Texto y fotos de Luis Mariño Carrera
«La mejor forma de hacer buenos a los niños es hacerlos felices».
Oscar Wilde.
Un retrato es una biografía visual. No hay cómo esconder todo el tiempo nuestra reacción ante algo que tratamos de ignorar. Nuestro rostro nos delatará, nuestra mirada tratará de huir, nuestros ojos se cerrarán tratando de encontrar el sueño o pesadilla para finalizarla y despertar. De eso se trató este experimento social, esta serie de retratos a los que muchas personas, con una gran generosidad, me dejaron acceder. No sabían exactamente a qué fueron, solo que los iba a retratar.
Asistieron estudiantes, profesores, militares, empleados públicos, empleados privados, productores, economistas, vendedores, músicos, pintores, jugadores profesionales, magos. Participaron personas que jamás había visto en mi vida y aún así, al finalizar, los sentí cercanos. Tal vez nadie es tan lejano a nadie, menos aún cuando hay un dolor que nos une.
“Quería ser piloto, quería ser médico, quería ser recogedor de basura, quería ser policía, quería ser militar, quería ser feliz…».
“Mis mejores recuerdos de la niñez son de cuando iba de vacaciones con mi familia. Cuando jugaba con mis amigas en la escuela. Cuando me regalaron mi primer juego de magia. Cuando en Navidad me despertaron con unos zapatos nuevos. Cuando gané un concurso de oratoria. Cuando mi padre me enseñó a conducir subido en sus piernas. Cuando en mi escuela todos me aplaudieron por correr muy rápido y ganar una competencia. Cuando conocí el mar y vi que era tan grande que solo atiné a abrazar la pierna de mi padre y llorar, sin saber por qué, solo estaba feliz. Cuando mi padre por fin hizo una parada para que pudiese ver el paisaje desde un lugar particular».
Estas son algunas de las respuestas que me dieron, al indagar acerca de sus sueños y de sus recuerdos de niñez.
A renglón seguido les narré historias como estas:
–Ven acá, entra al baño, tócame. ¡Que me toques te digo! ¡Cállate y no llores, mierda! Si sigues llorando te voy a matar y nadie te va a ayudar. ¡Tócame! Abre la boca, carajo! ¡Tócame bien! ¡Cállate, cállate! ¡Todo esto es tu culpa, por tu culpa te estoy haciendo esto! ¡Es tu culpa!, ¿¡entendiste, mocosa idiota!? / Ya, vístete y deja de llorar, si sigues llorando te voy a matar, a ti y a tus papás. Sé dónde vives. Si avisas te voy a matar, y a tus hermanos y a tu mamá. ¿¡Oíste, oíste!? ¡Responde, carajo!
Les pregunté cómo se sienten al escuchar que un/a niño/a había sido abusado, ya sea por sus padre o por profesores, gente cercana. Les pregunté cómo pensaban que se sentía un/a niño/a abusado/a, qué es lo que creían que pasaba por sus pequeñas cabecitas. Les pregunté qué harían si algo así le hicieran a un niño cercano a ellos.
Hubo muchos silencios incómodos, dolorosos, abrasadores. Vi cómo sus ojos buscaban la salida, vi cómo se sintieron aterrados y atrapados. Vi cómo se olvidaron de que había una cámara frente a ellos. Vi cómo sus almas lloraban de ira, de dolor, de orfandad, porque por un momento les recordé el infierno que han atravesado cientos, miles de niños, porque por un momento se pusieron en sus zapatos y los zapatos de sus padres, familiares y amigos. Vi que odian esa triste y miserable realidad tanto como yo, que ese dolor no solo lo siento yo, sino todos.
Les pedí disculpas, porque no esperaban que un retrato terminara con un sabor tan oscuro y doloroso, pero entendieron que lo hice porque no quiero que se pierdan en el tiempo y en las agendas de los medios, en la conversación y en las marchas, los dolores y la lucha de muchas familias que reclaman por justicia.
Esta serie de retratos muestra la reacción de las personas que suelen reír, pero que también suelen sentir enojo, ira, dolor, terror, asco, pena, por una situación latente, que nos debe obligar a hacer algo para que jamás se vuelva a repetir. Para que quienes fueron tan despiadados para romper a un niño, jamás lo vuelvan a hacer. Para que los abusados sean acogidos, confortados y siempre se crea en ellos. Para no mirar hacia otro lado. Para protestar e interesarnos por situaciones realmente importantes y esenciales
No quiero más infancias rotas. No quiero impunidad. No quiero tolerancia al abuso sexual infantil, ¡jamás!
*Para ver la galería completa haz click en el siguiente link: https://www.facebook.com/pg/luis.ma…
Que, que es eso que podemos hacer cada uno y todos en conjunto. Que se hace para que nunca mas pase esto. En un sistema que lo promueve, que se beneficia que hace un negocio de esta atrocidad contra los niños. Que mas se puede hacer. si no promover un sistema comunitario en donde nos cuidemos los unos a los otros y cuidemos de nuestros niños no porque son nuestros hijos sino porque son nuestros niños los de nuestra comunidad, los de nuestra sociedad!!!!