Una entrevista con el periodista nicaragüense Miguel Mora, liberado después de medio año en la cárcel
Por Lise Josefsen Hermann / @LiseHermann
Eran las primeras horas de la madrugada del 11 de junio del 2019 cuando unos guardias entraron a la celda de Miguel Mora y sus compañeros, en la prisión de alta seguridad La Modelo. Estaban durmiendo. Los guardias les dijeron que se tenían que vestir y empacar sus cosas. La primera reacción de Miguel fue el miedo. Miedo a lo peor. Miedo a la muerte.
Cruzaron una pesada puerta de metal y les dijeron que serían entregados a la Cruz Roja. Todavía estaban somnolientos. «Dudamos que fuera verdad lo que nos dijeron. Cuando vinieron a buscarnos a esa hora, usualmente significaba malas noticias. Pueden hacer desaparecer a uno, interrogarlo, cualquier cosa», dice Miguel Mora con una voz profunda, serio.
Al final del pasillo vieron a los representantes de la Cruz Roja y también a otros presos políticos. Un total de 56 fueron liberados ese día de junio. Fueron divididos en grupos y salieron en minibuses.
Junto a los primeros rayos del sol, Miguel Mora llegó a su casa. «No esperábamos ser liberados. Nos preparamos para ser encarcelados hasta 2021 (el año en que serán las próximas elecciones presidenciales en Nicaragua). Fue como un sueño hecho realidad”.
El periodista y director de noticias del canal de televisión 100% Noticias, de Nicaragua, Miguel Mora, fue liberado al amanecer del 11 de junio, junto con la periodista Lucía Pineda, después de casi medio año de prisión. El día anterior a su liberación, una delegación de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) llegó a Nicaragua para exigir su libertad. En su visita a Nicaragua, la SIP también exigió un informe del gobierno sobre el asesinato en abril del 2018 del periodista Ángel Gahona, mientras hacía una transmisión. A principios de junio, One Free Press Coaliation, una asociación de más de 30 medios de comunicación como Washington Post, Deutsche Welle y Associated Press, presentó una lista de los 10 casos más urgentes de periodistas amenazados. Los nombres de Miguel y Lucía estaban en ella.
Los dos periodistas habían sido encarcelados en una acción policial en el canal de televisión 100% Noticias, el 21 de diciembre del año pasado. Habían cubierto la crisis política y las protestas en Nicaragua durante ocho meses. «El gobierno comenzó a amenazar con censurarnos, cerrar nuestro canal y también habíamos recibido amenazas en contra de nuestra vida y la de nuestras familias», cuenta Miguel. Debido a las amenazas, él y el personal de 100% Noticias habían vivido y dormido en el canal durante veinte días, para evitar que las amenazas de muerte se hicieran realidad. Pero, después de un programa en vivo, el 21 de diciembre, más de diez policías armados entraron al edificio y subieron al segundo piso. Arrestaron al periodista y lo esposaron. Lucia Pineda estaba en la sala de control transmitiendo en vivo hasta que cortaron la señal.
Según cifras de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hay al menos 325 personas asesinadas en las protestas en Nicaragua, que comenzaron en abril el año pasado.
La situación en ese momento en Nicaragua era realmente tensa. “Hubo un ambiente de estado policial, censura, criminalización de protestas, presos políticos. Todo lo que era sinónimo de protestas fue brutalmente reprimido. Con golpes, disparos y muerte. En realidad, es un ambiente similar al que tenemos ahora”.
Pero, ¿por qué Miguel, Lucía y 100% Noticias? El periodista reconoce el desafío que significó contar lo que ocurrió ante tanta adversidad en manos de un Estado que se había empeñado en implementar una política represiva sin precedentes. “Habíamos generado una audiencia considerable y nos mantuvimos informando sobre la situación política. Muchas personas se dieron cuenta de la situación a través de nuestra cobertura –dice Miguel, e interpreta el riesgo para la libertad de expresión en Nicaragua–. El mensaje enviado con nuestro encarcelamiento fue que cualquier periodista podría ser encarcelado o podría desaparecer. Cuando confiscaron el canal, más de 100 periodistas abandonaron el país, según el organismo de Derechos Humanos de la ONU. El gobierno pensó que podrían erradicar a los periodistas, erradicar el periodismo. Pero los colegas comenzaron a transmitir desde otro país (Costa Rica)».
“Mi sueño es que tengamos elecciones adelantadas y que esas elecciones sean transparentes. Que las personas nicaragüenses con el poder de las urnas elijan un gobierno que respete los derechos humanos. Una democracia basada en los derechos. Así la lucha habrá valido la pena”.
El tiempo en la cárcel fue una marca imborrable en la vida de Miguel Mora. “Estábamos totalmente aislados. Solo la muerte es peor que eso. Nunca había pasado ni un segundo en la cárcel antes de que esto sucediera. Lo que nos pasó fue una locura. No es algo que quiera ni para mi peor enemigo. Y eso que no estaba entre los que fueron tratados peor», recuerda el periodista.
Ahora mismo, la situación de los medios de comunicación en Nicaragua sigue en alerta. Se registran robos de equipo periodísticos disfrazados de confiscación, hay cada vez más periodistas amenazados y parte de la tinta de imprenta y papel de los periódicos permanece retenida en las aduanas.
“Trabajar como periodista en Nicaragua es una cuestión de vida o muerte. Porque pueden matarte por realizar este trabajo. Pero también para la gente. Porque si nos quedamos callados, continuarán matando». Desde febrero ha habido negociaciones entre representantes de la oposición, la llamada Alianza Cívica y el gobierno. Las negociaciones condujeron, entre otras cosas, a esa liberación de presos políticos en junio con la aprobación de una ley de amnistía controversial. Ahora mismo, las negociaciones están suspendidas.
El apoyo internacional ha sido abrumador, dice Miguel Mora: “Solo la presión internacional ha ayudado a garantizar que la mayoría de los presos políticos fueran liberados. Hubo una ola de solidaridad que hizo que el gobierno se sintiera obligado a liberarnos”, dice. Miguel está convencido de que es urgente una solución pacífica y negociada al conflicto en Nicaragua: “Sin negociaciones y sin el adelanto de las elecciones (que están previstos para 2021 según la constitución) no hay futuro. Esperamos que a través de las negociaciones se respeten nuevamente nuestros derechos: el derecho a protestar, la libertad de prensa, la organización política, etc.”.
De la cárcel a las urnas
Miguel Mora ahora descansa, después de casi seis meses en prisión. Mientras trata de acostumbrarse a su libertad, dice que ha recibido amenazas, por ejemplo, de ser encarcelado nuevamente si vuelve a ejercer el periodismo. Quizás eso hace que hoy sienta aspiraciones políticas: “Todos los presos políticos hemos decidido que no dejaremos la política en manos de los políticos corruptos. Ya hemos visto qué pasa si no participamos en política. Muerte y opresión en el país. Iremos por los cargos públicos, alcaldes, miembros de la Asamblea Nacional, Presidente. Es nuestra responsabilidad, la gente nos lo exige. Exige recuperar sus derechos. Iremos por el poder, pero a través de las urnas».
Según el Acnur, 68 000 personas han abandonado Nicaragua para buscar refugio en el país vecino, Costa Rica. 53% de ellos son estudiantes. Según ONU más de 100 periodistas han tomado este rumbo, algunos eran parte de la nómina del canal de televisión de Miguel Mora. En Costa Rica, sin embargo, parte de ellos ha fundado el canal de televisión Nicaragua Actual, que cubre Nicaragua desde la mirada de un periodismo en exilio. Miguel Mora, en cambio, no tiene planes de abandonar su país: “Si alguien tiene que irse, que se vayan ellos –dice, refiriéndose a los miembros del gobierno–. Yo me quedo aquí en mi país. Cuando me amenazaron contra la vida, no me fui. Así que no lo haré ahora. Amo a mi país y quiero ejercer mis derechos aquí. Ellos son los que deben irse de aquí”.
El canal de televisión de Miguel Mora, 100% Noticias, sigue siendo perseguido por el Estado. Se le ha pedido a él y a Lucia Pineda que se disculpen con el presidente Daniel Ortega por desinformar a la gente.
Miguel Mora y Lucia Pineda están a punto de recibir el International Press Freedom Award de CPJ – Committee to protect journalists.