Por Dominique Riofrío

La fotografía que muestra el reflejo del muro fronterizo, en una vitrina de una tienda, deja ver dos de las múltiples caras de la frontera Estados Unidos-México, dice el fotógrafo Guillermo Arias, colaborador de Everyday La Frontera. En la imagen del lado estadounidense se ve el comercio, la venta de bienes que a menudo vienen del sur de la frontera, algo de lo que poco se habla en la retórica actual fronteriza, según Guillermo. Del otro lado, el cerco, la barrera física que bloquea el acceso al ‘sueño americano’, al bienestar y al shopping.

Escaparate en una tienda en San Diego, California. Foto: Guillermo Arias / Proyecto el Cerco. Guillermo está por culminar su proyecto de registro fotográfico a lo largo del cerco fronterizo entre México y Estados Unidos.

Arias llama a esta imagen Dualidad reflejada. Ahora que el presidente Trump ha prometido expandir el muro fronterizo para impedir la entrada de inmigrantes, y ha amenazado con dar por terminada la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés), la frontera México-Estados Unidos ha llamado aún más la atención en los medios de comunicación. Guillermo Arias cree que si el resto del muro es construido, el paisaje se verá afectado. Pero las dinámicas fronterizas no cambiarán y la interacción entre las personas continuará siendo similar a lo que se ve ahora.

Según el fotógrafo, «la barrera física, pese a ser una presencia constante y violenta, no representa mayor drama para los distintos actores en ambos lados de la frontera. El verdadero drama está en las barreras socioeconómicas, en el discurso detrás de la barrera física, en el uso de ésta como pretexto para extorsionar y violentar, al igual que dañar el ecosistema».

Desde hace ocho años, Guillermo vive en Tijuana cubriendo con su cámara asuntos fronterizos. Describe la ciudad como un espacio culturalmente rico gracias al gran número de migrantes que viven ahí. Hace tres años comenzó el proyecto fotográfico El Cerco, que muestra el muro fronterizo como el personaje principal y explora la intervención que ha provocado al paisaje desde el inicio de su construcción, en 1993. Arias afirma que, salvo en lugares específicos donde se da una interacción directa, en la mayor parte del muro construido no sucede gran cosa.

Izquierda: Chamula, personaje de la danza de Corpus Christi, un ritual para alejar las malas energías y llamar a las lluvias para la fertilidad de la tierra. Suchiapa, Chiapas. Foto: Jesús Hernández. Derecha: una pintura contra Donald Trump en el lado mexicano del cerco fronterizo en la línea México-EUA, enTijuana, a principios del 2016, antes de que él se convirtiera en el candidato del Partido Republicano. Ese año, más tarde, la pintura fue recubierta. Foto: Guillermo Arias.

No fue sino a mediados 1800 que los gobiernos de Estados Unidos y México se sentaron a dibujar la línea en el mapa y a definir la frontera. Sin embargo, en 2006, bajo la Secure Fence Act, se elevó el nuevo trayecto de casi 1 200 kilómetros a lo largo de una frontera que tiene un total de 3 000 kilómetros. Alonso Castillo, cofundador de Everyday La Frontera, cuenta que lo que buscan con sus imágenes es “evitar la perspectiva que ve a la frontera como un espacio violento por sí mismo”.

La cuenta de Instagram Everyday La Frontera –que fue creada en 2015 por Castillo, Eliseo Gaxiola y Ernesto Peimberth– propone crear un discurso complementario a cómo los medios tradicionales retratan la frontera. Los colaboradores de esta cuenta buscan documentar estos espacios en su complejidad y diversidad, enfocándose en las escenas cotidianas de las personas que viven e interactúan con el borde.

Alonso Castillo cuenta que entre el 2005 y el 2010, debido al narcotráfico y a las fuertes políticas de migración, muchos medios nacionales e internacionales se movilizaron a las ciudades fronterizas de México. Pero, debido a sus cortos plazos de entrega, no parecían tener tiempo suficiente para realmente entender el contexto y la complejidad de la frontera.

Izquierda. Cerco fronterizo. Guillermo Arias / Proyecto El Cerco. Derecha: American Grill. Foto: Kenia Guillen.

Durante varias décadas, la gente emigró de México buscando ganar dinero para después regresar a sus ciudades de origen. Es así que el concepto del ‘sueño americano’ surgió como una idea romántica promovida por un gobierno que prefería ver a su gente emigrar antes de invertir recursos en esas comunidades para que se quedaran, dice Prometeo Lucero, otro colaborador de Everyday La Frontera.

Durante los últimos años, muchos medios de comunicación han perdido de vista el hecho de que la migración ha pasado de ser un tema económico a ser un tema de supervivencia, dice Prometeo. La violencia política, las pandillas o el crimen organizado han empujado a las familias a irse de sus hogares, a veces familias de clase media o alta que no necesariamente buscan emigrar. “Ahora no es solo la idea del sueño americano la que lleva a las personas a salir de sus hogares –dice Prometeo–; esta idea es tal vez ya una motivación secundaria para migrar”.

Izquierda.Chamula, personaje de la danza de Corpus Christi, un ritual para alejar las malas energías y llamar a las lluvias para la fertilidad de la tierra. Suchiapa, Chiapas. Foto: Jesús Fernández. Derecha: Entrada a El Sásabe, al fondo y a la izquierda la figura de un cerro utilizado como referencia para migrantes que cruzan a pie la frontera por ese punto. El terreno rocoso y desértico es utilizado como barrera geográfica para disuadir al migrante, aunque el peligro mayor y evidente es el control absoluto que el crimen organizado ejerce de la zona utilizada para el tráfico de personas y narcotráfico. Foto: Alonso Castillo

Aunque Everyday La Frontera empezó documentando la frontera de México y Estados Unidos, la idea de este proyecto es integrar otras regiones que tengan características similares y crear una representación visual diversa del concepto geográfico de frontera. Hasta ahora, la mayoría de fotos son de las fronteras norte y sur de México, sin embargo, la cuenta tiene también colaboradores de Guatemala, Perú, Ecuador, Colombia, Chile y Brasil. El registro de comunidades de latinos migrantes en Estados Unidos también es parte del proyecto.

Andrea es fotografiada durante la celebración de su quinceañera en la playa. La celebración de la quinceañera está muy extendida en América Latina, como un paso de la infancia a la adultez. Las celebraciones varían, pero no es raro que las familias ahorren un tiempo para organizar una gran fiesta para sus hijas, ya que algunos dicen que es la celebración más importante de la vida de una mujer. Foto: Jordi Ruiz Cirera.

Para Kenia Guillén, una fotógrafa salvadoreña que vive en Nueva York, es crucial que cualquiera que esté documentando estos temas fronterizos muestre su complejidad a través de historias de personas directamente afectadas por políticas migratorias. “Los que vivimos en Estados Unidos debemos llamar la atención a las políticas migratorias violentas ejercidas por el gobierno –dice esta fotógrafa–, colectivamente debemos seguir presionando por políticas de inmigración que abran las fronteras de Estados Unidos a los más vulnerables”.

En la dura tarea de retratar al ser fronterizo, plataformas como Everyday La Frontera muestran una diversidad de personajes desde la interpretación visual de varias miradas personales. Castillo cree que el proyecto es relevante no solo porque conciencia a las personas sobre estas realidades, sino porque busca fortalecer el circuito fotográfico fronterizo. Este proyecto también destaca el trabajo de fotógrafos que documentan áreas periféricas que generalmente están excluidas del discurso dominante, tanto en el mundo del periodismo como en el mundo del arte.

Izquierda: Playas de Tijuana. Foto: Guillermo Arias. Derecha: Llegada de la Primera Caravana Trans-Gay-Migrante a la garita de cruce en la frontera de Nogales, donde se entregaron a autoridades migratorias estadounidenses para solicitar asilo humanitario en ese país. Huyendo de la discriminación y violencia en sus países de origen, la caravana estuvo compuesta por 16 migrantes trans-gay que viajaron desde Honduras, Guatemala, Nicaragua y México. Foto: Alonso Castillo

En medio de las amenazas de la expansión del muro fronterizo y de un futuro incierto para aquellas personas actualmente protegidas por el DACA, Guillermo Arias está convencido de que plataformas como Everyday La Frontera impulsan a sus espectadores a entender una realidad diferente para generar un cambio. “Las imágenes por sí mismas no cambian nada, pero el cambio se genera a partir de la interpretación de las imágenes por parte del espectador –dice–. Plataformas como Everyday La Frontera son poderosas porque crean un mosaico de parcialidades que muestran múltiples realidades y aportan a una visión más completa de la frontera”.

*Este texto se publico originariamente en Medium.



Dominique Riofrio es fotógrafa documental y productora multimedia. A través de su trabajo busca visibilizar problemáticas sociales. Enseña talleres de fotografía para promover que las personas compartan sus historias. Trabaja de manera independiente en Quito y es colaboradora del Everyday Ecuador. Everyday La Frontera es un proyecto colaborativo. Aborda temas de vida cotidiana y migración en ciudades fronterizas.