El derrame de petróleo ocurrido el 13 de marzo contaminó el río Esmeraldas, varios de sus tributarios y las costas del norte del país. Hasta el 19 de marzo, el Estado no reveló cuántos barriles se vertieron, pero expertos hablan de 29 000 barriles derramados.

Al menos 300 000 personas no tienen acceso a agua potable desde el 14 de marzo, cuando el petróleo contaminó la zona de captación de la empresa de agua. Comunidades que se dedican a la agricultura, ganadería, pesca artesanal y turismo también fueron afectadas.


Por Ana Cristina Alvarado / @ana1alvarado

Al menos 300 000 personas de la provincia de Esmeraldas, en la costa norte de Ecuador, llevan varios días sin acceso a agua segura. La noche del 13 de marzo hubo un masivo derrame de petróleo, pero las autoridades nacionales no han revelado cuántos barriles se vertieron, aunque expertos del sector dicen que serían cerca de 29 000. Vicko Villacís, alcalde de la capital provincial homónima, dijo en sus redes sociales que se están provocando “daños ecológicos sin precedentes”.

El crudo contaminó el río Esmeraldas, del que los cantones Río Verde, Atacames y Esmeraldas se abastecían de agua para potabilizarla.

Derrame Esmeraldas
En las primeras horas del derrame, los tributarios se tiñeron de negro, después, el agua llegó al río Esmeraldas y al mar. Foto: Municipio de Esmeraldas

“Esperamos que Diosito, del cielo, nos traiga agua de lluvia para recoger”, dice José Luis Guebara, abogado que monitorea los impactos petroleros en la ciudad de Esmeraldas. La noche del 18 de marzo, familias protestaron en el centro de la urbe por la falta del servicio. “Estamos pidiendo agua y nos mandan militares”, dijo un manifestante. El reclamo fue registrado por medios locales.

Desde esta ciudad se exporta el crudo que atraviesa todo el norte de Ecuador a través de oleoductos que empiezan en la Amazonía ecuatoriana. Allí, además, se encuentra una refinería que produce diferentes combustibles. Sin embargo, es unas de las provincias más pobres del país: 5 de cada 10 esmeraldeños viven con menos de 3 dólares al día, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

El derrame se originó por la rotura de una sección del Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE), en el cantón Quinindé. La causa fue un deslizamiento de tierra “producto de la temporada invernal”, según información publicada por el Ministerio de Energía y Minas (MEM).

Derrame Esmeraldas
Análisis de la zona del deslave. Foto: MAATE

Una cadena de errores

“La alerta se recibió a las 18:30 de este 13 de marzo e inmediatamente se activaron las brigadas de emergencia y el plan de contingencia”, comunicó Petroecuador a través de sus redes. De acuerdo con el comunicado del MEM, se implementaron diques de contención y barreras de control “una hora después del incidente”.

El petróleo, sin embargo, habría emanado de la tubería rota durante varias horas. Se habla de entre siete y dos horas. Petroecuador aseguró en un comunicado que dará a conocer cuántos barriles se derramaron “una vez que se retome el bombeo y se realicen los balances correspondientes”.

Alexandra Almeida, experta en los impactos de la industria petrolera de la organización Acción Ecológica, se muestra sorprendida por la falta de transparencia, pues, asegura, la empresa puede hacer los cálculos para conocer la cifra exacta, como ha sucedido en incidentes pasados. El derrame sucede en medio de la carrera a la presidencia que se disputan Daniel Noboa, el presidente y candidato, y Luisa González, la candidata por el Movimiento Revolución Ciudadana.

Uno de los peores derrames
El agua de los ríos lleva petróleo a las playas y a las riberas. Foto: Leonidas Iza

Roberto Aspiazu, presidente de la Cámara de Energía de Ecuador, dijo a una radio local que se habrían vertido 29 000 barriles. De ser el caso, este sería “uno de los mayores vertidos de crudo de toda la vida del oleoducto, solo superado por el derrame de 1987 en la zona del Reventador, cuando el terremoto causó la rotura del SOTE”, sostiene Almeida.

Lo que sí es cierto es que hasta el 19 de marzo, Petroecuador comunicó que se han recuperado 13 800 barriles de agua y crudo que serán separados en la refinería.

Eduardo Rebolledo, biólogo marino y docente investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, criticó en una televisora nacional que Petroecuador, la empresa líder en la producción petrolera en el país, no cuente con sistemas automatizados para cerrar los oleoductos cuando se detectan pérdidas de presión, un factor que alerta sobre roturas.

Derrame Esmeraldas
La recuperación del petróleo se hace mediante máquinas aspiradoras. Foto: MAATE

Debido a estas carencias, operadores de Petroecuador deben ir hasta el sitio afectado y cerrar los ductos manualmente, explica Guebara. El abogado, que llevó un caso contra la empresa petrolera nacional por un fatal incendio en la refinería en 1998, cuenta que la sentencia estableció que Petroecuador “debe prevenir desastres”.

Como parte de eso, los demandantes han exigido que se instalen válvulas check, que evitan que el flujo del petróleo vaya a contracorriente. En la zona del derrame, no se contaría con estos implementos, por lo que Guebara asegura que “todo el petróleo empaquetado en el oleoducto se derramó”.

A esto se suma que el punto del incidente, en el sector El Vergel, “es una loma empinada donde no hicieron un talud para evitar que la tierra de Esmeraldas, por ser arcillosa, no rompiera el oleoducto”.

Derrame Esmeraldas
En algunas zonas se usaron sustratos absorbentes para retirar los contaminantes. Foto: ministerio de Energía y Minas

El agua esparció el daño provocado por el derrame

El petróleo rápidamente alcanzó los esteros de la zona, contaminando los ríos Caple, Viche y Esmeraldas. En las riberas de estos afluentes, cuenta Guebara, las comunidades se dedican a la agricultura, a la ganadería y a la pesca artesanal. Centenares de familias perdieron el acceso a agua para regar sus cultivos, para dar de beber a su ganado y para pescar.

Los ríos Viche y Caple, cercanos al sitio de la rotura, serían los más afectados, según dijo Rebolledo a medios digitales nacionales. Allí, “no hay formas de vida en el agua en estos momentos”. Según explicó, esto se debe a que el petróleo está emulsionado con el agua.

Derrame Esmeraldas
Los ríos de Esmeraldas lucen con manchas negras de petróleo. Foto: ministerio de Energía y Minas

Un día después del derrame, el 14 de marzo, ya se reportaba que los hidrocarburos llegaron por el río Esmeraldas a San Mateo, a 60 kilómetros del punto cero. Esta parroquia, dedicada a la pesca y al turismo, recibía a unos 400 bañistas cada fin de semana, según un informe realizado por el abogado.

Por el aumento del nivel del río Esmeraldas, debido a las fuertes lluvias propias de esta temporada, el petróleo ha entrado a afluentes, esteros y estuarios que se conectan a esta gran cuenca hídrica. “Si recorremos desde Quinindé hasta Esmeraldas, todos los ríos están llenos de petróleo”, asegura el abogado.

Uno de los peores derrames
La vegetación fue afectada a lo largo de 80 kilómetros. Foto: Ronald Vinces

La biodiversidad, en jaque

El agua contaminada también entró al Refugio de Vida Silvestre Manglares Estuario Río Esmeraldas, según una publicación del Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE). Ya se registran afectaciones en la cobertura vegetal del ecosistema manglar, la fauna y los sedimentos acuáticos.

“El MAATE ha solicitado a la operadora, de manera inmediata, la implementación urgente de medidas de contención, limpieza y remediación en la zona afectada”, comunicó el Ministerio.

Días después, los hidrocarburos atravesaron la capital provincial y alcanzaron el océano, recorriendo en total unos 80 kilómetros a lo largo del río Esmeraldas. Eddie Bolaños, docente y habitante del cantón Atacames, cuenta que en algunas playas de la provincia se colocaron banderas rojas para alertar a la población sobre el peligro por la presencia de hidrocarburos.

Uno de los peores derrames
Labores de retiro del material contaminado. Foto: ministerio de Energía y Minas

El 18 de marzo, internautas denunciaron en redes sociales que el petróleo llegó a la playa de Same, conocida por albergar nidos de tortugas marinas, y, un día después, a Tonsupa, una de las playas más turísticas de la provincia.

“La población de Esmeraldas está de duelo por la irresponsabilidad de las autoridades”, dice Guebara. Señala que las autoridades cantonales y provinciales “están más preocupadas por hacer cálculos políticos”, mientras que las autoridades nacionales “solo llegan para hacerse la foto”.

Uno de los peores derrames
Los hidrocarburos contaminaron los ecosistemas costeros. Foto: Ronald Vinces

Una semana sin agua

Las perchas de las tiendas y supermercados de la provincia lucen vacíos. Las botellas, galones y bidones de agua se agotaron. Lo confirman Guebara, desde la ciudad de Esmeraldas, y Bolaños, desde el cantón Atacames.

La Empresa Pública Mancomunada de Agua Potable y Saneamiento de Esmeraldas (EPMAPSE) provee agua a los cantones de Esmeraldas, Atacames y Ríoverde, que suman unas 300 000 personas según el último censo. No obstante, Vicko Villacís, el alcalde de Esmeraldas, dijo a medios nacionales que medio millón de personas serían afectas.

La EPMAPSE toma agua del río Esmeraldas para tratarla. Después de que el petróleo cubrió este gran cuerpo de agua, a la empresa se le acabaron rápidamente las reservas.

Uno de los peores derrames
El agua embotellada se agotó en los cantones más afectados por el derrame en Esmeraldas. Foto: Juanita Francis

Hasta el 19 de marzo, algunos pobladores llevaban más de una semana sin recibir el servicio de agua potable. Si bien es cierto que ahora el servicio está suspendido, Bolaños asegura que el sistema “es bastante deficiente”. Explica que la red de distribución de agua “colapsa de vez en cuando”, por lo que se suspende el servicio “por semanas”. Esto provoca intermitencia en el servicio.

Por eso, es común que en estos cantones la gente compre agua a tanqueros privados que recorren las localidades. Unos 100 litros costaban 5 dólares. Pero desde el derrame, muchos esmeraldeños esperan horas por un tanquero.

Uno de los peores derrames
Diferentes instituciones gubernamentales apoyaron para proveer agua mediante tranqueros a la población de Esmeraldas, pero el agua no llegó a todos. Foto: MAATE

Lendy Bennet, gerente general de EPMAPSE, dijo el 18 de marzo en una rueda de prensa que Petroecuador envío a la empresa tanqueros que, por un lado, son “insuficientes frente a la demanda” y, por otro, “algunos no son aptos para transportar agua para consumo humano”.

Ese día, la población denunció en redes sociales que recibió agua aceitosa y con olor a diesel. “Entendemos que han sido tanqueros destinados para la prestación del servicio de combustible”, señaló Bennet. Petroecuador no emitió ningún descargo.

El gerente también dijo a la prensa local que “las autoridades nacionales no han informado hasta cuándo será la emergencia y cuándo la EPMAPSE podrá volver a captar agua del río para tratarla”.

Uno de los peores derrames
Ciudadanos denunciaron que el agua entregada por Petroecuador llegó contaminada. Foto: Juanita Francis

Una población olvidada

“Considero que esto es consecuencia del racismo ambiental. Si esto hubiese sucedido en Quito, se hubiera contenido más rápido”, opina Bolaños. En Esmeraldas habita la mayoría de afroecuatorianos del país. Allí, el 55.48 % de los habitantes se identifica como afrodescendiente.

Para Rebolledo, este desastre pudo evitarse. “Estamos viviendo un invierno fuerte, se sabía de la posibilidad de que hubiera deslizamientos de tierra, había que estar más preparados”, dijo en una televisora local. Además, señaló que el oleoducto “parece ser obsoleto”.

El SOTE tiene 53 años y su falta de mantenimiento y modernización causa derrames constantes en el país. En Esmeraldas, Guebara ha registrado más de 1000 desastres ambientales provocados por el SOTE, el Poliducto y el Oleoducto de Crudos Pesados. “Siempre se ha regado, nadie responde”, asegura.

Uno de los peores derrames
Hasta el 19 de marzo se recuperaron 90 tanqueros de petróleo mezclado con agua. Foto: ministerio de Energía y Minas

La contingencia actual parece insuficiente. Rebolledo cree que se debe contratar a empresas de limpieza especializadas en este rubro y que cuenten con equipamiento y tecnología para retirar los hidrocarburos lo más pronto posible y arrancar con el proceso de restauración ambiental.

Mientras tanto, la población esmeraldeña espera respuestas sobre el suministro de agua y, de acuerdo con Guebara, diferentes colectivos preparan demandas en búsqueda de justicia y reparación.

e reportaje es resultado de la alianza periodística entre Mongabay Latam y La Barra Espaciadora.


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Fabrizio Peralta Díaz

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