Esta serie fotográfica de Edú León refleja instantes que caracterizan el espíritu de los habitantes afectados por el terremoto del pasado 16 de abril. Este es un paseo por los sueños, por la magia y por la esencia de los pueblos que dan sentido a la vida.
Horas después del terremoto del 16 de abril, el fotógrafo Edú León consiguió embarcarse en un autobús del Cuerpo de Bomberos de Quito rumbo a la zona del desastre. Desde entonces, con su cámara, registró los instantes del primer impacto emocional en los pobladores de Pedernales, pero fue testigo también del rápido proceso de resurgimiento de una población que lo perdió casi todo. Soñar de nuevo tras la pesadilla.
Las escenas que Edú León recoge en esta serie son una muestra del carácter de un pueblo que se aferra a la vida. El trabajo, el asombro, la irreverencia, el vértigo, el sentido de la justicia o el plácido sueño en medio del absurdo definen a este conjunto de fotografías un mes después de la tragedia. Además, estas imágenes son el reflejo de ese toque surreal que caracteriza al costeño ecuatoriano y al manabita, en particular: la religiosidad y su vínculo directo con el mito, con el humor y con los símbolos. Con esta serie rendimos homenaje a la memoria: recordamos el dolor para evitarlo en adelante y para celebrar cada comienzo nuevo.