La candidata presidencial por el movimiento Alianza PAIS afirma que se puede salir de la crisis con una política contracíclica: el Estado invierte recursos y ofrece incentivos a la pequeña y mediana empresa para ir en contra de la recesión y revertirla. Además, propone un plan de desarrollo comunitario que cuente con aportes del Gobierno nacional, local y remesas colectivas de los migrantes.
La única mujer que busca la Presidencia de la República es administradora de empresas, ha sido dos veces asambleísta por el movimiento Alianza PAIS. En esas funciones integró el grupo parlamentario por los derechos de las personas en movilidad humana, tiene 44 años, es cuencana y se llama Ximena Peña.
A menudo responde a las preguntas de David Avilés refiriéndose a sí misma en tercera persona: «Ximena Peña es la candidata de las mujeres y de los migrantes», dice. Es creyente y no está de acuerdo con el aborto abierto. Aunque el actual mandatario, Lenín Moreno, es el presidente del movimiento que la rrepresenta ahora, ella no se considera candidata oficialista y, de hecho, es una dura crítica de las acciones del régimen morenista. En los papeles, Alianza Pais y Moreno continúan juntos como desde hace casi 15 años, pues él sigue siendo su presidente, pero en la práctica tomaron rumbos diferentes, según la presidenciable. El movimiento, dice, “fue excluido del Gobierno y no hemos recibido el respaldo”. Por eso incluso critica al Gobierno por su accionar frente a la pandemia del nuevo coronavirus. «Hubo decisiones mal tomadas» que se sumaron a «un sistema de salud debilitado» y que se remataron con algo que considera un error: el pago de una parte de la deuda externa en un tiempo en el que había personal de salud esperando su salario y la falta de atención a pacientes. Sin embargo, el actual segundo vicepresidente del movimiento Alianza PAIS es el candidato a vicepresidente junto a Peña, el comunicador Patricio Barriga.
Como parte de las acciones que propone de resultar electa está la promoción de la independencia de funciones. Dice que la Función Judicial debe hacer su trabajo sin intervención del Gobierno y su proceder no debe ser discriminatorio, persecutorio ni fomentar el odio. Sin decir cómo lo hará, la candidata ofrece una justicia eficiente que combata la impunidad. Su plan contempla la lucha anticorrupción desde varias aristas, incluyendo reformar el sistema de contratación pública, fortalecer la fiscalización, aunque no menciona nada acerca de la Ley de Extinción de Dominio.
En general, Peña señala que se requieren reformas legales para llenar los vacíos que ahora generan impunidad, y fomentar un sector público profesionalizado, cuyo liderazgo se dispute entre profesionales que tengan propuestas de trabajo y una hoja de vida que los respalde, en lugar de que ocurran prácticas como las denunciadas en los últimos meses, de repartos de cargos como gerencias en hospitales, por injerencia política. Eso permitirá fortalecer a las instituciones para que no sean de Gobierno sino de Estado -dice- y para que trabajen con una planificación a mediano y largo plazo. Peña habla mucho de los valores y la ética para luchar contra esta “viveza”.
La política contracíclica es la propuesta económica de la presidenciable. Dice que se basa en un modelo de inversión estatal para generar dinamismo económico cuando se atraviesa por una época de desaceleración. Explica que en una crisis, el sector privado no invierte porque está en recesión. Entonces, la idea es que el Estado ofrezca acompañamiento e incentivos a la mediana y pequeña empresa como el copago de nómina, para que estas continúen generando empleo para jóvenes, mujeres o personas mayores de 50 años que no han encontrado trabajo por la crisis, por ejemplo. Sin embargo, ni en su plan de gobierno ni durante la entrevista la candidata aclara cómo obtendrá estos fondos para que su plan logre cumplirse y pueda sostenerse en el tiempo.
Como un paso inmediato frente a la crisis que está dejando la pandemia, Peña ofrece una renta básica de 400 dólares para personas sin empleo. “Sería un mecanismo virtual para pagar por el servicio de agua, luz, afiliación voluntaria y para comprar alimentos y vestimenta”. Esto tiene dos objetivos, según Peña: garantizar dignidad mientras dure la pandemia y ser una medida de auxilio y reactivación económica para que el ciudadano haga compras y dinamice así la producción, porque sin consumo esta última se para. No dice de cuánto sería la inversión del Estado en este proyecto. Los ciudadanos que perdieron su trabajo, según cifras del INEC, son más de un millón, pero el plan de gobierno de Peña no usa este cálculo ni menciona ningún requisito adicional para acceder a estos fondos de emergencia del Estado.
La solución más certera para el fin de la pandemia está en las vacunas para prevenir el covid-19 que empiezan a inmunizar a personas en varios países del mundo y que se espera lleguen a Ecuador desde los últimos días de enero. La propuesta de Peña es que esta sea universal y que el Estado garantice el acceso. De ganar, ofrece destinar suficientes recursos (calcula que se requerirán unos USD 150 millones) para inmunizar a los más vulnerables y luego llegar a toda la población. “Se harán los ajustes necesarios porque primero se debe garantizar la vida. Si para ello se debe suspender un acuerdo económico o un pago internacional, se hará”, afirma Peña. Cuando le preguntamos a la candidata si contará con los recursos para la logística de vacunación, dice que se apoyará en el asesoramiento técnico de organismos internacionales.
Una de sus preocupaciones es la violencia de género y por eso se compromete a entregar el presupuesto adecuado para financiar la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia de Género en Ecuador, que ha sufrido recortes en este Gobierno. Ese dinero se invertiría en diseñar un sistema de protección de los derechos de la mujer en conjunto con las alcaldías y juntas parroquiales, para que se extienda en el territorio. Incluiría centros de acogida para brindar auxilio oportuno y capacitar a las mujeres violentadas cuando se separan del agresor, para obtener empleo o créditos que les permitan arrancar con emprendimientos. También se plantea entregar incentivos a pequeñas y medianas empresas si contratan mujeres.
Peña solo apoya la despenalización del aborto si es la elección de una mujer violada, porque “es complejo obligarle a tener un hijo de un violador. La víctima debe decidir”. Pero no opina lo mismo en otros casos, porque para ella, quien se define como una mujer creyente, la vida humana se inicia en la fecundación. En su plan de gobierno dice: “Comprometemos nuestra voluntad política para promover un debate amplio sobre la interrupción de embarazos no deseados en casos de violación y retomaremos el apoyo al Código Orgánico de la Salud, con el objetivo de garantizar la atención de salud y la vida de las mujeres en casos de emergencias obstétricas”
Su apuesta es el fomento de políticas adecuadas en prevención, porque según sus cifras, el Ecuador tiene la segunda tasa de embarazo adolescente en la región y eso muestra falencias en la educación sexual y reproductiva. Considera que este es un problema no solo de las chicas sino de toda la sociedad que no hace lo suficiente para que ellas no enfrenten esa responsabilidad de manera prematura, abandonen sus estudios, tengan que trabajar y vivir en condiciones de pobreza. Sin embargo, en su reflexión, no menciona el papel de los padres de los bebés, sean menores o mayores de edad.
En cuanto a la migración, tiene dos líneas de propuesta, una va encaminada hacia la educación superior. Este, dice, es un tema complejo porque el programa de becas ha sido suspendido. “Haremos lo posible para retomarlo en base a méritos y no relaciones con políticos, aunque sabemos que los recursos son limitados. Esperamos que los jóvenes retornen con sus conocimientos para compartirlos con el país”.
Y la otra se relaciona con un vínculo entre los migrantes y sus comunidades. El proyecto se llama MigrAcción e intenta atraer remesas colectivas. Peña recuerda que muchos ya lo han hecho para apoyar, por ejemplo, la escuela de la parroquia, el hogar de ancianos, repatriar el cadáver de alguna persona cercana, ofrecer agasajos navideños, etc. Ahora, su apuesta es planificar ese tipo de aportes con visión de desarrollo productivo y social, sumando el compromiso de los gobiernos locales para identificar obras específicas que se requieran en una localidad. Así se sumaría un tercio del financiamiento a cargo del gobierno local, otro de los migrantes y otro del gobierno central para mejorar las condiciones de vida en las comunidades de origen de los migrantes.
Otra línea de trabajo serían los proyectos productivos como producción de lácteos, por ejemplo. Peña subraya que para que esto tenga éxito debe ser planificado y contar con el aval de los gobiernos, para que los migrantes tengan confianza en que se harán los proyectos. Así, “incluso quienes planifican su retorno podrán coordinar un regreso a su comuna con algo como turismo comunitario, por ejemplo”.
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Entre sus propuestas también constan aquellas relacionadas con lo tecnológico. Una de ellas es proponer una ley para evitar los excesos en redes sociales. Peña cree que el acceso a la tecnología ha creado la necesidad de regular cierta información violenta que va en contra de los derechos de los niños, las mujeres, o que difunde contenido de violencia sexual, etc. Por eso ve necesario promover el uso de la tecnología de manera responsable y respetuosa, porque el Internet es una herramienta importante que debemos usarla de forma positiva para el desarrollo del país. “No es la idea prohibir sino evitar información nociva y atentatoria”. En su plan de gobierno, la candidata dice: “Reconoceremos otros tipos de violencia, como las que se realizan en espacios digitales, las cuales deben ser sancionadas”, pero no menciona el cómo. Peña recalca que es necesario evitar, en este sentido, restringir el acceso a redes sociales en general, con criterios subjetivos.
Sin mencionar cómo lo financiará, la postulante plantea crear una canasta básica virtual que contenga una laptop, un celular, una tablet y un enlace fijo para los hogares que aún no están conectados, como un mecanismo para garantizar el acceso a la educación. La propuesta nace -según la presidenciable- a partir de que la pandemia evidenció más que nunca el nivel de desigualdad que hay en el país: incontables niños han tenido dificultades para estudiar y muchos no han podido hacerlo porque sus padres no tienen ningún equipo tecnológico ni acceso a Internet para que puedan conectarse. “Necesitamos trabajar en una cobertura más fuerte y acceso a información y para eso debemos comprometer a empresas que brindan esos servicios, ellos renuevan contratos cada cierto tiempo. Debemos promover que amplíen cobertura, masificar nosotros también con CNT”, dijo. Pero el plan de gobierno de Ximena Peña no habla de un plan concreto acerca de educación básica para garantizar los derechos de los niños, sino únicamente el acceso al internet para todos los niveles educativos.
A Peña se le dificulta decir qué es la esperanza en estos tiempos, “luego de los momentos complejos que hemos vivido, mientras candidatos gastan cifras importantes de dinero, hay gente que sigue llorando a sus muertos. Es importante que respetemos el luto de los ecuatorianos pero también es importante hablar de futuro”, dice. Y entonces vuelve a presentarse en tercera persona como Ximena Peña, quien “es una ciudadana de a pie, de origen humilde, que se identifica con la mayoría de ecuatorianos”, que ha sido migrante, que ha trabajado para salir adelante y que ofrece ser una gobernante que trabajará de manera honesta y priorizará la vida y la salud de la gente, y que invita “al pueblo a tener esperanza y a creer en una mujer que tiene deseos de servir a su país”.
Algunos de los temas que no constan en el plan de gobierno de Ximena Peña son: la institucionalidad del Estado, políticas de seguridad pública, políticas de seguridad social, políticas sobre consumo de drogas, crimen organizado, desnutrición infantil, desarrollo industrial y manufacturero, deporte, cultura y turismo, son algunos de ellos.
Entrevistas: David Avilés Aguirre.Investigación y coordinación: Cristina Cadena. Texto: Ana María Carvajal. Caricaturas: Wilo Ayllón. Edición y dirección de contenidos: Diego Cazar Baquero.
Esta es una iniciativa de la Colectividad Ecuatoriana Autoconvocada de Artistas y Gestores, en Córdoba, Argentina, en alianza con La Barra Espaciadora, y forma parte del espacio Mi elección 2021.