Por Jonathan Venegas / @venegasj92
El ejército de los tiburones martillo (El Fakir Editores, 2019) es una novela gráfica de Fabián Patinho –artista cuencano, escritor y fotógrafo– que ha publicado antes Hipocampos en la Ciénega, la que fue su primera novela, y Las mentiras de Aurora.
El ejército de los tiburones martillo es un relato de ficción con tintes de hechos, obras y personajes reales. La historia gira en torno al arte del pintor ibarreño y precursor del indigenismo Camilo Egas, cuyas obras se convierten en el centro de atención de la historia. Cada personaje viene cargado de un bagaje personal profundo y complejo, que el autor despliega conforme los acontecimientos se suceden. La trama goza de un ritmo narrativo que se adapta y varía según las necesidades y evidencia que el autor se toma el tiempo necesario para explorar cada una de las microrrealidades y cómo estas pueden interactuar y colisionar entre ellas.
Fabián muestra a cada uno de sus personajes como entidades naturales, no como creaciones unidimensionales sino como humanos, con defectos, fortalezas, lados ocultos, deseos, empatía y sobre todo inmersos en una constante búsqueda de sí mismos. Hay secuencias en las que los personajes mueven la trama con sus diálogos mientras viven momentos de mucha intimidad y de cierta vulnerabilidad.
La obra presenta subtramas provistas de una dosis crítica hacia temas relacionados con violencia de género, corrupción y a las interacciones con las redes sociales en la vida cotidiana contemporánea. Estas líneas narrativas ayudan a entender mucho mejor las motivaciones de los personajes.
Usualmente, los diálogos suelen ser un punto frágil en muchas novelas gráficas o cómics. Puede resultar difícil construir diálogos que muevan la trama sin ser explícitos, sin revelar que es eso precisamente lo que están haciendo. Un buen diálogo presenta el reto de hacerse sentir espontáneo sin realmente serlo, y en El ejército de los tiburones martillo, el uso de diálogos es justo, conciso. Las conversaciones se sienten verosímiles, naturales y libres. Cada personaje se expresa de manera distinta y de acuerdo a su edad, a su condición socioeconómica y a su posición en el relato.
Visualmente, El ejército de los tiburones martillo es una novela gráfica de muy buena factura artístico: los fondos están llenos de detalles que ayudan a dar credibilidad a la historia sin opacar la acción principal de los personajes ni generar ruido visual. Cada panel tiene la proporción exacta entre texto e imagen. El ritmo y composición visual dan la idea cierta de que continuamente algo está sucediendo. El uso de referencias de lugares reales permite a los lectores ubicarse espacialmente e identificarse aún mejor.
El ejército de los tiburones martillo combina el estilo de arte del cómic contemporáneo con ciertos recursos del grabado, para representar iluminación y texturas. El resultado: un libro entretenido, una historia fácil de entender, fascinante; personajes intrigantes y muy buen arte.
Una vez que hayas acabado de leer la historia, déjanos saber si lograste encontrar la versión a color del mural de Camilo Egas.