duda sobre si ese es el sentido: “el pedir apoyo”. Ella cree que es mejor que los hombres no solo se sensibilicen ante la violencia a la mujer sino que acepten que el machismo también los violenta, dado que la sociedad ha creado un rol específico para el hombre: “les impone que no lloren, que no jueguen con muñecas, que sean únicos proveedores económicos del hogar, que se peguen entre ellos -o peguen a mujeres-, para demostrar virilidad, que solo se puedan vestir de una forma, que no limpien la casa, que no cuiden a los hijxs, que tengan que hablar de una forma, que no se puedan dar un beso entre amigos porque eso les hace ‘maricas’”. Daniela dice que esto “no es como apoyar a los damnificados del terremoto, por ejemplo. (…) se debe ir más allá”.

 

¿Feminista o feminazi?

“Ser mujer no te hace menos machista”-

Kika Frisone

Aunque se evidenció el apoyo a la causa, también los detractores –y en varios casos “las”- fueron parte de la respuesta. En redes sociales se dijo «que se busquen un psicólogo”, en referencia a las mujeres que compartieron su testimonio, y también se recurrió al ya popular ‘feminazi’.

“El término feminazi es una exageración absurda de lo que es el feminismo”, dice Laura. En respuesta a que “se busquen un psicólogo”, Daniela cree que es “una reacción de no querer saber del tema, de hacerse los locos”.

Para Kika, estas reacciones responden a un personaje que llama “el machitroll”, cuya función sería “violentar a mujeres desde la seguridad del internet”. Esta figura, a diferencia de otros troll, no recibe ningún tipo de remuneración económica, lo hace porque se atacan a sus privilegios: “Se están dedicando a violentar a través de redes sociales porque una de las cosas que estamos haciendo es no dejar que nos violenten en el espacio público”. Ella cree que el uso del término feminazi, y las respuestas violentas, se deben a que estas acciones atacan a grupos de poder.

“Un like, un corazoncito, tienen su valor pero también su límite. Hay que ir más allá, todos los días, de muchas maneras”- Daniela Game.

“Es muy fácil decir feminazis, ahí están y ahí se quedó su lucha y a todos ustedes sociedad hegemónica machista, estas son feminazis y no nos gustan. No puede haber una palabra más violenta”. Kika señala que las mujeres “estamos luchando por nuestros derechos y somos unas feminazis. ¿Por qué? ¿Porque ya no les vamos a planchar la camisa, porque no vamos a dejar que nos maten, porque queremos que nos paguen igual, (por eso) somos unas feminazis?”.

Lo anterior se entiende, para Laura, como reproducción de violencia. Cuando se generan estas acciones se debe pensar en si realmente van a sensibilizar o solo van a crear más violencia de la que ya existe, ya que solo se sigue victimizando a la víctima y acusando al agresor. “A mí me dio  mucha sensibilidad, claro –recuerda, acerca de la campaña–. Pero, también me di cuenta de que, efectivamente, también es un medio de reproducción de violencia que a veces no nos damos cuenta”.

“Muchas de las mujeres ya se tienen que tapar la cara porque son activistas, son líderes, son personas que ya están fichadas por agentes del Estado, grupos opresores”, dice Laura, quien, como Kika, coincide en que las respuestas violentas pueden ir desde insultos hasta amenazas. “Tengo compañeras activistas que les acosan con fotos de mujeres descuartizadas, diciéndoles que las van a violar, que las van a matar”, cuenta Kika.

Laura dice que: “para generar esta clase de espacios virtuales, toca estar muy seguro de lo que se está haciendo y tener la responsabilidad de la cantidad de respuestas violentas que uno puede llegar a tener”.

– “Hay millón cosas que están naturalizadas y normalizadas, es terrible el doble discurso que hay. Eso creo que sería la mejor ganancia: romper con el doble discurso”- Lisseth Salgado.

En cuanto al uso de Facebook, Laura cree que existen otras plataformas virtuales que son más confidenciales que la red social. “Hay que cuidarse la espalda”, dice, porque existen poderes más fuertes que la sociedad civil a quienes les molesta cuando se los acusa. En Latinoamérica –cree Laura– no existen mecanismos de protección para la sociedad civil.

Por su parte, Kika dice que se eligió a Facebook porque es una red social fuerte y muy utilizada en el país. Sin embargo, por amenazas a una de las integrantes del grupo que compartió su testimonio, el cual fue filtrado mediante una captura de pantalla, se escribió que se está buscando una plataforma más segura. Algunas integrantes han sugerido un blog.

Las acciones

Paralelamente a las acciones propuestas por las organizadoras, algunas integrantes han sugerido iniciativas como un taller de defensa personal, la posibilidad de la elaboración de un proyecto de ley, producir un documental o editar un libro.

Daniela Peralta es quien organiza el taller de defensa personal. Desde su experiencia cuenta que estuvo en peligro de abuso sexual más de cinco ocasiones y asegura que lo que la salvó fue el saber defenderse. “El saber defenderte no solo hace que te defiendas en el momento específico, sino que saber que tienes la habilidad de defenderte te hace sentir segura y es más fácil parar cualquier abuso. Además, ¡no solo puedes defenderte tú, puedes defender al resto, y para mí eso también es muy importante!”.

#PrimerAcoso

En las clases gratuitas, que se dictarán los sábados de febrero, se practicarán técnicas de defensa, bloqueos, técnicas de sometimiento, además se aprenderán los puntos clave del ser humano para que la defensa sea más precisa. Las asistentes “van a aprender a hacer técnicas de sometimiento (llaves) con las manos y con objetos que siempre tenemos en la cartera o con los que siempre andamos. Por ejemplo: cartera, esferos, paraguas, llaves, tacos”.

Para Kika estas propuestas representan ese “despertar colectivo”, porque “casi por inercia quieres hacer algo más”.

¿Entonces, qué?

Es innegable que #PrimerAcoso #NoCallamosMás generó un impacto pocas veces visto. Si bien existen varias aristas para defender y cuestionar la iniciativa, hay que reconocer que los miles de testimonios pusieron en evidencia la violencia que se vive en el país y en el mundo. El grupo –tan cuestionado- demostró que a todas las mujeres nos han acosado o violentado –o ambas– en algún momento. También dejó en claro que las comunidades virtuales, si bien funcionan como espacios de concentración y son masivas, deben buscar plataformas más seguras que protejan a las víctimas. Las reflexiones sobre la esencia del feminismo y los mecanismos de reproducción de violencia son dignas de análisis y, seguramente, harán que pensemos más antes de poner en marcha una acción.

La campaña solo muestra ese ‘secreto a voces’. las acciones que de ella se deriven ayudarán al fortalecimiento del objetivo: frenar la violencia de género. Hemos olvidado que todos somos los mismos (seres humanos), no importa ni el género ni la etnia ni el país ni el estatus económico ni ninguna etiqueta. Todos, sin excepción, merecemos igual acceso a las oportunidades, iguales derechos. Las estructuras sociales de poder quieren permanecer intocables… Sin embargo, estas acciones demuestran que es hora de cuestionarlas.

1 COMENTARIO

  1. Ahora tenemos el caso de un niño, y es posible que no sea el único abusado por un profesor en un colegió «aniñado». Pero como la víctima es de género masculino y el agresor un presunto homosexual no importa, más importante es que les molesta recibir un piropo y eso es brutal violencia machista.

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