El día 8 de marzo tuvo lugar un incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, en las afueras de la ciudad de Guatemala. Entre 50 y 60 niños y jóvenes que habían escapado la noche del 7 fueron recapturados y volvieron a un albergue que ha sido comparado con un campo de concentración. Tras encerrarlos, fue incendiada una habitación donde permanecían detenidas más de 50 niñas. Hasta la fecha, 42 niñas han muerto calcinadas o por consecuencia de quemaduras graves. Estas son imágenes de Alba Marina Escalón que muestran la manifestación del día 11 de marzo en la capital de Guatemala para demandar la responsabilidad del Estado en esta tragedia.
Un grupo de artistas realizan un performance que evoca los últimos momentos de las adolescentes quemadas. Se oyeron gritos, había asfixia por el humo, y no dejaron entrar a los bomberos de inmediato. Es Guatemala y son todos nuestros países.
Un grupo de artistas callejeros representan estatuas durante la manifestación. La representación de la justicia, ciega, señala al Estado como responsable. En declaraciones sumamente torpes, Jimmy Morales, presidente de Guatemala, ha expresado su temor de denunciar esto como crimen de Estado.
La lista de las niñas sigue construyéndose para darles nombres y biografía. El poema de José Martí “La niña de Guatemala” ha sido muy citado para decir: no murieron de amor, murieron de pobreza. La primera estrofa decía: “Quiero, a la sombra de un ala/ contar este cuento en flor:/ la niña de Guatemala, / la que se murió de amor”.
Un cartel en memoria de las niñas yace en el suelo junto con velas en el Parque Central de Guatemala. Muchas personas escucharon a las niñas rogar por ayuda mientras permanecían encerradas en el incendio.
Unas veinte personas realizan un performance para visibilizar los nombres de las adolescentes fallecidas. Las muñecas en lugar de las niñas, en una hoguera, para evocarlas.
La bandera a media asta ondea sobre el Parque Central donde se realizó la primera marcha masiva en repudio por el incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción, el 8 de marzo, Día internacional de la Mujer. Las niñas no protestaban por el 8M, pero la fatalidad hizo coincidir su incendio con los incendios contra las obreras de hace cien años.
Yo había estado preparando una pieza para un concurso de artes visuales: una instalación hecha de muchas casitas de colores. Cuando supe que habría una protesta en el Parque Central durante la noche del 10 al 11 de marzo para pedir justicia por las niñas, decidí ir a la protesta y utilizar esas casitas para hacer un pequeño altar en honor a esas víctimas que no tuvieron hogar.
Un cartel recuerda el número de femicidios en Guatemala. Parque Central de Guatemala. Se ha llegado ha considerar el feminicidio como un genocidio a cuentagotas: las víctimas seleccionadas son siempre mujeres y niñas.
Un hombre agita una bandera de Guatemala en luto. A ese duelo nos sumamos los países de América Latina que sabemos que algo muy similar podría pasarnos. Compartimos la pobreza, su criminalización y las agresiones del Estado contra las mujeres.
Una mujer muestra un cartel que habla sobre el aborto, tema tabú en Guatemala. En febrero, había llegado a aguas internacionales frente a Guatemala el barco de aborto seguro de Women on Waves, pero tuvo que irse por presión del Estado y los militares, a pesar de que no invadía territorio guatemalteco.
Dos personas sostienen un cartel durante la manifestación en el Parque Central de la Ciudad de Guatemala. “¡Qué dura eres, Guatemala!” Este país figura como uno de los más peligrosos en el mundo para ser niña y mujer.
Un joven esparce pétalos de flores sobre el altar instalado en el Parque Central de Guatemala en memoria de 42 niñas asesinadas. De entre las que permanecen en hospitales, no se sabe cuántas sobrevivirán.
La mirada impactante de una joven participante del performance que se realizó durante la protesta. Guatemala ha movilizado su duelo por un asesinato que debe sacudir la historia de este país.
Un hombre enseña un cartel durante la manifestación en el Parque Central de la Ciudad de Guatemala. La criminalización de la pobreza afecta a todos nuestros países. Las niñas pobres son uno de los grupos más vulnerables de América Latina.
